
“Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas, dijo, es que estemos aquí; lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba. Eso es lo que no pueden perdonarnos: que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos…” “Y que esa Revolución socialista ¡la defenderemos con esos fusiles que tienen ustedes! ¡La defenderemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores!”.


El 17 de abril es el Día Internacional de los Presos y Presas Políticas. Esta iniciativa surge el año 2005 en Donostia (Euskal Herria) donde distintas organizaciones acordaron una jornada internacional que ponga de relieve la situación de miles y miles de luchadores/as que son tomados como rehenes por pelear por transformar sus diversas realidades. Es así que se instituye EL DIA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS POLITICOS, día que enfrenta la represión de los estados terroristas y son llevados a la privación de su libertad, pero además en condiciones infames que buscan reducirlos, aniquilarlos sistemáticamente y destruirlos socialmente con la privación de todos sus derechos humanos fundamentales.

De acuerdo a Naciones Unidas, la guerra reciente en Siria ha dejado más de 250 mil muertos, así como cuantiosos daños a la infraestructura y economía del país, que tardaría cerca de 30 años en reponerse. Por otra parte, la cifra de refugiados y desplazados no puede ser más trágica: cuatro millones y siete millones 500 mil respectivamente.
Siria continúa la lucha contra las fuerzas terroristas (Daesh, Frente al Nusra) y en colaboración con las fuerzas de la aviación de Rusia, las milicias de resistencia populares del Líbano ( Hezbolá), los milicianos kurdos entre otras fuerzas han recuperado gran parte del territorio que estaba en manos de los yihadistas.
Fuente: Telesur TV



Tal día como hoy, 21 de abril, fallecía en el año 1907 Antonio Grau Mora «Rojo el Alpargatero». Es considerado el creador del Cante flamenco conocido como minera. A pesar de haber nacido en Alicante, sus raíces y relaciones con Málaga representaron un enorme influjo en su formación artística como cantaor.
Dada su calidad artística, especialmente por los estilos de la comarca levantina, ha quedado en los anales del Flamenco como el más destacado intérprete de tarantas, murcianas, cartageneras y mineras, estilos en los que dejó patente su personalidad, sobre la que Guillermo Núñez de Prado, en su obra Cantaores andaluces, escribió lo siguiente: “El Rojo El Alpargatero cultiva el hermoso estilo de la región a que pertenece, si bien marcando en él sello de su psicología propia, modificándolo en parte y aproximándolo lenta y gradualmente a ese otro estilo vago y melancólico que se oye exclusivamente en las cuencas mineras, introduciendo variaciones que le imponían su temperamento.
Las arrogantes violencias de su carácter le hicieron ser respetado por los demás; con esto, que ya es una victoria, y no pequeña, se encontró andando el camino que tenía que recorrer, la otra mitad se la abreviaron notablemente sus condiciones de cantaor, realizando una labor tan brillante y tan acabada como la que más, y que es suya, exclusivamente suya, sin que para llevarla a su fin haya pedido los materiales a nadie […]. Terco e inflexible como el destino, conocedor de que poseía en su garganta un valor cotizable, una vena que explotar, la puso a precio, y llegó a ser halagada su vanidad de hombre recibiendo a sueldo a los artistas con quien había compartido los azares de la carrera”.
Según la tradición oral, le gustaba, de madrugada, ponerse en la ventana a presenciar la marcha hacia las minas de los mineros, que con su “trapico” y su carburador iban entonando el cante de la “madrugá”. Todas esas horas de escucha y el impulso creador que llevaba dentro de sí fueron los materiales que le sirvieron para engrandecer los cantes mineros, introduciendo, junto con su personalidad, nuevos tonos, creando un proceso de superación dentro de la más estricta línea de pureza.
Creó escuela por los anteriormente citados estilos, e inventó coplas que se continúan interpretando, entre ellas la que hace alusión a sus coetáneos y a sí mismo:
“Fueron los firmes puntales
del cante cartagenero
La Peñaranda, Chilares,
el rojo el Alpargatero
y Enrique el de los Vidales”.
Por otra parte, otros cantaores cantaban refiriéndose a él:
“Canta como un ruiseñor. / No trabaja de minero, / pero del cante es lo mejor”. También se hicieron populares las coplas que dicen: “En la sierra de La Unión / no cantan los forasteros, / mientras que vivan Chilares, / El Rojo el Alpargatero / y Enrique de los Vidales”; “Se quemó el Café Habanero / no lo pueden levantar. / Levantadlo, caballeros, / sólo por oír cantar / al Rojo el Alpargatero”; “En la calle de canales / se me perdió mi sombrero, / y se lo vino a encontrar / el Rojo el Alpargatero / y no me lo quiere dar”.
José Gelardo dedicó un libro al estudio de «Rojo el Alpargatero» que se puede consultar aquí.


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