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Ene
4
Sáb
Muere Francisco Rodríguez Ledesma, albañil sevillano asesinado por la policía española
Ene 4 todo el día

Eran las cinco de la tarde de aquel 9 de julio de 1977. Francisco Rodríguez Ledesma, albañil, currante y vecino en paro del barrio obrero del Cerro del Águila se encontraba en una de las asambleas celebradas ante el expediente de crisis que amenazaba los dos mil puestos de trabajo de la fábrica textil de Hytasa (Sevilla). La instalación había sido inaugurada cuarenta años antes por el general Gonzalo Queipo de Llano.

Aquella tarde unas cien personas al grito de ‘No al cierre de la textil‘ alterarían, tras meses de protesta, al Seat 1500 color crema que llegaba a cada concentración con tres agentes de la Brigada Político Social. La nota del Gobernador Civil relata al día siguiente de aquella revuelta como “supuestamente lanzaron piedras al vehículo los manifestantes” de Hytasa. Más tarde, cayeron disparos. Gritos. Y un solo herido que termina muerto. A Ledesma, de 54 años de edad, le estalló el bazo y tuvo perforación de colon a causa del disparo de uno de los agentes de la BPS a menos de veinte metros de distancia.

Murió el 4 de enero de 1978. Seis meses de lenta agonía y seis operaciones más no le salvaron de “sufrir un agravamiento considerable, con infección abdominal y una afección renal aguda”. Murió el 4 de enero de 1978. Hoy se cumplen cuarenta y cuatro años de su asesinato. Casos como el del albañil Francisco Rodríguez Ledesma confirman como a las puertas de la Transición, y con el dictador muerto hacía dos años, el terror no había pasado. Una de sus modalidades eran los tiros al aire en medio de manifestaciones que costaron la vida a trabajadores a plena luz del día.

El escritor Juan José Téllez relata sobre el caso de este albañil del Cerro del Águila la impunidad que nunca ha salido a la luz. El agente “era un tipo con gafas que bajó de un coche policial. Así describieron a su asesino. Nunca identificado, jamás condenado”.

La explicación oficial llegaría días más tarde en uno de los comunicados lanzado por el entonces gobernador civil José Ruiz de Gordoa.: “Dispersada la concentración, un grupo de unas 100 personas, identificó un coche policial dirigiéndose contra el mismo y arrojándole piedras con propósitos claramente agresivos, viéndose obligados los ocupantes a salir del coche y efectuar disparos al aire. Posteriormente se tuvo conocimiento de que en la Casa de Socorro de Nervión había ingresado un hombre herido de bala y que resultó ser Francisco Rodríguez Ledesma…”. “Se habían buscado la vida en este barrio obrero y en aquella etapa buscaba por las tardes chapuzas que le salieran en la casa de algún vecino”, dice un antiguo vecino

La prensa de la época se hizo también eco de los terribles sucesos. “Las cargas de la Policía Armada sembraron el desconcierto entre los miles de manifestantes. Entre el tumulto, cinco disparos de bala salieron de la pistola de un policía de paisano hiriendo de muerte a Ledesma”.

Los obreros de la textil de Hytasa, una de las fábricas más grandes del sector, llevaban varias semanas de concentraciones. En sus puertas se reunían miles de vecinos de todos los barrios obreros, los Pajaritos, La Candelaria, Polígono Sur, Su Eminencia, Rochelambert y el Cerro.

Cinco disparos al aire

Aquella tarde del 9 de julio, Ledesma llegó a la concentración como un trabajador afiliado a Comisiones Obreras, aunque se encontraba en paro y nunca había sido de la plantilla de la textil. Esa tarde había pasado por la bodeguita donde hablaba con otros albañiles de posibles chapuzas que podían salir en el barrio.Su hermana aún guarda en el cajón de su habitación el carné de afiliado a CCOO, las gafas y las 50 pesetas que llevaba encima.

Sin dar apenas tiempo a los convocados, comenzaron las carreras, las cargas, el humo, todo por unos gritos que alteraron a aquella Policía Armada. Nadie olvida que los agentes de la BPS estaban a tan solo a veinte metros de distancia de los trabajadores de la textil. “De la calle Héroes de Toledo surgió un Seat 1500 color crema. De él se bajó un hombre que rondaba la cincuentena. Parece que algunas de las personas recriminaban a la Policía su enérgica, incontrolada e inconsecuente represión”, aclaraban los periódicos.

El recuerdo de los vecinos

“Nadie olvida aquella tarde. Fue para todos un día muy traumático. La muerte de un compañero que, sin ser trabajador, fue aquella tarde a ayudar a sus vecinos que se veían amenazados a irse a cola del paro” relata a Público Pepe Verdón, vecino del barrio en aquella época. Ledesma había llegado al barrio junto a sus siete hermanos desde Morón de la Frontera. “Se habían buscado la vida en este barrio obrero y en aquella etapa buscaba por las tardes chapuzas que le salieran en la casa de algún vecino. Sin familia y sin trabajo, este albañil intentaba salir adelante como todos”.“No tenía viuda ni hijos pero la familia que tenía sufrimos mucho, sobre todo mi madre, que nunca dejó de recordarlo”, recuerda su hermano.

Miguel Rodríguez Ledesma, hermano de Francisco, recuerda como en aquella etapa su hermano mayor tuvo la peor suerte del mundo. “En aquella época vivía con mi madre. Después de tantos meses en el hospital solo queríamos descansar de un episodio tan difícil”, relata. El mayor de los Ledesma pertenecía como trabajador de la construcción al sindicato de CCOO. Su hermana Rosario aún guarda en el cajón de su habitación el carné de afiliado, las gafas y las 50 pesetas que llevaba encima en el momento que se cometió el asesinato.

“No tenía viuda ni hijos pero la familia que tenía sufrimos mucho, sobre todo mi madre, que nunca dejó de recordarlo”, destaca Miguel. Encarna, su mujer, afirma en conversación telefónica, cómo su suegra luchó largos años en un pleito con el policía que disparó a su hijo, “ganando cinco millones de las antiguas pesetas” como compensación por parte del gobierno ya en democracia.

Mil personas acompañaron al cuerpo de Ledesma

Verdón habla del dolor de una familia que no vio a los culpables sentarse en el banquillo hasta casi tres años después de su muerte. “El día del juicio estaban sentados en el banquillo el jefe de la BPS en Sevilla que aún está vivo y un agente de Cádiz de la Brigada que recalcó que aquel disparo a 15 metros de la espalda de Ledesma se hizo para salvaguardar su seguridad”. Los responsables no cumplieron condena, quedando otro asesinato de la Transición impune. Ledesma murió en el Hospital Virgen del Roció donde ingresó la misma tarde del 9 de julio.

Ledesma murió en el Hospital Virgen del Roció donde ingresó la misma tarde del 9 de julio. Seis meses después con el pulmón infectado, el riñón y los intestinos no se pudo hacer nada por él. Hoy su hermana Rosario ha sido la única que ha mantenido su legado y reivindica la lucha de su familia por conseguir una respuesta a pesar del paso de los años. “El sindicato de Comisiones ayudó a la familia con una ayuda que hacían los trabajadores para la familia de Ledesma, esperando una lenta recuperación que nunca llegaría y que no le permitió a este albañil salir con vida”, afirma Verdón a Público.

Rosario Rodríguez Ledesma no olvida el día de la muerte de su hermano, cuarenta años después. “Cientos de personas quisieron acompañar a la familia desde el hospital al cementerio en una especie de cortejo que no fue finalmente permitido”. Cientos de personas fueron de todas formas y vociferaron delante de la policía pidiendo responsabilidad a “aquellos fascistas en una larga caminata hasta el camposanto”.

Por María Serrano.

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Ocupación francesa de Argelia
Ene 4 todo el día
El 4 de enero de 1831 Francia comienza la invasión de Argelia con la ocupación de la ciudad de Orán por sus tropas, que se extienden posteriormente por el resto de las zonas costeras. En 1834, Francia anexionaría oficialmente Argelia. No será hasta 1840 cuando iniciará la ocupación de los territorios interiores del norte y el centro. Al sur, en los territorios del desierto, las tribus nómadas combatieron la presencia francesa hasta avanzado el siglo XX.
Ene
5
Dom
Asesinato de Quico Sabaté
Ene 5 todo el día
El 5 de enero de 1960, tras 24 años de lucha armada ininterrumpida contra el fascismo, es asesinado el legendario guerrillero antifranquista anarquista catalán Francesc  “Quico”  Sabaté, durante un enfrentamiento armado con el somatén en la localidad de Sant Celoni (Barcelona).
Comienza el Levantamiento Espartaquista en Alemania (vídeo)
Ene 5 todo el día

Un día como hoy de 1919 se iniciaba en Alemania el Levantamiento Espartaquista. Inspirado en la Revolución Rusa, la clase trabajadora convocaba una huelga general revolucionaria y durante siete días ocuparon fábricas y distintos puntos estratégicos, con el objetivo de hacerse con el poder.

La reacción gubernamental de la República de Weimar, con el partido socialdemócrata (SPD) al frente, no se hizo esperar. Los obreros fueron duramente reprimidos con ayuda del Freikorps, grupos paramilitares anticomunistas y germen de las futuras fuerzas de choque del partido nazi.

La represión se cobró más de 5000 víctimas mortales entre las que varios líderes del recién constituido Partido Comunista, como Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, que fueron capturados por las tropas de asalto y ejecutados a sangre fría el 15 de enero.

Ene
6
Lun
Nacimiento de Fernando Garrido
Ene 6 todo el día
El 6 de enero de 1821 nace en Cartagena Fernando Garrido Tortosa, republicano federalista andaluz gaditano que posteriormente de adheriría a las ideas marxistas.
Ene
7
Mar
Colonización de Liberia
Ene 7 todo el día
El 7 de enero de 1822 comienza la colonización de Liberia por negros estadounidenses como parte de un asentamiento de la Sociedad Americana de Colonización (ACS), organización de blancos que afirmaban que los esclavos y libertos negros norteamericanos  tendrán mejores oportunidades de libertad en África que en los Estados Unidos, por lo que adquirieron tierras en África Occidental para trasladarlos allí. El país declarará su independencia el 26 de julio de 1847 con el nombre de Liberia. Joseph Jenkins Roberts, un negro enriquecido nacido libre en Virginia, será su primer presidente (foto adjunta).
Muerte de Castelao
Ene 7 todo el día
El 7 de enero de 1950 moría en el exilio, en Buenos Aires (Argentina), Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, padre del galleguismo político.
Nacimiento del Estado Libre de Irlanda
Ene 7 todo el día
El 7 de enero de 1922 se aprueba el Tratado anglo-irlandés, también conocido como Tratado de Londres, por el que se establece el Estado libre de Irlanda que entraría en vigor el 6 de diciembre de ese año. Su aprobación originó una división en el independentismo irlandés pues, además de no suponer la independencia absoluta, ya que Irlanda seguiría formando parte del Imperio y los británicos mantendrían el control sobre diferentes infraestructuras del país, como los puertos, suponía la división de la isla que ha perdurado hasta hoy.

El Sinn Féin se dividiría en dos facciones, una favorable y otra contraria al tratado, iniciándose una guerra civil entre ellas que acabaría ganando el sector partidario de su aceptación debido, entre otras razones, a la superioridad armamentística proporcionada por los ingleses. En la foto soldados del ejército irlandés formado por la facción pro-tratado.

Ene
8
Mié
Comienza la Rebelión de las Faeneras en Málaga
Ene 8 todo el día

Un 8 de enero comenzaba el levantamiento de las mujeres obreras que trabajaban a destajo en las fábricas malagueñas, ya fuese en el envase de pescado o el despalillo de la pasa, y marcharon pidiendo una bajada en los precios del pan. Mujeres que demostraron que lo personal es político.

A falta de pan en Málaga, ya no eran buenas (ni había) las tortas. En un enero como este de 1918, pero seguramente con un frío que calaba todavía más fuerte, al grito de “¡Tenemos hambre!”, más de 800 mujeres llenaron las calles de la ciudad. Es como se conoce a “La Rebelión de las Faeneras”. “Mujeres de las clases populares que trabajaban a destajo, por temporadas, explotadas en fábricas, al solano de la calle, donde fuese, se plantan ante el hambre y ante quien lo provoca y comienzan unas manifestaciones que fueron desde el 8 de enero hasta el 31 del mismo mes”, cuenta la historiadora María Dolores Ramos Palomo, catedrática de la Universidad pública malagueña en Historia Contemporánea, en un acto organizado por la Plataforma en Memoria de las Faeneras de Málaga.

“Hasta aquí hemos llegado” fue el golpe de las mujeres que con salarios de entre 3,50 y 1,50 pesetas al día (sufrían) por jornadas de trabajo de hasta 11 horas, en una sociedad en la que la brecha salarial ya era una realidad. “Este acontecimiento también fue un cambio en la perspectiva de la sociedad, ya que fueron las mujeres las que tomaron conciencia y salieron de los espacios privados al espacio público para hacerse dueñas de las calles de Málaga”, explica Ramos.

9 de enero de 1918

La sororidad llevó a las faeneras a una manifestación casi improvisada de más de 800 mujeres a invadir la Málaga burguesa y se plantaron delante del gobernador Rodríguez de Rivas. Les prometieron que escucharían sus reivindicaciones y tomarían medidas, pero la urgencia ya era demasiado grande. “Las mujeres incluso, durante este período de manifestación, llegaron a requisar los alimentos y a montar su propios tenderetes de productos básicos que vendían a precios razonables para la subsistencia. Por eso, este acontecimiento, también se llamó La Rebelión de la Subsistencia”, deja bien claro MªDolores Ramos bajo la mirada y la curiosidad de una sala llena de más de 100 personas.

La rebelión no había hecho más que empezar. Entre las lideresas que encabezaban la manifestación había ocho obreras: Concha Mesa, Dolores Guerrero y Dolores Fernández, junto a Bernarda Martín y las Marías: Núñez, González y Pareja, y Antonia Jaime. Concha se subió en una silla e hizo la primera amenaza: si en 48 horas no bajaban los precios del pan, habría nuevas movilizaciones. Y vaya si las hubo.

Antes de la gran manifestación, se celebró un mitin en la sede de la Juventud República, en la céntrica calle Beatas. Unas 2000 personas entraron en el local, 6000 se quedaron esperando fuera. La conciencia de lucha obrera de las mujeres fue más allá, advirtiendo: “compañeros, nosotras somos las que tenemos que solucionar esto”. De este modo, anunciaron que las mujeres liderarían lo que habían empezado en una gran manifestación el 15 de enero.

Todas a una

Era mediodía, y desde cada punta de Málaga las mujeres tomaron sus banderas y pancartas para defender sus reivindicaciones. Desde los barrios más populares como El Perchel, La Trinidad, la alcubilla de Capuchinos y desde la calle Ayala en el barrio pesquero de Huelin, las mujeres confluían hasta sumar más de 12 mil personas en esta marcha donde no solo había faeneras. “A este levantamiento se unieron limpiadoras, planchadoras, mujeres que trabajaban en el servicio doméstico, así como recaderas y mujeres del mercado. Hay que tener en cuenta que además de trabajadoras, faeneras, eran madres y amas de casa”, destaca María Dolores, quien señala que “si habían llegado hasta aquí es porque las mujeres no tenían concepto de individualidad, sino de grupo, de crear redes de solidaridad, sororidad y apoyo mutuo”.

Y como a la indignación solo le puede la represión, comenzaron las cargas policiales y disparos de la Guardia Civil en calle Larios, donde murieron cuatro manifestantes, entre ellas dos mujeres, y una veintena de personas heridas. Pero de lo que poco se habla es qué pasó con las personas asesinadas. “La burguesía malagueña evitó que los cadáveres del asesinato de las mujeres fueran enterrados y se hizo de forma clandestina durante la madrugada, después de haber sido sacados del hospital militar, seguramente para que no se levantara la sociedad entera, algo que pasó de todas formas porque desde ese día hasta el 21 de enero todo estuvo cerrado y fue el inicio de una huelga general más adelante”, cierra la conferencia María Dolores Ramos Palomo, dejando la sala boquiabierta.

Espacio de sororidad

Los lugares de sociabilidad de la mujeres fueron claves para la gestación de esta rebelión. Cada día, iban a las fuentes a llenar los cántaros para que en sus casas no faltase el agua y allí se reunían unas con otras, donde las ganas de desahogarse daba que hablar de la faltica que hacía el pan en sus casas y el dolor de riñones o los agujeros que tenían en la barriga de sostener las cajas de salmuera. La alcubilla de calle Rufino, en el centro de la ciudad, fue el lugar de encuentro para las faeneras que vivían por esta zona para ir a la manifestación del 15 de enero.

Estos espacios, no solo representaban la rutina doméstica que recaía sobre las mujeres, sino que se convirtieron en un espacio político porque era el punto de reunión.

El Perchel o El Bulto son dos de los barrios de Málaga más populares. Barrios pesqueros, el primero de ellos debe su nombre al pescado colgado en palos o en perchas. Mientras, en el segundo, se encontraba uno de los corralones más habitados: el de Capuchinos. La mayoría de la clase obrera vivía en estas casas donde se daban «las cadenas», una práctica en la que las mujeres del corralón se repartían las tareas de cuidados y domésticos, dependiendo de las edades: las más jóvenes cuidaban a los niños, las viejas hacían la comida, y así sucesivamente.

Las faeneras de hoy

“Primero, yo he sido hija de faenera. Tengo 75 años. Y con ocho, yo ya era faenera. Yo lo he mamado”, comparte sus memorias Emilia. Esta malagueña no guarda en sus recuerdos que algún día de chica le hablasen de esta rebelión, pero sí comparte la hambre y la necesidad que en este caso había provocado la Guerra Civil y la dictadura franquista. “Aquí, con Franco nadie podía hablar, ni se podía manifestar. La vida era muy dura y por na estabas en la cárcel. Aquí todo el mundo callado”.

Emilia hacía cola a las seis de la mañana en los callejones de El Perchel para entrar a trabajar en una fábrica de pescado. “Nos poníamos a la cola. Si entrábamos bien, si no pues nada. A mi prima la mandaban a cortar las cabezas del pescado y a mí me enviaron a donde estaban las latas, para envasarlo y ponerle el aceite”. Todos trabajos feminizados y manuales que incluso se pueden comparar a las tareas de hoy en día que hacen las mujeres que envasan las frutas y verduras en los invernaderos de Almería o las mujeres que recogen las fresas en Huelva.

Si querían tener derechos laborales, las faeneras malagueñas son las que tenían que costearse sus propios seguros sociales. “La hermana de mi suegra también era faenera, pero en las pasas que estaba por la Alameda y a ella le cobraban los sellos de la libreta de la seguridad social, y ahora cuando fue a jubilarse no tenía pensión porque le habían engañado”, denuncia Emilia.

Y recuerdo de las pasas, también tiene Trini. “Había mujeres que perdían hasta las uñas porque sacarle los rabillos a las pasas, era muy meticuloso. Nuestra jornada de trabajo era por paquetes, es decir, tantos paquetes había que llenar y cuando lo hacías ya habías terminado”, apunta otra faenera. Con la experiencia de 1918, entre paquete y paquete los encargados les hacían cantar “coplillas” a las mujeres, probablemente para que en vez de debatir y hablar de las quejas, tuvieran la cabeza ocupada en otra cosa.

La precarización y división del trabajo todavía está marcado por un heteropatriarcado que da lugar a la feminización de la pobreza. ¿Cuántas trabajadoras no llegan a final de mes? La brecha salarial y la falta de conciliación son motivos más que de peso para que las mujeres sean valoradas por determinados roles, siendo discriminadas. Las personas migradas también es un perfil de faenera o jornalera como la llamamos a esta figura: trabajan a destajo, con sueldos por debajo de los convenios, sin seguridad social en muchos casos y sin saber cuándo van a volver.

Porque fueron somos

Si algo podemos tener claro, es que las faeneras de ayer y de hoy forman parte de nuestras referentes andaluzas. La historia está en continua construcción y la sustenta la memoria. Gracias a las faeneras, en Málaga se crean los primeros sindicatos propios de mujeres dentro de la CNT, en los que “las mujeres pedían guarderías, cantinas en escuelas y fábricas par que su hijos comieran, y un seguro de maternidad que no se lograría hasta la segunda República”, enumera María Dolores y añade, “esta lucha supuso una politización de lo público que es señal de una conquista feminista”.

Desde la Plataforma por la Memoria de las Faeneras de Málaga un día también dijeron “basta” y decidieron ser ellas las que hicieran un trabajo de verdad sobre quiénes son estas mujeres. “En el centenario de la gran manifestación de las faeneras, se hizo un homenaje en Málaga por parte del Ayuntamiento en el que casi no contaron con los movimientos sociales y ese día, me llamó mucho la atención que el alcalde, Francisco de la Torre, todo el rato hiciera hincapié en que eran analfabetas”, explica Alicia Morales, integrante de la Plataforma.

Málaga era la segunda ciudad más analfabeta de España en 1918, donde la mayor parte de la ciudadanía vivía prácticamente hacinada y las enfermedades se expandían como la pólvora. Alicia recuerda a su abuela que no sabía escribir bien, pero “no tenía ni un pelo de tonta y conocía sus derechos y demostraba que tenía sus decisiones propias sin ir al colegio”, aclara indignada a la discriminación que hizo el alcalde de la ciudad.

La Plataforma por la Memoria de las Faeneras de Málaga, desde hace dos años, llegando la fecha del aniversario de la rebelión realiza una jornada en la que explica la historia para que no caigan de la memoria y esa misma semana hacen la misma marcha que hicieron las mujeres por las calles levantando las banderas de la dignidad.

Nunca nos hablaron de las faeneras, ni de sus nombres ni de su lucha. En los libros de texto de los centros educativos andaluces no se estudia su historia. Conocemos las reivindicaciones en las fábricas de las mujeres en EE.UU, de las sufragistas británicas unos años antes que también pedían el derecho al voto para cambiar su presente y su futuro. Las faeneras no solo no tenían acceso a la educación por el hecho de ser mujeres porque tenían que cuidar en lugar de estudiar, sino que además el sufragio femenino todavía no había sido aprobado en España, pero esta rebelión fue política y por supuesto, feminista.

Lucía

Fuente: www.lapoderio.com

Insurrección jornalera de Jerez
Ene 8 todo el día
En la noche del 8 al 9 de enero de 1892 miles de jornaleros intentarán ocupar la ciudad de Jerez de la Frontera al grito de «¡Viva la Anarquía!» y «¡Muera la burguesía!» en protesta por la inexistencia de derechos laborales y el paupérrimo salario en el campo andaluz. Tras el fracaso de la insurrección, los señalados como cabecillas fueron juzgados en un consejo de guerra. Un mes más tarde, el 10 de febrero de 1892, los cuatro trabajadores andaluces que habían liderado la insurrección serían condenados y ejecutados mediante garrote vil. Desde entonces serán conocidos como los mártires de Jerez.