Denuncian que el 1% más rico del mundo acumula dos tercios de la riqueza generada desde 2020

En un informe publicado con motivo del Foro de Davos, la ONG Oxfam explica que este 1% representa cerca del doble de la riqueza obtenida por el 99% restante.

En el contexto actual, donde cientos de millones de personas se enfrentan a subidas «imposibles» del coste de la vida y donde millones siguen sufriendo la pandemia, la ONG dice: «Todas estas crisis tienen ganadores. Los más ricos se hicieron considerablemente más ricos y las ganancias corporativas alcanzaron niveles récord, generando una explosión de desigualdad”.

Oxfam estima que la fortuna de la minoría privilegiada aumentará en 2.700 millones de dólares diarios, mientras que alrededor de 1.700 millones de trabajadores sufrirán pérdidas en el valor real de sus salarios en 2022.

Según el documento, en 2022 las empresas de energía y alimentos duplicaron sus ganancias y repartieron 257 mil millones de dólares en dividendos a sus accionistas, cuando más de 800 millones de personas pasan hambre en todo el mundo.

Como una forma de reducir la creciente desigualdad y mitigar los efectos de una «policrisis» a la que contribuyen la inflación, los efectos de la pandemia y los efectos de fenómenos como sequías e inundaciones, la ONG pidió un aumento de los impuestos a las grandes fortunas y la adopción de otras políticas tendientes a acabar con los multimillonarios.

Prueba del fracaso del sistema económico

Al presentar el informe, Oxfam afirma que “la sola existencia de multimillonarios y ganancias récord, mientras que la pobreza y la desigualdad van en aumento, es una prueba abrumadora de un sistema económico fallido”.

En cuanto a la crisis, la ONG advierte de las cortinas de humo que se lanzan para encubrir la realidad, es decir, la forma en que las empresas están trasladando costes a los consumidores y lucrándose con la crisis, usándola como excusa para subir los precios.

La guerra de la OTAN con Rusia en Ucrania contribuye al aumento de los precios mundiales de la energía, dice el texto, pero, en el caso de los alimentos, los precios ya subían considerablemente mucho antes de esa guerra.

Según Oxfam, incluso sin amenazas de verse perjudicadas por la competencia, las empresas de alimentos y energía han mantenido los precios altos, en beneficio de los accionistas y en detrimento de los consumidores.

«Cuando golpea la crisis económica, los trabajadores son los primeros en sufrir recortes salariales y perder puestos de trabajo», afirma la ONG, recordando cómo la crisis asociada al Covid-19 y la ralentización económica mundial de 2020 supuso una pérdida de horas de trabajo de aproximadamente cuatro veces mayor que la generada por la crisis de 2008.

Fuente: Abril Abril.

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