El Reino Unido firma un nuevo acuerdo económico-militar con Ucrania de más de 5.000 millones


El primer ministro británico, Keir Starmer, anunció el lunes (23) otro paso en la escalada militarista del imperialismo europeo: un acuerdo para la producción de drones en asociación con Ucrania, reforzando la cooperación militar entre los dos países. La medida fue anunciada durante la visita del presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, al Reino Unido, que incluyó un almuerzo simbólico con el rey Carlos III, representante de la monarquía británica, una institución históricamente vinculada al colonialismo y la opresión de los pueblos de todo el mundo.
“Estoy muy orgulloso de anunciar esta tarde un acuerdo de coproducción militar-industrial, el primero de este tipo entre Ucrania y el Reino Unido”, dijo Starmer junto a Zelenski durante una ceremonia rodeado de personal militar en los jardines del número 10 de Downing Street, la sede del gobierno británico. El acuerdo se vende como un marco de “cooperación”, pero, en la práctica, es una nueva etapa de implicación directa de la maquinaria bélica británica en la devastación provocada por el conflicto en Ucrania.
Según un comunicado oficial, las empresas de defensa británicas —es decir, la poderosa industria armamentística vinculada al capital financiero— comenzarán a producir drones de “alta tecnología” a gran escala, basándose en datos recopilados directamente en el frente de combate de la guerra contra Rusia. Una vez más, la guerra se utiliza como campo de pruebas para tecnologías letales, y la población ucraniana paga el precio más alto.
Estos drones de última generación, según se anunció, servirán para “ayudar a Ucrania, líder mundial en esta tecnología”, a “seguir repeliendo la bárbara invasión de Rusia”. Los mismos países que han estado librando guerras, invasiones y golpes de Estado en todo el mundo durante décadas ahora se posicionan como defensores de la “soberanía” ucraniana, mientras empujan al país a un conflicto interminable, sacrificando miles de vidas para servir a los intereses geopolíticos de la OTAN.
Starmer celebró el acuerdo como un “gran logro”, destacando la combinación de “innovación ucraniana en el campo de batalla” con “fuerza industrial británica”. En realidad, se trata de una clara instrumentalización de Ucrania como vasallo del imperialismo europeo, que aprovecha la guerra para ensayar armas, fortalecer su industria militar y posicionarse frente a Rusia, vista como un obstáculo para la dictadura completa del imperialismo sobre el globo.
El acuerdo, que inicialmente tendrá una duración de tres años, se firmó en el marco de la llamada “asociación de 100 años” entre los dos gobiernos, firmada en enero. Este tipo de pacto no hace más que consolidar la subordinación de Ucrania a los intereses del imperialismo británico, disfrazado bajo promesas de “seguridad” y “cooperación marítima”.
Actuando como el verdadero portavoz de la OTAN, Zelenski celebró la medida afirmando que “fortalecerá a nuestras dos naciones” y elogió el “intercambio de experiencias” a través de la Operación Interflex, un programa británico que ya ha entrenado a más de 54.000 soldados ucranianos, con el claro objetivo de convertir al país en un instrumento militar contra los rusos.
La visita de Zelenski tuvo lugar en vísperas de la cumbre de la OTAN en La Haya, una alianza militar liderada por Estados Unidos y responsable de innumerables guerras y agresiones en todo el mundo. Casualmente (o no), su visita también se produjo después de otro bombardeo ruso, que mató a civiles en la región de Kiev. Situaciones como esta son aprovechadas por el imperialismo para justificar más envíos de armas e intensificar el conflicto.
Antes de reunirse con Starmer, Zelenski se reunió con el rey Carlos III en el castillo de Windsor. Se trata de la segunda visita oficial del dictador ucraniano al rey británico, tras ser recibido por él en marzo, poco después de un polémico encuentro con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Mientras tanto, en el plano diplomático, los diálogos entre la dictadura ucraniana y el gobierno ruso siguen congelados, a pesar de las supuestas “presiones” de Estados Unidos. La última reunión entre los dos países tuvo lugar hace casi tres semanas y no está prevista una nueva ronda, una clara indicación de que el imperialismo no tiene un interés real en promover la paz, sino en prolongar la guerra para debilitar a Rusia y justificar el militarismo de la OTAN.
Según Starmer y Zelenski, en la reunión también se abordó la “coalición de los dispuestos”, una agrupación de aliados de la OTAN, con el objetivo de tratar de involucrar aún más a los países europeos en el conflicto, con el pretexto de reactivar la diplomacia. Se espera que la coalición se reúna “virtualmente en las próximas semanas” en un nuevo movimiento para evitar cualquier resolución pacífica y soberana del conflicto.
El programa de drones se financiará con los 4.500 millones de libras (5.250 millones de euros) ya anunciados como apoyo militar británico a Ucrania para este año. En total, desde el inicio de la guerra en febrero de 2022, el Reino Unido ya ha destinado 18.000 millones de libras (21.000 millones de euros) en ayuda militar y civil al régimen nazi ucraniano, recursos que podrían utilizarse para la salud, la educación o la vivienda, pero que alimentan la maquinaria bélica del imperialismo.
Fuente: Diario Causa Operaria.
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