Estados Unidos creará centro ‘antiterrorista’ en la ‘triple frontera’ (Brasil – Paraguay – Argentina)


El jueves (15), Estados Unidos y Paraguay firmaron un acuerdo para profundizar la coordinación entre los dos países en la supuesta lucha contra el “terrorismo”, el crimen organizado y la migración irregular.
El memorando de cooperación fue firmado en Washington, D.C., por Rubén Ramírez, Secretario de Relaciones Exteriores de Paraguay, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rúbio, y el Subsecretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Troy Edgar.
El objetivo principal del acuerdo es aumentar la presencia del imperialismo, especialmente de Estados Unidos, en la Triple Frontera (Brasil – Paraguay – Argentina). Con este fin, el memorándum prevé la instalación de oficinas del FBI (Oficina Federal de Investigaciones, una agencia estadounidense que tiene funciones tanto como policía federal como agencia de espionaje interno), la capacitación de los oficiales de policía paraguayos y la concesión de asilo más difícil.
También está prevista la instalación de un centro “antiterrorista” en la Triple Frontera, en territorio paraguayo, según Enrique Riera, ministro del Interior de Paraguay. La declaración del ministro a la emisora estadounidense CNN deja claro que este centro “antiterrorista” no sirve para combatir ningún terrorismo, sino que es parte de la ofensiva del imperialismo para desarmar y acabar con Hezbolá:
“Paraguay tendrá un centro antiterrorista con el apoyo del FBI. Declaramos a Hezbollah una organización terrorista, y no solo a los hombres armados, sino a todos los miembros del partido”, dijo Riera.
Hezbolá es un partido revolucionario que se adhiere a la rama chiíta del Islam. Es un partido legal en el Líbano y uno de los partidos más grandes del país. Asimismo, es un partido antiimperialista y antisionista, por lo tanto revolucionario, habiendo sido la principal organización del Eje de la Resistencia (aparte de la propia Resistencia palestina) en la lucha contra “Israel” durante estos casi dos años de guerra genocida. Sus acciones contra el territorio “israelí”, en defensa y apoyo al pueblo palestino, se basaron en la crisis sin precedentes que atraviesa “Israel”. El Eje de la Resistencia, a su vez, es una coalición revolucionaria liderada por Irán, que también incluye a Hamas, Ansar Allah (Yemen) y otros grupos revolucionarios.
En América Latina, la ofensiva del imperialismo contra Hezbollah y el Eje de Resistencia se ha ido profundizando y asumiendo un carácter cada vez más abierto en los últimos meses.
Ya en abril, el presidente de Paraguay, dictador lacayo del imperialismo, aprobó tres decretos (3758, 3759, 3760) para “designar como organización terrorista al llamado ‘Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica’, así como para extender sus designaciones anteriores a las organizaciones terroristas ‘Hamas’ y ‘Hezbollah’, en todos sus componentes“, según reportó este diario en ese momento. En el momento de la decisión contrarrevolucionaria, Estados Unidos felicitó al presidente paraguayo por la decisión a través de un comunicado de prensa, publicado en el sitio web del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Al mes siguiente (mayo), el Departamento de Estado de los Estados Unidos (DoS) anunció, a través de una publicación en X, una recompensa para aquellos que proporcionen información sobre Hezbolá.
Como también se informó en el Diario Causa Operária, la publicación se realizó en el sitio web portugués del programa Recompensas por la Justicia, un programa del Departamento de Estado de los Estados Unidos, que, coordinando varias agencias de aplicación de la ley, “ofrece recompensas por información que conduzca a la ubicación o arresto de líderes de grupos terroristas, financiadores del terrorismo, incluido cualquier individuo que conspire contra ataques llevados a cabo por organizaciones terroristas extranjeras“, incluida la oferta de “una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información sobre la red financiera de Hezbollah en América del Sur“.
Hace poco más de una semana, la administración Trump aprobó el despliegue de más de 4.000 infantes de marina de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en América Latina y el Caribe. En esta operación, la Marina de los EE. UU. confirmó el despliegue a la región del USS Iwo Jima, la 22ª Unidad Expedicionaria, y los otros dos buques del grupo anfibio (el USS Fort Lauderdale y el USS San Antonio), que están bajo el Comando Sur, entidad responsable de garantizar militarmente la dictadura estadounidense sobre América Central y del Sur.
El pretexto utilizado para esta invasión por parte del ejército estadounidense fue una supuesta lucha contra los cárteles de la droga. En enero, la administración Trump aprobó una orden ejecutiva para designar a los cárteles de la droga como “organizaciones terroristas extranjeras”
Al anunciar el despliegue de tropas, Estados Unidos citó a México, El Salvador y Venezuela como países objetivo. Es decir, apunta al gobierno nacionalista y antiimperialista de Nicolás Maduro. Durante mucho tiempo, el imperialismo ha tenido como objetivo el derrocamiento de Maduro y el chavismo. Ahora está preparando una nueva ofensiva con el pretexto de luchar contra las drogas.
Todos estos eventos, la creación de un centro “antiterrorista” en la Triple Frontera como parte de la ofensiva del imperialismo contra Hezbollah (y el Eje de la Resistencia); el despliegue de miles de infantes de marina contra Venezuela, es parte de la actual ofensiva del imperialismo para derrotar a la Revolución Palestina y al Eje de la Resistencia, así como para poner orden en lo que EE.UU. considera su patio trasero (el resto del continente americano), para prepararse para una guerra mundial contra China, Rusia, Irán.
En esta coyuntura, la administración Trump ha estado presionando al gobierno brasileño para que clasifique a los grupos del crimen organizado en Brasil (Comando Vermelho, PCC y otros) como organizaciones terroristas. Al mismo tiempo, la policía brasileña intensificó su represión en el campo, asesinando a campesinos pobres que luchaban por la tierra, con el pretexto de que eran terroristas, organizaciones criminales armadas, como en el reciente asesinato perpetrado por la policía militar de Rondônia en el área de Valdiro Chagas, en Machadinho d’Oeste.
En mayo, representantes del gobierno de Estados Unidos estuvieron en Brasilia, en el Ministerio de Justicia, presionando al gobierno para que considerara al crimen organizado como terroristas. Aunque el gobierno de Lula lo ha negado, todo indica que este escenario puede cambiar, ya que la capitulación del gobierno y las instituciones ante Trump es cada vez mayor. En este sentido, Ricardo Lewandowski, el actual ministro de Justicia, es partidario de la política del imperialismo de “combatir” al crimen organizado, posición que han expresado en varias ocasiones.
De esta manera, la acción contra el Eje de Resistencia en la Triple Frontera, el centro antiterrorista en Paraguay, la calificación del crimen organizado como terrorismo y la invasión militar estadounidense a América Latina muestran que el imperialismo está en una ofensiva para construir dictaduras sanguinarias en América Latina.
Fuente: DCO.
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