
A finales del siglo XII una ola reaccionaria invadió Al-Ándalus con la llegada de los almohades, y Averroes fue desterrado y aislado en Lucena y Cabra, cerca de Córdoba, y se prohibieron sus obras. Meses antes de su muerte, sin embargo, fue reivindicado y llamado a la corte en Marruecos. Muchas de sus obras de lógica y metafísica se han perdido definitivamente como consecuencia de la censura. Gran parte de su obra solo ha podido sobrevivir a través de traducciones en hebreo y latín, y no en su original árabe. Su principal discípulo fue Ibn Tumlus, quien le había sucedido como médico de cámara del quinto califa almohade Al-Nasir.
En Occidente, Averroes fue conocido por sus extensos comentarios sobre Aristóteles. Sus pensamientos generaron controversias en la cristiandad latina y desencadenaron un movimiento filosófico llamado averroísmo basado en sus escritos. La teoría de Averroes sobre la unidad del intelecto se convirtió en una de las doctrinas averroístas más conocidas y controvertidas. Sus enseñanzas se difundieron por todos los países de cultura musulmana especialmente en Al Ándalus. Los filósofos europeos a su vez aplicaban estas ideas a los escritos de Aristóteles para hacer lo propio con el catolicismo. Averroísmo es el término aplicado a dos tendencias filosóficas de la escolástica desde finales del siglo XIII, la primera de las cuales estaba basada en las interpretaciones del aristotelismo por el filósofo cordobés Averroes (Ibn Rushd) y su intento de conciliarle con el Islam. Los principales autores involucrados en el movimiento averroísta fueron Siger de Brabante y Boecio de Dacia. Sus obras fueron condenadas por la Iglesia Católica en 1270 y 1277. Aunque debilitado por las condenas y la crítica de Tomás de Aquino, el averroísmo continuó atrayendo seguidores hasta el siglo XVI.
Un cráter lunar fue nombrado como por la UAI como Ibn Rushd en su honor.
Fuente: www.dbe.rah.es / www.es.wikipedia.org / www.historiaespana.es


“Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas, dijo, es que estemos aquí; lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba. Eso es lo que no pueden perdonarnos: que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos…” “Y que esa Revolución socialista ¡la defenderemos con esos fusiles que tienen ustedes! ¡La defenderemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores!”.







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