Francia derribó el avión en Ústica en 1980 -con 81 personas a bordo- porque quería matar a Gadafi en secreto
A las 20.59 del 27 de junio de 1980 un DC9 italiano con 81 personas a bordo desapareció del radar del Aeropuerto de Roma. Había despegado de Bolonia y se dirigía a Palermo (Sicilia). Mucho antes de llegar, cayó a las profundidades del mar Tirreno. La causa se convirtió en uno de esos misterios históricos que en Italia se conoce como “la masacre de Ústica” (se desplomó cerca de esta ciudad). Un secreto de Estado, que este sábado, después 43 años se ha desvelado: el avión fue derribado por un misil francés que iba dirigido al coronel libio Gadafi.
El misil era parte de un operación secreta organizada por Francia con la complicidad de la OTAN y EEUU. Debían simular unos ejercicios militares con muchos cazas en el cielo y, en medio de la confusión, disparar el misil contra un avión en el que sabían que viajaría el dictador libio. Habría parecido un accidente. Sin embargo, varias cosas no salieron como esperaban. Para empezar, un chivatazo del entonces líder de los socialistas italiano, Bettino Craxi, advirtió del peligro a Gadafi.
El ex primer ministro italiano Giuliano Amato ha sorprendido este sábado a todo el país contando todo los detalles en una entrevista exclusiva con Repubblica. “Después de 40 años, las víctimas inocentes de Ústica no han recibido justicia. ¿Por qué seguir ocultando la verdad? Ha llegado el momento de arrojar luz sobre un terrible secreto de Estado”, se justifica.
Quien entonces fue encargado de las investigaciones como subsecretario de la Presidencia con Craxi (fue primer ministro entre 1983 y 1987) y revela ahora todo lo que sabe de esta tragedia y todos los intentos de los servicios secretos y del mismo ejército italiano para despistarlo. Incluido su jefe.
“Se había lanzado un plan para atacar el avión en el que volaba Gadafi, pero el líder libio escapó de la trampa porque fue advertido por Craxi”, relata Amato. “Era una puesta en escena”, cuenta el ex primer ministro, “se simularon ejercicios de la OTAN para hacer pasar el ataque como un accidente involuntario. La hipótesis más acreditada es que el misil fue lanzado desde un caza francés contra el Mig, al que Gadafi no subió, y que acabó impactando en el DC9 italiano”.
La tesis de la bomba
“Al principio los militares se blindaron en un silencio absoluto, obstaculizando las investigaciones. Y cuando yo desempeñé un papel en este asunto como subsecretario, en 1986, comencé a recibir visitas de generales que querían convencerme de la tesis de la bomba que explotó en el interior del avión”, puntualiza Amato.
“Obviamente me pregunté por qué venían a contarme estas mentiras. Entendí que querían esconder una verdad. Y nuestra fuerza aérea se desplegó en defensa de la mentira”. Se lo dijo a Craxi (aún no sabía que había sido él quien había dado el chivatazo a Gadafi) y se quedó de piedra cuando comprobó que el ex primer ministro ni se inmutaba. Amato era su brazo derecho.
“Era intolerante ante mis perplejidades ante las tesis de los generales. Fui a él en busca de apoyo sobre los hechos que en mi opinión los desmentían y él me dijo en términos muy claros que tenía que evitar molestar a los militares. Supe más tarde que fue Bettino quien advirtió a Gadafi del peligro que le acechaba en los cielos italianos”, cuenta Amato.
“Ciertamente”, apunta, “Craxi no tenía ningún interés en que esa verdad saliera a la luz: habría sido acusado de infidelidad a la OTAN y de espionaje a favor de su adversario”.
“Un aparato formado por exponentes militares de varios países ha negado repetidamente la verdad pensando que el daño habría sido irreparable para la Alianza Atlántica y para la propia seguridad de los Estados”, explica. “Y por eso toda esta gente encubrió el crimen por una razón de Estado”.
En el vuelo de linea IH870 de la compañía comercial Itavia viajaban 81 personas, incluida la tripulación. El fuselaje del DC9 se partió en dos. Aún se conserva en un hangar. “Las recuperación de los restos se encargó a una empresa francesa de Marsella”, recuerda Amato.
Las últimas palabra de los pilotos
A él nunca le convenció la tesis de la bomba: los informes técnicos fueron los primeros en excluirla. Los cortes sugirieron un impacto externo con material explosivo. Hace un par de años, un reportaje de investigación de la Rai incluyó la emisión de las últimas palabras de los pilotos del DC9 italiano: “Mira… ¿qué es eso?”.
Y luego estaba la historia del cuerpo en avanzado estado de descomposición del aviador libio encontrado en las montañas de Sila tres semanas después de la tragedia del DC9.
Amato cree que era el piloto del Mig en el que tenía que viajar Gadafi y que en pleno vuelo se escondió cerca de DC9 italiano para evitar ser alcanzado y luego se quedó sin combustible. Cuando hallaron su cuerpo quisieron hacer creer que el accidente del avión militar se había producido un día antes, pero el avanzado estado de descomposición del cadáver lo desmentía.
Las palabras de Amato, que es presidente de la Corte Constitucional, confirman la reconstrucción que realizó en 2009 Francesco Cosiga, presidente emérito de la República y jefe del Gobierno en el momento del accidente de Ústica. Entonces habló ya de la responsabilidad de Francia, pero ésta es la primera vez que quien estuvo al frente de las investigaciones cuenta todo lo que sabe y ofrece tantos detalles, con implicaciones internacionales y acusando directamente a Craxi.
Cuando años después de la tragedia, el mismo Giuliano Amato fue elegido presidente del Consejo de Ministros invitó a los entonces presidentes de EEUU y de Francia, Bill Clinton y Jaques Chirac, a arrojar luz sobre la tragedia: “Recibí respuestas muy amables que me remitían a los órganos competentes. Después no supe nada más. Silencio total”.
“La vergüenza que pesa sobre París”
“Fueron asesinados 81 inocentes. Esto es aún un delito grave que debe ser resuelto”, reclama Amato, que anima a Francia a confirmar su responsabilidad. “Ahora el Elíseo puede lavar la vergüenza que pesa sobre París. Macron, que en aquella época no había casi nacido, tiene ahora la oportunidad de aclararlo todo y pedir perdón a los familiares de las víctimas”.
Los familiares de las víctimas se han pronunciado este mismo sábado para subrayar “la importancia de las palabras de Amato”, que confirman que el avión fue abatido y que los responsables habrían sido los franceses, como había adelantado Cosiga en 2009.
“Esto devuelve la atención sobre lo ocurrido y deja claro que nuestra dignidad nacional ha sido gravemente perjudicada por el comportamiento de los aliados”, ha declarado Daria Bonfietti, presidenta de la Asociación de familiares de las víctimas de la masacre de Ústica, “Ahora, es necesario pedir con fuerza a los franceses y al presidente Macron que asuman sus responsabilidades”.
8 radares estropeados
Como recoje este vídeo, ya en 1991 se encontró en el fondo marino restos de un misil de la OTAN. Casualmente unos minutos antes de que ocurrieran estos hechos los ocho centros de radar más cercanos se habían estropeado.
Fuente: República.
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