


Tras acabar con el Cantón de Sevilla, el 2 de agosto una parte de las tropas del general Manuel Pavía salió en dirección a Jerez de la Frontera y la Bahía de Cádiz. Las milicias realizan una retirada táctica para hacer frente al Ejército conjuntamente en las cercanías de Cádiz, en San Fernando. El Comité de Salud Pública, ante la inminente llegada de las tropas gubernamentales, declara la resistencia a ultranza, pero ésta se mostrará imposible ante la traición de un sector del Ejercito, que había manifestado estar con los cantonalistas pero que en ese momento ocuparon puntos estratégicos de la ciudad y asaltaron el Palacio de la Aduna, sede del Comité, disolviéndolo, al tiempo que barcos de guerra extranjeros les apoyaba desde la Bahía. Descabezados, aislados y rodeados, sin artillería y apenas armamento, la resistencia popular sería fácilmente vencida.

Se había retirado a la vida privada en la hacienda de Canutillo y se dedicaba a las labores del campo. Pero seguía siendo un peligro latente para los intereses de los que en ese tiempo ostentaban el poder. Antes de su muerte concedió entrevistas a periodistas norteamericanos, declaró que de ser necesario se volvería a levantar en armas y esto preocupó a un antiguo enemigo de Villa, Álvaro Obregón y a Plutarco Elías Calles que extraoficialmente fueron los conspiradores de su muerte.
La historia oficial señala como autor intelectual a un diputado de la legislatura estatal del gobierno de Durango de nombre Jesús Salas Barraza y un tal Melitón Lozoya, pero al parecer esto fue una cortina de humo para ocultar a los verdaderos responsables y calmar al pueblo.

La Dama de Baza es una escultura realizada por la tribu ibérico-andaluza de los bastetanos y está datada en el siglo IV a. C. Está labrada en piedra caliza policromada y, como tantas otras piezas patrimoniales arqueológicas y artísticas andaluzas, nos fue arrebatada y se encuentra expuesta en el Museo Arqueológico Nacional español, en Madrid.


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