(Granada) Cristianos de Base se avergüenzan del arzobispo por denigrar la lucha por la Igualdad y alientan a colectivos cristianos a que expresen su repulsa

Esta es la reflexión de las Comunidades Cristianas Populares de Granada y Andalucía que por su interés reproducimos íntegramente:

“Las Comunidades Cristianas Populares de Granada y Andalucía, al igual que tantas personas, cristianas o no, hemos leído con asombro la homilía pronunciada recientemente por el Sr. Arzobispo de Granada el pasado 12 de Febrero, sobre la ideología de género y otros temas de moral sexual.

Si no fuese porque un Arzobispo es una autoridad eclesiástica y que lo que él diga tiene un eco importante en muchas personas de buena fe, diríamos que su homilía no deja de ser un panfleto en el sentido literal de la palabra. Dada la repercusión mediática de sus palabras, CCP quiere manifestar su rechazo, no sólo por incitar cuanto menos a la discriminación, que es lo más grave, como han denunciado ante la Fiscalía El Observatorio contra la LGBTfobia, lo que apoyamos al cien por cien, sino que desearíamos hacer algunas otras observaciones complementarias desde nuestra perspectiva cristiana.

Cuando autoridades eclesiásticas justifican sus ideas con leyes, según ellos divinas, sin tener en cuenta que todo lo escrito en la Biblia está escrito por hombres (además en masculino), sacando los textos o la leyes de su contexto histórico-sociológico-filosófico y sin la mínima exégesis, yerran torpemente, puesto que si “Dios” hubiera inspirado en cada momento histórico lo mejor para los seres humanos, Jesús no se hubiese dirigido a Él como Padre.

En segundo lugar, desconocemos qué condiciones académicas se le exige a un sacerdote para ser obispo, pero éste monseñor en concreto, si no le exigieron lo que sería necesario conocer de los seres humanos, debería informarse debidamente y aprender que cada persona nacemos con una naturaleza de hombre, de mujer, de homosexual, de lesbiana o de tras, y es con esta naturaleza con la que debemos vivir y a la que serle fiel.

¿O es que el señor arzobispo piensa que los cinco mil presos homosexuales de la época franquista preferían la cárcel a cambiar de naturaleza? ¿Piensa el señor obispo que aquellas personas que no se sienten identificadas con su corporeidad prefieren la muerte como ocurre en determinados países?

La literatura para informarse al respecto es inmensa, pero por si le da miedo acceder a ella, solamente ponemos la siguiente cita:
“El género es una construcción cultural; por consiguiente, no es el resultado causal del sexo, ni tan aparentemente fijo como el sexo…Al teorizar que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras. En consecuencia varón y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino”. J. Butler. Gender Trouble: feminism and the Subversion of Identitiy (Routlege, New York 1990, pág. 6

Pero nos tememos que estos personajes eclesiásticos prefieren citas como la de Benedicto XVI: “La ideología de género es la última rebelión de la creatura contra su condición de creatura. Ahora, con la ideología de género el hombre moderno pretende librarse incluso de las exigencias de su propio cuerpo: se considera un ser autónomo que se construye a sí mismo; una pura voluntad que se autocrea y se convierte en un dios para sí mismo.”

Mal camino es éste para convivir en una sociedad donde sobra odio y confusión, y falta formación, información, seriedad, respeto al prójimo.

Y, finalmente, la trágica situación que vivimos de seis mujeres asesinadas por hombres machistas en cuatro días y dieciséis en apenas dos meses, el prelado recordó las palabras de un sacerdote amigo en las que le decía que Cristo había venido a enseñar a distinguir “una patata de una rosa y un hombre de una mujer”, con detalles obscenos, como lo es el propio símil y que ahorramos el repetirlos al lector o lectora.

Señor arzobispo, alguien debería impedir que desde su cátedra de arzobispo pueda insultar de esta manera a la dignidad de las personas y, en concreto a la dignidad de las mujeres, víctimas del aberrante machismo y del no menos aberrante patriarcado que domina la institución eclesiástica en la que son solamente hombres-clérigos los que dictaminan sobre normas morales para mujeres, desde púlpitos incitando al odio a la mujer como la Eva pecadora causante del pecado del mundo y, por tanto, como elemento peligroso en la humanidad, a la que se la puede tratar como una escoria. Señor arzobispo de Granada, retírese por el bien común de mujeres, hombres, homosexuales, lesbianas y transexuales.

Desde las CCP de Granada y Andalucía nos avergonzamos de homilías como la del Sr. Arzobispo de Granada, no nos representa, y alentamos a los colectivos cristianos y a la ciudadanía a expresar su más enérgica repulsa por estas actitudes de prelados, personajes públicos que en nada benefician a la construcción de una sociedad más digna e igualitaria y por tantas muertes de mujeres asesinadas por el machismo de esta sociedad patriarcal y exigir a los gobiernos y administraciones públicas un pacto de estado contra tanta sangre derramada por mujeres inocentes.

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Carlos Ríos

Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en el sector de la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (Atrapasueños, 2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (El Bandolero, 2011) a dos manos. He hecho aportaciones a las obras colectivas "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (Hojas Monfíes, 2017) y "Blas Infante: revolucionario andaluz" (Hojas Monfíes, 2019).

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