El 17 de abril es el Día Internacional de los Presos y Presas Políticas. Esta iniciativa surge el año 2005 en Donostia (Euskal Herria) donde distintas organizaciones acordaron una jornada internacional que ponga de relieve la situación de miles y miles de luchadores/as que son tomados como rehenes por pelear por transformar sus diversas realidades. Es así que se instituye EL DIA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS POLITICOS, día que enfrenta la represión de los estados terroristas y son llevados a la privación de su libertad, pero además en condiciones infames que buscan reducirlos, aniquilarlos sistemáticamente y destruirlos socialmente con la privación de todos sus derechos humanos fundamentales.

De acuerdo a Naciones Unidas, la guerra reciente en Siria ha dejado más de 250 mil muertos, así como cuantiosos daños a la infraestructura y economía del país, que tardaría cerca de 30 años en reponerse. Por otra parte, la cifra de refugiados y desplazados no puede ser más trágica: cuatro millones y siete millones 500 mil respectivamente.
Siria continúa la lucha contra las fuerzas terroristas (Daesh, Frente al Nusra) y en colaboración con las fuerzas de la aviación de Rusia, las milicias de resistencia populares del Líbano ( Hezbolá), los milicianos kurdos entre otras fuerzas han recuperado gran parte del territorio que estaba en manos de los yihadistas.
Fuente: Telesur TV









Este intento revolucionario republicano se produjo entre el 24 de abril y el 29 de abril de 1916, cuando parte de los Voluntarios Irlandeses (brazo armado de la Hermandad Republicana Irlandesa o IRB) encabezados por el maestro y abogado Patrick Pearse, así como el reducido Ejército Ciudadano Irlandés del líder independentista James Connolly, tomaron posiciones clave de la ciudad de Dublín y proclamaron la República Irlandesa.
El acontecimiento suele interpretarse como el momento clave del proceso de independencia irlandés, aunque también marcó la división entre el republicanismo por un lado y el nacionalismo irlandés por otro, que hasta el momento había aceptado la promesa de una autonomía limitada bajo la Corona británica, plasmada en la tercera Ley de gobierno autónomo (o Home Rule), que había sido aprobada en 1914 y suspendida debido al estallido de la Primera Guerra Mundial.
La rebelión fue reprimida después de seis días de enfrentamientos, aunque se la considera exitosa por conseguir elevar al primer plano la cuestión de la independencia de Irlanda, que años más tarde se materializaría. Miles de patriotas irlandeses fueron detenidos y encarcelados. Cientos murieron durante los combates. Posteriormente 15 cabecillas del movimiento fueron fusilados por los imperialistas ingleses, entre ellos el líder independentista y socialista James Connolly, dirigente de la facción obrera y revolucionaria de los republicanos llamada Ejército Ciudadano Irlandés.
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