

Fue la despedida en forma de regalo envenenado de Franco y el franquismo, que no la despedida del fascismo español, que se sigue desarrollando con otras maneras, pero con los mismo objetivos…que la oligarquia española siga en el poder y desde ese pulpito poder seguir asegurando sus tasas de ganancias y garantizando la sacrosanta “unidad de España” esta vez por medio de esa constitución que nos la presentan como algo inamovible y la única que garantiza esa supuesta democracia.
Una democracia que no es tal…en realidad es la operación cosmética que el imperialismo le exigió a los poderes españoles para su incorporación a la UE y la banda criminal OTAN.






En 1924 se casa con doña Ana Cañón Antequera de la que tuvo once hijos: Justo -el mayor fallecido a sus 11 años-, Agustín, Encarnación, Mercedes, José, Ana, Conchita, Manuel -que estuvo vinculado al P.S.A.-, Francisca, Matilde y Aurora.
Es un auxiliar contable en una industria de la madera, con domicilio en la calle Oriente de Sevilla. Ha alcanzado un estatus social, trabajando en el Crédit Lyonnais.
Desde esta posición, él podría haber renunciado a toda su preocupación, o sea, la de una Sevilla empobrecida. Pero como era «amigo de todas las revoluciones» se vincula al movimiento del nacionalismo andaluz al que dedicará sus fuerzas, recursos, estudios y escritos hasta su muerte. La fundación en 1931 de las Juntas Liberalista rompe con el apoliticismo de don José Rodríguez Escobar. Los Liberalistas son invitados a unirse al Partido Republicano Federal, en donde ha ingresado don Blas Infante Pérez de Vargas.
La Junta Liberalista de Andalucía era una institución ínterpartidista (no anti-partidista) con independientes. Venía a ser un pacto indestructible fundado entre miembros de diferentes partidos y de ninguno.
En mayo de 1931, el Gobierno estableció la «Comisión Técnica Agraria para la solución al problema de los latifundios». En dicha Comisión se encontraban Díaz del Moral, Pascual Carrión, Bernardo del Quirós y Blas Infante. El proyecto de la Comisión, según dice Malefakis «posibilitaba arraigar en tres meses un número de familias campesinas no inferior a 60.000».
El jueves 11 de junio de 1931, en el diario El Sol, don Blas Infante hace unas declaraciones donde afirmaba que «todo latifundio andaluz es ilegal en su origen, y tenemos que devolver al campesino andaluz la tierra que le fue arrebatada por derecho de conquista. Mire a Europa: en el siglo XIX, quince naciones monárquicas hicieron la reforma territorial y no sucedió nada». Muchas veces don José escribiría artículos en el diario El Sol.
A través de los Centros Andaluces primero y de las Juntas Liberalista más tarde, José Rodríguez Escobar promociona Andalucía como un pueblo debe ser culto e ingenioso, trata de conseguir su liberación por medio de la fuerza cultural y renovadora. En gran parte de las actividades motivadas desde estas entidades, sus publicaciones, sus charlas y llamadas, se intenta conseguir la deseada concienciación del Pueblo Andaluz.

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