Bacardí: el ron del bloqueo de EEUU contra Cuba (vídeo)

El presidente saliente Joe Biden ha firmado la “Ley de Marcas Robadas”, aprobada previamente por el Congreso. Una ley que lo que permite, realmente, es “robar” las marcas cubanas, como Havana Club.

Bien se podría llamar Ley Bacardí, dado que esta empresa paga a congresistas anticubanos y ejerce lobby para la aprobación de leyes contra Cuba como esta. De hecho, su equipo de abogados redactó buena parte de la Ley Helms-Burton, que codifica la guerra económica contra la Isla y establece todo un plan de intervención en el país caribeño. Por eso es importante regresar al boicot a esta empresa mafiosa y colaboradora con el bloqueo criminal sobre el pueblo cubano. Recuerden: “Bacardí: un mal trago”.

Es una compañía que, además, ha robado de facto la marca cubana Havana Club y, engañando a las y los consumidores de EEUU, comercializa en dicho mercado un falso ron cubano Havana Club. Este ron (solo vendido en EEUU) evidentemente no es cubano, está producido en Puerto Rico y no tiene nada que ver con la tradición ronera y el sabor del auténtico ron Havana Club de la Isla. Recalcar que esta falsificación solo se da en EEUU, donde Bacardí goza de total impunidad y protección política. En Europa y otros lugares, ¡el Havana Club es el auténtico y genial ron cubano!

Recordemos que, en los años 90, una asociación entre la multinacional francesa Pernod Ricard S. A. y la estatal cubana Cuba Ron S. A. convirtió al Havana Club en líder de ventas y extendió su mercado a cien países, lo que hizo temblar a Bacardí, que contratacó, en 1999, gracias a la llamada sección 211 del Congreso de EEUU, que es la que ampara la anteriormente citada falsificación. En los años 90, Bacardí compró a la familia Arechabala, cuya fábrica de ron “Havana Club” fue expropiada por la Revolución, los supuestos “derechos” de la marca. Supuestos pero no reales, porque dicha familia, como tantas otras que confiaron en la caída inminente de la Revolución y en “regresar en pocos meses”, rechazó la oferta de indemnización del Gobierno Revolucionario. La marca pertenece por entero al pueblo cubano, a través de sus empresas públicas.

También hablaremos de la última de la mafia mediática de Miami, las iniciativas contra la actriz Ana de Armas, víctima de una campaña brutal de mentiras, difamación, chantaje económico y presión mediática. Ana de Armas jamás ha hecho declaraciones políticas. Pero cometió el pecado, siendo cubana, de participar en la película “La Red Avispa”, que retrata el terrorismo de los grupos anticastristas del Sur de la Florida. Estos amenazaron a Netflix, pero no consiguieron la retirada de la película. Desde aquel momento, a Ana de Armas se la tenían guardada. Y la noticia de que la actual pareja de la actriz es un hijo de Lis Cuesta, la actual esposa del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, ha sido la excusa perfecta para desatar una implacable caza de brujas contra Ana de Armas.

También hablaremos de emigración (cubana y venezolana) a EEUU: ¿quiere Vd., Donald Trump, reducir drásticamente los flujos migratorios de Cuba y Venezuela a EEUU? Ya sabe qué hacer: levantar sanciones. El resultado lo obtendrá de inmediato. Atrévase.

Fuente: Cubainformación.

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