Chipre: A un paso de la reunificación tras medio siglo dividida en dos repúblicas

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Desde la invasión y ocupación del norte de Chipre por el Ejército turco en 1974 (según su versión en defensa de la población turcomana), cuando el país quedó dividido en dos, jamás ha estado esta isla del Mediterráneo tan cerca de la reunificación. Estos días, comisiones técnicas de la zona turcochipriota y grecochipriota intentan desbloquear en Suiza el principal escollo para llegar a un acuerdo definitivo que, en su caso, podría ser sometido a referéndum este mismo año. (En la foto adjunta puesto de vigilancia de la ONU en “línea verde” de separación entre ambas repúblicas).

El pasado día 12 ya hubo una cumbre calificada de histórica en la ciudad de Ginebra. Estuvo presidida por el nuevo secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, y respaldada por el Reino Unido, Grecia y Turquía. Se reunieron los presidentes de la denominada República Turca del Norte de Chipre, Mustafá Akinci, y su contraparte grecochipriota, Nicos Anastasiades, que preside la única zona reconocida internacionalmente y que forma parte de la Unión Europea.

De esa cumbre salió un principio de acuerdo sobre los asuntos más espinosos y una clara voluntad de aprovechar esta histórica oportunidad para acabar con un grave contencioso internacional que ya dura medio siglo. Sin embargo, ni las dos partes, ni la ONU, ni los otros participantes en la cumbre, consiguieron desbloquear el apartado concerniente a los mecanismos que, en la práctica, garantizarán la aplicación de los hipotéticos acuerdos.

Para la parte turcochipriota y sobre todo para Ankara, debe continuar en vigor el Tratado de Seguridad establecido en 1961, según el cual tanto Turquía como Grecia y el Reino Unido tienen derecho a intervenir en el país si sus intereses se ven amenazados. En ese momento, cuando Chipre alcanzó la independencia del Reino Unido, se consideró que ese tratado serviría para preservar la independencia y la unidad del nuevo país.

Sin embargo, a los pocos años, grupos radicales griegos partidario de la enosis –unión con Grecia– comenzaron a realizar ataques contra la minoría turca, de religión musulmana. Cuando, tras un golpe militar, el ultranacionalista griego Nicos Sampson aprobó la anexión a Grecia, Turquía echó mano del tratado e invadió la isla en defensa de los turcochipriotas. Establecida la denominada Línea Atila, el país y también su capital, Nicosia, quedó dividido en dos. Unos 145.000 grecochipriotas tuvieron que huir del norte y establecerse en el sur, mientras que unos 45.000 turcochipriotas hicieron el trayecto inverso.

Ahora, el Gobierno chipriota exige la derogación del Tratado de Seguridad y que los 30.000 soldados turcos establecidos en la isla se marchen, algo que no solamente rechaza el Gobierno de Ankara, sino también la mayor parte de los turcochipriotas, ya que temen que, sin esa presencia militar, se reproduzcan los estallidos de odio y venganza de los años 60.

A partir del 18 de enero, las comisiones técnicas intentan encontrar una solución a este grave obstáculo. Una de las propuestas consiste en que el Ejército turco realice ahora una retirada significativa y que, por ejemplo dentro de una década, cuando ya se haya restablecido la normalidad, embarque rumbo a la Anatolia el resto de los efectivos.

Otro de los grandes problemas es el nuevo mapa de la isla. Actualmente, la parte ocupada por Turquía supone el 36 por ciento del total cuando su población no llega al 25 por ciento. Akinci propone reducir la zona turca al 29 por ciento mientras que Anastasiades coloca el tope máximo de la zona turca en el 28.

Además exige la devolución de algunos enclaves griegos que han quedado en la zona turca, como la bolsa de Kokkina, en la costa noroeste, la península de Karpasia, todavía habitada por griegos, la ciudad de Morfu, que era también totalmente grecochipriota, y la ciudad turística de Famagusta, con sus famosas urbanizaciones de Varosha.

Ankara se niega en redondo. Hace unos días, por ejemplo, Tayip Erdogán dijo públicamente que, si los grecochipriotas quieren recuperar Famagusta y Varosha, entonces debían darles en contrapartida un corredor costero que uniera Kokkina con el resto de la zona norte.

Otro contencioso de difícil solución es la devolución o compensación económica por las propiedades, fundamentalmente casas, perdidas por quienes tuvieron que huir durante la invasión de 1974. Muchas de estas viviendas fueron ocupadas por otras familias que tienen ya incluso registrada legalmente estas propiedades con el aval de los respectivos gobiernos.

También queda pendiente la localización e identificación de personas desaparecidas durante los enfrentamientos intercomunitarios y los combates contra las tropas turcas durante la invasión de 1974. Por ejemplo, hay soldados grecochipriotas hechos prisioneros entonces que no han vuelto a aparecer. En total, la Comisión de Personas Desaparecidas calcula que hay unos 2.000 desaparecidos, de los que unos 1.500 pertenecerían a la comunidad grecochipriota y el resto a la turca. Hasta el momento solo se ha localizado e identificado a 556 de los primeros y a 184 de los segundos.

Finalmente supone un verdadero problema la propuesta de que la Presidencia de la futura Federación Chipriota tenga carácter rotatorio en proporción al ratio poblacional. Es decir, que si la actual proporción es de cuatro grecochpriotas por cada turco, las presidencias griegas duren cuatro años y las turcas uno. Ankara también lo rechaza radicalmente y propone que la proporción sea de 1 a 2.

Pero, incluso llegándose a un acuerdo, aún quedaría la duda de si, en ese tiempo, las respectivas presidencias representarían realmente al conjunto de país, a griegos y turcos, a cristianos y musulmanes, o si ese sistema no haría más que reproducir los enfrentamientos sectarios que hace 47 provocaron la división del país.

(Fuente: Cuarto Poder / Autor: Manuel Martorell)

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(En el mapa, la línea verde de separación entre la República turcochipriota, al norte, y la grecochipriota al sur, que atraviesa la Isla y su Capital, Nikosia. Las zonas del sur rayadas y señaladas con flechas son los territorios controlados directamente por los británicos alrededor de sus bases militares)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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