
El 4 de febrero de 1992 nace una nueva Venezuela. Un teniente coronel, de apenas 38 años de edad y de nombre Hugo Chávez Frías, asume la responsabilidad de una rebelión cívico-militar que encabeza para devolverle la dignidad a un pueblo que se encontraba sumido en la pobreza, producto de las políticas neoliberales aplicadas por el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez. La acción fue denominada como “Operación Zamora” y los responsables eran miembros de una agrupación informal dentro de las Fuerzas Armadas, conocida como Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, liderada por Hugo Chávez.
Con su famoso “Por Ahora”, Venezuela y el mundo se enteraban de la existencia del Comandante, de militares patriotas que revivían la esperanzas frustradas de nuestro pueblo y que planteaban una posibilidad real de salir del anacronismo en el que habían sumergido al país el bipartidismo apátrida y pro-imperialista.
Lo que al principio pareció ser un frustrado alzamiento militar contra un desgastado presidente entreguista, rápidamente se transformó en la ruptura del pueblo frente al corrupto y represivo bipartidismo burgués. Entonces, consumada la deslegitimación del viejo sistema, nunca más las organizaciones del Pacto de Punto Fijo (AD y Copei) pudieron monopolizar las ilusiones de las masas ni la estafa electoral de cada cinco años, en ese aberrado sistema, llamado “democracia representativa”.
La “Operación Zamora” contó con la participación de 2.362 hombres en armas, con 5 tenientes coroneles como cabezas visibles del movimiento, seguidos de 14 mayores, 54 capitanes, 67 subtenientes, 65 suboficiales, 101 sargentos de tropa y 2.056 soldados alistados”. Los participantes, pertenecientes a 10 batallones, formaban parte de las guarniciones militares de los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y el Distrito Federal, y fueron dirigidos por los jóvenes oficiales encabezados por Hugo Chávez y Francisco Arias Cárdenas, así como también Yoel Acosta Chirinos, Jesús Urdaneta y Miguel Ortiz Contreras.
Caracas, sin embargo, era el lugar de la victoria. La toma de la capital significaba el triunfo de la estrategia militar emancipadora. Carlos Andrés Pérez había regresado de Davos, Suiza, con un escenario político debilitado, pues las secuelas de 1989 mantenían un profundo descontento de la sociedad. Ronald Blanco La Cruz y Antonio Rojas Suárez eran los encargados de tomar el Palacio de Gobierno.
No obstante, la satisfactoria victoria de la insurrección en el estado Zulia fue comunicada a Caracas. El para entonces ministro de la Defensa, general Fernando Ochoa Antich, informó sobre lo acontecido a Pérez, quien evadió la captura a pocos minutos de que se concretara. Huyó al canal “Venevisión” y cerca de la 1:00 a.m condenó la rebelión ante el país.
Dos escenarios: El Teniente Coronel Hugo Chávez desde el Museo Militar y Ochoa Antich desde Miraflores. Una llamada:
-Chávez, ¿qué ha pensado? Si continúan los enfrentamientos, usted será el único responsable
– Necesito garantías, respondió el joven militar revolucionario, de acuerdo con declaraciones que años después hiciera el titular de Defensa del gobierno adeco.
Pérez había ordenado asesinar a Chávez con la excusa de llevárselo a Miraflores. No obstante, fue trasladado a la sede del Ministerio para la Defensa y su declaración de 90 segundos a los medios de comunicación le salvó la vida y sembró la esperanza del futuro.
Por ahora
Cerca de la 1:00 pm del 4 de febrero, y como parte de las condiciones de la rendición, se transmitió por televisión un mensaje de Hugo Chávez, cuyo propósito era reconocer el fracaso del movimiento insurgente y desmovilizar las fuerzas del Zulia, Aragua y Carabobo, a fin de evitar un mayor derramamiento de sangre. Saludó con calma a los venezolanos, felicitó en los mejores términos a sus subordinados, reconoció su derrota responsablemente, se refirió a la posibilidad de “nuevas situaciones” y sobre todo, entró en el imaginario colectivo, presentando su insurgencia como bolivariana y a sí mismo como “El Comandante Chávez”.
“En primer lugar quiero dar los buenos días a todo el pueblo de Venezuela” (…) “Compañeros: lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital; es decir, nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder” (…) “vendrán nuevas situaciones. El país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un camino mejor”.
A 30 años de aquella rebelión cívico-militar, y en medio de los constantes ataques de la que es víctima Venezuela por parte de Estados Unidos, queremos destacar en palabras del líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías, el significado de esta gesta y la relevancia que tuvo en la unión cívico-militar.
Hoy, más que nunca, es necesario mantener el aplomo y defender el legado de Hugo Chávez. Somos un pueblo que no renuncia a la determinación de ser libre con constancia, socialismo y patriotismo.
Marcha nacional para conmemorar 30 años del 4F
El vicepresidente de Movilización del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Pedro Infante, invitó este viernes 4 de febrero al pueblo venezolano a una gran marcha nacional en conmemoración de los 30 años del despertar Bolivariano.
Detalló que se convocó dos grandes marchas, una va a salir desde Plaza Venezuela en la Zona Rental y el otro punto será desde el Inces de Nueva Granada, para luego caminar por el Paseo Los Próceres, hasta llegar al monumento del Indio.



Para más información ver el artículo titulado: Málaga, 8 de febrero de 1937: “La desbandá”, en la sección “Memoria Andaluza”.

Un 10 de febrero de 1898 nace Eugen Berthold (Bertolt) Friedrich Brecht en Augsburgo. Fue un dramaturgo y poeta alemán, uno de los más influyentes del siglo xx, creador del teatro épico. Destacó también por su compromiso comunista. Tuvo que huir de la Alemania nazi y también de Estado Unidos, donde fue interrogado por el Comité de Actividades Antiamericanas en 1947. Tenía prohibida la entrada en la Alemania Occidental (RFA) por órdenes de las autoridades de ocupación (aliados). Volvió a Alemania Oriental (RDA) en 1948 y se instaló en el Berlín oriental donde falleció en 1956.
Preguntas de un obrero que lee
¿Quién construyó Tebas, la de las siete Puertas?
En los libros aparecen los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió siempre a construir? ¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los constructores?
¿A dónde fueron los albañiles la noche en que fue ter-
minada la Muralla China? La gran Roma
está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes
triunfaron los Césares? ¿Es que Bizancio, la tan cantada,
sólo tenía palacios para sus habitantes? Hasta en la
legendaria Atlántida,
la noche en que el mar se la tragaba, los que se hundían,
gritaban llamando a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César derrotó a los galos.
¿No llevaba siquiera cocinero?
Felipe de España lloró cuando su flota
Fue hundida. ¿No lloró nadie más?
Federico II venció en la Guerra de los Siete Años
¿Quién venció además de él?
Cada página una victoria.
¿Quién cocinó el banquete de la victoria?
Cada diez años un gran hombre.
¿Quién pagó los gastos?
Tantas historias.
Tantas preguntas.
Bertol Bretch.



Para más información ver en el artículo «Málaga, 15 de febrero de 2002: asesinato de Gabi Lima».
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