El 9 de abril de 1609 el rey castellano Felipe III firmó el último decreto de expulsión de los moriscos. Alrededor de 300.000 andalusíes se vieron obligados a abandonarlo todo por el mero hecho de ser cristianos nuevos.
«Fue una decisión política identitaria de representación del poder. No es una casualidad que ese mismo día, el 9 de abril de 1609, se firmara la tregua con los protestantes holandeses tras la Guerra de los Doce Años. Con este gesto Felipe III le estaba diciendo al mundo: Hemos pactado con los herejes protestantes, pero somos tan católicos que somos capaces de expulsar al 4,30% de nuestra población por ser moriscos», explica Manuel Peña Díaz, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Córdoba y director de la revista Andalucía en la Historia que edita el Centro de Estudios Andaluces. Esta publicación ha recogido en su número de este mes un artículo del mismo Peña Díaz y una entrevista con el hispanista francés Bernard Vincent, uno de los grandes especialistas en el tema y autor de varios libros sobre este éxodo.
«Para justificar el decreto, la monarquía los acusó de herejes y alegó que los moriscos suponían un peligro para el país por la posibilidad de que se aliasen con los otomanos de Estambul o con los berberiscos del Norte de África; pero la realidad es que su salida es la consecuencia de un fracaso pastoral. La Iglesia no fue capaz de convertirlos totalmente y por eso apoyo la decisión del monarca», comenta Peña Díaz.
Según el historiador la maurofilia estaba muy extendida en el país y existía una corriente de los moriscos que buscaba una síntesis con la espiritualidad cristiana. Prueba de ello son los libros plúmbeos que aparecieron en el Sacromonte de Granada en el siglo XVI y que contenían textos cristianos tanto en árabe como en latín, aunque al final resultaron ser falsificaciones para apoyar esta necesidad de acercamiento.
«Una de las formas que los cristianos tenían de detectar a los moriscos era por la higiene. Los acusaban de que se lavaban una vez a la semana, los viernes, y que incluso lo hacían en diciembre; frente a los cristianos que huían del baño. Parece ser que el tiempo le ha dado la razón a los moriscos y que sus costumbres son ahora las nuestras. Ellos cocinaban con aceite de oliva, mientras que los cristianos lo hacían con tocino; comían muchas frutas y verduras, usaban perfumes y vestían ropas de colores vivos», dice el historiador.
El origen del flamenco y de los verdiales malagueños puede estar, según el historiador, en los moriscos que para evitar el éxodo se unieron a los gitanos nómadas llevando consigo sus cantes y bailes.
Fuente: https://elpais.com/diario/2009/04/10/andalucia/1239315733_850215.html /



A finales del siglo XII una ola reaccionaria invadió Al-Ándalus con la llegada de los almohades, y Averroes fue desterrado y aislado en Lucena y Cabra, cerca de Córdoba, y se prohibieron sus obras. Meses antes de su muerte, sin embargo, fue reivindicado y llamado a la corte en Marruecos. Muchas de sus obras de lógica y metafísica se han perdido definitivamente como consecuencia de la censura. Gran parte de su obra solo ha podido sobrevivir a través de traducciones en hebreo y latín, y no en su original árabe. Su principal discípulo fue Ibn Tumlus, quien le había sucedido como médico de cámara del quinto califa almohade Al-Nasir.
En Occidente, Averroes fue conocido por sus extensos comentarios sobre Aristóteles. Sus pensamientos generaron controversias en la cristiandad latina y desencadenaron un movimiento filosófico llamado averroísmo basado en sus escritos. La teoría de Averroes sobre la unidad del intelecto se convirtió en una de las doctrinas averroístas más conocidas y controvertidas. Sus enseñanzas se difundieron por todos los países de cultura musulmana especialmente en Al Ándalus. Los filósofos europeos a su vez aplicaban estas ideas a los escritos de Aristóteles para hacer lo propio con el catolicismo. Averroísmo es el término aplicado a dos tendencias filosóficas de la escolástica desde finales del siglo XIII, la primera de las cuales estaba basada en las interpretaciones del aristotelismo por el filósofo cordobés Averroes (Ibn Rushd) y su intento de conciliarle con el Islam. Los principales autores involucrados en el movimiento averroísta fueron Siger de Brabante y Boecio de Dacia. Sus obras fueron condenadas por la Iglesia Católica en 1270 y 1277. Aunque debilitado por las condenas y la crítica de Tomás de Aquino, el averroísmo continuó atrayendo seguidores hasta el siglo XVI.
Un cráter lunar fue nombrado como por la UAI como Ibn Rushd en su honor.
Fuente: www.dbe.rah.es / www.es.wikipedia.org / www.historiaespana.es


“Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas, dijo, es que estemos aquí; lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba. Eso es lo que no pueden perdonarnos: que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos…” “Y que esa Revolución socialista ¡la defenderemos con esos fusiles que tienen ustedes! ¡La defenderemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores!”.


El 17 de abril es el Día Internacional de los Presos y Presas Políticas. Esta iniciativa surge el año 2005 en Donostia (Euskal Herria) donde distintas organizaciones acordaron una jornada internacional que ponga de relieve la situación de miles y miles de luchadores/as que son tomados como rehenes por pelear por transformar sus diversas realidades. Es así que se instituye EL DIA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS POLITICOS, día que enfrenta la represión de los estados terroristas y son llevados a la privación de su libertad, pero además en condiciones infames que buscan reducirlos, aniquilarlos sistemáticamente y destruirlos socialmente con la privación de todos sus derechos humanos fundamentales.
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