

Dirigente bolchevique, cofundaría la corriente interna “Oposición Obrera” junto al sindicalista del metal Aleksandr Shliápnikov, que se oponiá a la línea económica del partido y pretendía la entrga de la dirección de la economía de la URSS dirección y gestión de la misma directamente a los sindicatos y los soviet obreros. Sus tesis serán derrotadas.
También fue pionera en torno a una visión feminista de la lucha de la mujer desde una óptica revolucionaria, enmarcada dentro de la lucha de clases, así como de la liberación sexual.
Vídeo de un discurso de Alexandra Kolontái sobre la revolución soviética y la liberación de la mujer:




Maurice Bishop, 13 de abril de 1979

Al igual que el 80 por ciento de la población de la isla, Bishop era descendiente de esclavos africanos traídos allí por los invasores europeos. Estudió Derecho en Gran Bretaña. En 1966 se casó con Angela Redhead, con la que tuvo dos hijos, John y Nadia. Angela emigró a Canadá con sus dos hijos en 1981, mientras Bishop era Primer Ministro.
El Movimiento de la Nueva Joya, que lideraba Bishop, derrocó al régimen de Eric Gairy el 13 de marzo de 1979 y lo nombró Primer Ministro de Granada.

Su gobierno popular, conocido como People’s Revolution (La Revolución del Pueblo) implementó programas de desarrollo social integral y estrechó las relaciones con Cuba, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la Nicaragua Sandinista y otros países opuestos al imperialismo estadounidense.
Bishop comenzó varios proyectos, incluida la construcción de un nuevo aeropuerto internacional en el extremo sur de la isla, con apoyo de Cuba.
El presidente estadounidense Ronald Reagan acusó a Bishop de utilizar el aeropuerto de Granada como base militar soviética. Desde Washington se fomentó el clima de tensión y se le dio apoyo al derrocamiento de Bishop, como antesala a una invasión a la isla. En octubre de 1983, al regresar de una visita diplomática a Checoslovaquia y Hungría, Bishop fue derrocado por los partidarios del viceprimer ministro Bernard Coard, y puesto bajo arresto domiciliario. Una revuelta popular lo liberó, pero el gobierno de Coard y el general Hudson Austin, con el apoyo de la Casa Blanca, ordenaron su asesinato en la base militar de Fort Rupert.
Bishop fue ejecutado junto a la Ministra de Educación y compañera, Jacqueline Creft, y otros miembros del gobierno como Unison Whitman. El 25 de octubre de 1983, Reagan ordenó al Ejército de Estados Unidos invadir Granada, en la llamada Operación Furia Urgente.

Unas semanas después de su asesinato y la invasión de Granada, el comandante Fidel Castro diría en La Habana:
«A decir verdad, la situación económica y social de Granada marchaba satisfactoriamente. El pueblo había recibido numerosos beneficios a pesar de la política hostil de Estados Unidos, y el producto bruto de su economía crecía a buen ritmo en medio de la crisis mundial.
Bishop no era un extremista, aunque sí un verdadero revolucionario, consciente y honesto. Lejos de estar nosotros en desacuerdo con su política inteligente y realista, la veíamos con plenas simpatías, porque se adaptaba rigurosamente a las condiciones concretas y las posibilidades de su país. Granada se había convertido en un verdadero símbolo de independencia y de progreso en el Caribe».
Comandante Fidel Castro. 14 de noviembre de 1983, Plaza de la Revolución, La Habana. Cuba.

“El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde , dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre.
Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia histórica han perdido con este hombre. Harto pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca.
Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza idológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo. Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él . El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas.
Dos descubrimientos como éstos debían bastar para una vida. Quien tenga la suerte de hacer tan sólo un descubrimiento así, ya puede considerarse feliz. Pero no hubo un sólo campo que Marx no sometiese a investigación -y éstos campos fueron muchos, y no se limitó a tocar de pasada ni uno sólo- incluyendo las matemáticas, en la que no hiciese descubrimientos originales. Tal era el hombre de ciencia. Pero esto no era, ni con mucho, la mitad del hombre. Para Marx, la ciencia era una fuerza histórica motriz, una fuerza revolucionaria. Por puro que fuese el gozo que pudiera depararle un nuevo descubrimiento hecho en cualquier ciencia teórica y cuya aplicación práctica tal vez no podía preverse en modo alguno, era muy otro el goce que experimentaba cuando se trataba de un descubrimiento que ejercía inmediatamente una influencia revolucionadora en la industria y en el desarrollo histórico en general. Por eso seguía al detalle la marcha de los descubrimientos realizados en el campo de la electricidad, hasta los de Marcel Deprez en los últimos tiempos.
Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos. Primera Gaceta del Rin, 1842; Vorwärts de París, 1844; Gaceta Alemana de Bruselas, 1847; Nueva Gaceta del Rin, 1848-1849; New York Tribune, 1852 a 1861, a todo lo cual hay que añadir un montón de folletos de lucha, y el trabajo en las organizaciones de París, Bruselas y Londres, hasta que, por último, nació como remate de todo, la gran Asociación Internacional de Trabajadores, que era, en verdad, una obra de la que su autor podía estar orgulloso, aunque no hubiera creado ninguna otra cosa.
Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Los gobiernos, lo mismo los absolutistas que los repulicanos, le expulsaban. Los burgueses, lo mismo los conservadores que los ultrademócratas, competían a lanzar difamaciones contra él. Marx apartaba todo esto a un lado como si fueran telas de araña, no hacía caso de ello; sólo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exigía. Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde la minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal.Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra”.

Estatua de Abd al Rahman I en Almuñecar.

El 17 de marzo de 1369 muere en su ciudad natal el almeriense Ibn Jatima, padre de la epidemiología moderna. Abu Yafar Ahmad bin Ali bin Muhammad bin Jatima al-Ansari, también llamado Ahmad ibn Jatima o simplemente Ibn Jatima, fue un médico, poeta y filósofo andalusí, nacido en Almería en 1300 y fallecido en la misma ciudad el 17 de marzo de 1369.
Vivió los peores tiempos de la peste bubónica en su ciudad, que fue el puerto de entrada de la enfermedad en la Al-Ándalus, entre ellos la plaga de 1347-1349. A esta enfermedad dedicó su principal obra, «Tahsíl garad al-qásid fi tafsil al-marad al-wafid» (en castellano «Consecución del fin propuesto en la aclaración de la enfermedad de la peste») aparecida en febrero de 1349. Sabía medicina, aunque no consta que ejerciese como médico y en su trabajo hace un análisis científico de la misma sin caer en explicaciones teológicas. En él se describen otras plagas ocurridas en el mundo conocido, se dan consejos a los andalusíes para que se protejan de la enfermedad y se aventura la teoría de que las enfermedades se transmitan a través de «organismos minúsculos» que pasan de un cuerpo a otro.
Se adelanta así Ibn Jatima a la Europa feudal y católica, junto a su contemporáneo, amigo y primer ministro nazarí Ibn al-Jaṭīb de Loja (1313-1375), en la hipótesis de la infección microbiana y en la importancia del aislamiento en las epidemias. Por ello el Colegio de Médicos de Granada le rindió homenaje en 2013 como una de los andaluces ilustres que desarrollaron en el siglo XIV medidas preventivas contra la peste negra.
Escribió otra obra médica más, que fue traducida al latín como Morbi in posterum vitandi prescriptio et remedia, y una alabanza de su tierra natal titulada «Ventajas de Almería respecto a otros territorios de Al Ándalus».
Es autor además de un diwan de poesías caracterizadas por el artificio poético y la celebración de la vida, compuesto entre 1337 y 1338. Destaca la moderna forma de sus composiciones: incluyó en ellas juegos de sonidos, caligramas, enigmas con números y letras, versos recortados del papel y otras aportaciones que se adelantan a la poesía experimental de siglos después.
Escribió también una historia de Almería que no se conserva, pero que es citada por otros autores andalusíes y un tratado de filología.
Fuentes: www.dbe.rah.es / www.cms.ual.es / www.noticiasdealmeria.com
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