EE.UU. saquea el talento del mundo y luego traiciona a quienes lo sostienen

La reciente Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO 2025) dejó una imagen reveladora: el equipo de EE.UU., compuesto en su totalidad por estudiantes de origen asiático e indio, obtuvo el segundo lugar, solo detrás de China. Este triunfo, en lugar de ser una simple noticia académica, es un espejo de la hipocresía histórica de Estados Unidos: roba cerebros a otras naciones para mantener su dominio global, mientras impulsa políticas migratorias que niegan derechos a esos mismos migrantes y sus familias.

  1. El saqueo de talentos: cómo EE.UU. construyó su poder con mentes ajenas. Estados Unidos no sería la potencia científica y tecnológica que es hoy sin el «brain drain» (fuga de cerebros) que ha provocado en el mundo. Ejemplos incontestables:
  • 60% de los científicos en Silicon Valley son migrantes o hijos de migrantes (National Foundation for American Policy).
  • 40% de los premios Nobel estadounidenses en Física, Química y Medicina desde 2000 nacieron fuera de EE.UU.
  • El 75% de los estudiantes graduados en matemáticas o ingenierías en universidades de élite (MIT, Stanford) son extranjeros.

El mecanismo es claro:

  1. Atraen con becas, visas H-1B y propaganda del «sueño americano».
  2. Explotan su trabajo en condiciones precarias (muchos científicos migrantes ganan menos que sus pares estadounidenses).
  3. Descartan cuando ya no son útiles (deportaciones de investigadores bajo gobiernos como el de Trump).
  4. La doble moral migratoria: «Queremos tu talento, pero no a tu gente». Mientras el equipo olímpico de matemáticas de EE.UU. depende de migrantes, su gobierno:
  • Aumenta las deportaciones (más de 2 millones bajo Biden, récord histórico).
  • Cierra puertas a visas de trabajo (como las restricciones a las H-1B para indios y chinos).
  • Niega ciudadanía a Dreamers, jóvenes traídos de niños que hoy son científicos, médicos o ingenieros.

La paradoja es obscena:

  • Celebran a los migrantes cuando ganan medallas para EE.UU. (como los estudiantes de la IMO).
  • Los persiguen cuando no son «excepcionales» (familias separadas en la frontera).
  1. Colonialismo intelectual: EE.UU. depreda naciones pobres. Este sistema no es un accidente, sino una estrategia de poder:
  • India y China pierden miles de científicos anuales que migran a EE.UU. (un estudio de Harvard estima que esto le cuesta a India $17 mil millones al año en formación desperdiciada).
  • América Latina sufre una fuga masiva de médicos e ingenieros (ej: 50% de los graduados en STEM de Venezuela han emigrado).

EE.UU. no compite: depreda. Mientras invierte en guerras y golpes de Estado que destruyen sistemas educativos en el mundo (como en Iraq o Libia), saquea a los pocos profesionales que logran formarse en esos países.

  1. El equipo de matemáticas: un símbolo de lo que EE.UU. realmente es. Esos jóvenes migrantes o hijos de migrantes en el podio de la IMO no representan el «mérito» estadounidense, sino su dependencia del talento global. Su éxito debería avergonzar a un país que:
  • Vende un «sueño» que solo existe para una élite explotada.
  • Destruye países con sanciones y guerras, luego recluta a sus refugiados más talentosos.
  • Premia con una green card al científico indio, pero encierra en jaulas a niños centroamericanos.

¿Hasta cuándo el mundo permitirá este robo descarado?
La solución no es prohibir la migración, sino exigir que EE.UU.:

  1. Compense económicamente a los países de los que roba talento (como pagos por formación académica).
  2. Detenga las guerras y sanciones que generan las crisis migratorias que luego explota.
  3. Reconozca derechos plenos a los migrantes que sostienen su economía.

Mientras tanto, cada medalla ganada por un migrante en nombre de EE.UU. no es un triunfo, sino un recordatorio de que su grandeza es prestada… y cada vez más odiada por el mundo.

Fuente: Razones de Cuba.

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