Bloqueo contra Cuba, rechazo universal en la ONU y abstención de EE.UU.
La Asamblea General de la ONU demandó por vigesimoquinta ocasión consecutiva desde 1992 el fin del bloqueo contra Cuba, mediante una resolución apoyada por 191 países y ante la cual Estados Unidos se abstuvo por primera vez.
En una sesión plenaria la víspera, el principal órgano deliberativo de Naciones Unidas, el único que acoge en igualdad de condiciones a los 193 Estados miembros de la organización, reclamó una vez más el levantamiento del cerco económico, comercial y financiero vigente durante más de medio siglo.
La iniciativa adoptada aquí apela al apego a los principios y propósitos de la Carta de la ONU, documento fundacional que defiende la solución pacífica de controversias, la amistad y la cooperación entre los países, la no injerencia en los asuntos internos y el respeto a la soberanía.
Intervenciones desde los cinco continentes recordaron a Washington que con su bloqueo unilateral y extraterritorial, ignora esos criterios que llevaron al nacimiento de las Naciones Unidas tras la sangrienta Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Antes de la votación, Tailandia a nombre del Grupo de los 77 más China, que reúne a 134 de las 193 naciones independientes del planeta, y Venezuela, en representación del Movimiento de Países No Alineados, que acoge a 120, rechazaron el cerco por quebrantar el Derecho Internacional y por su impacto en la población.
Además de la abrumadora mayoría de gobiernos que nuevamente instaron a Estados Unidos a levantar las sanciones, destacó en la sesión de la Asamblea General la inédita abstención de la Casa Blanca, anunciada por su representante permanente Samantha Power e imitada por Israel.
Power admitió la condena universal al bloqueo y su fracaso en el intento de derrotar a la Revolución Cubana, y expresó expectativas de que el cambio de postura ayude al mejoramiento de las relaciones bilaterales.
Aunque para los grandes medios de prensa, sobre todo de occidente, la noticia fue que Estados Unidos se abstuvo, la realidad no puede ocultarse, el mundo volvió a pronunciarse con claridad contra el cerco mantenido por 10 presidentes norteamericanos, sin dejar de reconocer y celebrar el acercamiento entre Washington y La Habana.
A propósito del cambio de posición estadounidense, el canciller de la isla, Bruno Rodríguez, señaló en la Asamblea que el Presidente de Estados Unidos posee amplias prerrogativas ejecutivas que no ha empleado, como aún podría, para reducir sustancialmente el impacto humanitario y económico del bloqueo. “¿Significa este cambio de voto que las utilizará con determinación?”, preguntó.
Rodríguez llamó al mundo a juzgar, no por las palabras, sino por los hechos, y estos demuestran la vigencia de las sanciones, el recrudecimiento de la persecución financiera y el obstáculo al desarrollo de la isla, justo cuando la comunidad internacional impulsa la Agenda 2030 de desarrollo sostenible.
El bloqueo sigue, Obama podría hacer más
El canciller de la mayor de las Antillas denunció la continuidad de las sanciones económicas, comerciales y financieras, pese a los progresos en las relaciones bilaterales. “Sin dudas, se han registrado avances en el diálogo y la cooperación en temas de interés común y se firmaron una docena de acuerdos que reportan beneficios recíprocos (…) Sin embargo, el bloqueo persiste, provoca daños al pueblo cubano y obstaculiza el desarrollo económico del país”, subrayó.
Asimismo, precisó que por su marcado carácter extraterritorial, también afecta directamente a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas.
De acuerdo con Rodríguez, resultan incalculables los daños humanos producidos por el cerco, el cual impacta a cada familia y sector del país caribeño, incluyendo áreas sensibles como la salud humana, la educación y la alimentación.
Respecto a las acciones ejecutivas dictadas por el presidente Barack Obama para modificarlo, las reconoció, e insistió en que constituyen pasos positivos, pero de muy limitado efecto y alcance.
La mayoría de las regulaciones ejecutivas y las leyes que establecen el bloqueo permanecen vigentes y son aplicadas con rigor hasta este minuto por las agencias del gobierno estadounidense, dijo el funcionario, quien reiteró las amplias facultades de Obama para neutralizar sus afectaciones y propiciar un mejor escenario para el acercamiento comercial.
Cierre de solidaridad
La jornada de votación contra el bloqueo cerró al final de la tarde en Nueva York, con la presencia de un grupo de estadounidenses solidarios con Cuba frente a la sede de la ONU, a donde llevaron banderas de la isla y carteles de ‘Stop the US blockade of Cuba’ (Detengan el bloqueo a Cuba) y ‘US hands off Cuba’ (Manos fuera de Cuba).
“Estamos aquí representando a la comunidad norteamericana que defiende el fin de un castigo responsable de tanto dolor, y también para unirnos al mundo, porque 191 países apoyaron la resolución de la Asamblea General, con dos abstenciones, algo histórico”, declaró a Prensa Latina el activista Benjamin Ramos.
Según uno de los coordinadores del Proyecto de Solidaridad con Cuba en Nueva York, no puede ignorarse el rechazo universal a las sanciones económicas, comerciales y financieras vigentes por más de medio siglo.
Otra de las activistas estadounidenses presentes en la manifestación frente a la ONU, Kathe Carlson, aseguró que en el país norteño hay muchas personas contrarias a la política hostil de la Casa Blanca hacia la isla. Hemos venido a apoyar la soberanía de Cuba sin la injerencia norteamericana, una lucha en la cual llevamos varios años, subrayó.
Para Carlson, los cambios en la política de Washington hacia el país caribeño, realizados por el presidente Barack Obama, y la abstención de de la víspera en la ONU, sirven de estímulo para seguir reclamando el fin de un bloqueo que calificó de injusto, ilegal e inmoral. “Este voto de abstención no es lo que queremos, pero es un logro y una manera de continuar esta lucha’” expuso.
Estados Unidos reconoce culpa de mantener hostilidad hacia Cuba
Al igual que un acusado reticente cede bajo el peso abrumador de las pruebas en su contra, Estados Unidos debió reconocer hoy ante la Asamblea General de la ONU su culpa por mantener durante décadas una política hostil hacia Cuba.
Así consideran en la isla tras observar desde cada rincón del país la abstención de la nación norteña en la citada instancia del máximo organismo internacional acerca del proyecto cubano de resolución contra el bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense impuesto a la isla desde hace más de medio siglo.
La decisión de Estados Unidos -imitada una vez más por Israel- no tenía precedente alguno en las 24 votaciones anteriores del documento, históricamente apoyado por la mayoría de la comunidad internacional y por casi la totalidad de los miembros de la ONU en los últimos años.
Desde 1992 Cuba ha presentado a la Asamblea General informes anuales sobre los daños del cerco estadounidense al pueblo de la isla, las limitaciones, trabas y violaciones flagrantes de los derechos humanos que el mismo origina.
Los argumentos de Cuba, la razón que la ampara en esta controversia -y el sufrimiento en carne propia de la extraterritorialidad del bloqueo por parte de terceros países- propiciaron año tras año el incremento del respaldo internacional al proyecto de resolución.
No en balde, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, apuntó esta jornada al hacer uso de la palabra poco antes de la votación que pronunciarse en contra del cerco equivalía a hacerlo a favor de la ética y la justicia.
El diplomático -quien reconoció los avances en el vigente proceso hacia la normalización de relaciones entre los dos países- aseveró en su discurso que el bloqueo aún es una realidad y las medidas tomadas por el Ejecutivo norteamericano para debilitarlo son limitadas, aunque positivas.
La abstención anunciada por Estados Unidos es un paso favorable para el futuro y el mejoramiento de los nexos bilaterales, no obstante, en la práctica el cerco continúa afectando a la sociedad de la isla y, por tanto, urgen acciones concretas para eliminarlo, dijo.
Al hacer el adelanto del voto de su país, la embajadora norteamericana ante la ONU, Samantha Power, reconoció que durante décadas Washington mantuvo una política destinada a privar a La Habana de todo respaldo. Sin embargo, no le quedó otra opción que aceptar el abrumador apoyo manifestado a largo de muchos años por la comunidad internacional a la resolución condenatoria del bloqueo.
Estados Unidos siempre se ha pronunciado en contra de ese texto, pero hoy va a abstenerse, expresó Power, quien debió callar unos instantes ante los aplausos generados en el auditorio.
El documento de esta jornada es un perfecto ejemplo de por qué el aislamiento contra Cuba no funcionó para el logro de los objetivos de esa política, añadió. No obstante, dejó claro que la ruptura con el tradicional voto adverso y la subsiguiente abstención no significan que su país esté de acuerdo con todo lo planteado en la resolución.
Indudablemente, lo que perdurará de esa acción es el reconocimiento público del fracaso de una política dirigida a aislar a Cuba, así como la evidencia de que el efecto conseguido fue el contrario: la isla cuenta hoy con el amplio respaldo de las naciones.
En cambio, es el país más poderoso del mundo el que quedó prácticamente solo en su obcecada -arbitraria y unilateral- intención de revertir mediante diversas vías el proceso revolucionario y el modelo social defendidos por los cubanos.
(Fuente: Prensa Latina / Autores: Waldo Mendiluza y Luis Antonio Gómez Pérez)
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