
Al poco de ocupar la ciudad, el poder castellano-aragonés las incumplirían sistemáticamente. Como consecuencia, miles de granadinos serían perseguidos, torturados y asesinados por su resistencia a convertirse en felah-mengub (campesinos sin tierra) y querer mantener su cultura e identidad. Sus tierras y propiedades les serían arrebatadas mediante la fuerza. Su identidad prohibida mediante el terror de Estado. Resultado de ese proceso es que en el censo de 1797 en los reinos de Córdoba y Jaén el 80% de la población trabajadora eran jornaleros y en el reino de Sevilla cinco de cada seis habitantes, mientras que en Asturias o Vascongadas la figura de la jornalera era prácticamente inexistente.
En lugar de repudiar estos hechos, son celebrado, conmemorados y justificados por el actual régimen español impuesto a través de un ceremonial y una festividad xenóboba, supremacista y proimperialista denominada «la Toma». Puedes encontrar más datos en este informe.



El objetivo del golpe era impedir que Castelar fuera desalojado del gobierno, aunque como este tras el golpe no aceptó seguir en el poder por medios antidemocráticos, el general Pavía tuvo que reunir a los partidos contrarios a la república federal (que a pesar de su denominación comportaba un modelo de repúblicas asociadas en una república confederal) que decidieron poner al frente del gobierno estatal que promovía Pavía al líder del conservador Partido Constitucional, el general Francisco Serrano.
Así se inició una segunda etapa de la I República que la llevaría a su liquidación denominada «República Unitaria» o «Dictadura de Serrano».


Un día como hoy de 1919 se iniciaba en Alemania el Levantamiento Espartaquista. Inspirado en la Revolución Rusa, la clase trabajadora convocaba una huelga general revolucionaria y durante siete días ocuparon fábricas y distintos puntos estratégicos, con el objetivo de hacerse con el poder.
La reacción gubernamental de la República de Weimar, con el partido socialdemócrata (SPD) al frente, no se hizo esperar. Los obreros fueron duramente reprimidos con ayuda del Freikorps, grupos paramilitares anticomunistas y germen de las futuras fuerzas de choque del partido nazi.
La represión se cobró más de 5000 víctimas mortales entre las que varios líderes del recién constituido Partido Comunista, como Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, que fueron capturados por las tropas de asalto y ejecutados a sangre fría el 15 de enero.



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