Los alimentos siguen subiendo: La rebaja del IVA del Gobierno estatal no frena la voracidad de los monopolios

En un contexto donde los consumidores esperarían pagar menos por alimentos básicos gracias a la reducción del IVA en el Estado español las patatas, zanahorias y lechugas iceberg han subido sus precios en el último mes.

Estas alzas en grandes cadenas de supermercados, abarcan una amplia gama de productos, incluidos frutas, verduras y aceites. Es lo que atestigua un estudio detallado de FACUA-Consumidores en Acción.

La malla de 5 kilos de patatas lidera el incremento con un 9,3% de subida en abril, siendo Carrefour la cadena donde el precio se elevó de 4,95 euros a 6,49 euros, un aumento del 31,1%. En cuanto a las zanahorias, el incremento promedio fue del 3,1%, con Lidl registrando la subida más acusada: de 0,85 a 1,09 euros, lo que representa un 28,2%.

La lechuga iceberg no se queda atrás, con un aumento medio del 2,6% en su precio. En Alcampo, este vegetal pasó de costar 1,05 a 1,19 euros, reflejando un alza del 13,3%. Por otro lado, los ajos también han visto un incremento en su coste; por ejemplo, en Hipercor, la malla de 200-250 gramos ahora es un 2,6% más cara, pasando de 2,30 euros a 2,45 euros.

Además de estos, se observaron alzas en otros productos como el aceite de oliva, que en Hipercor subió un impresionante 52,95%, las peras conferencia (1,5%), la docena de huevos (1,0%) y la leche entera (0,45%). Sin embargo, hubo productos que mantuvieron su precio sin cambios, incluyendo los champiñones laminados, las patatas rojas y el arroz redondo.

Ni Ministerio de Consumo estatal ni la Junta hacen nada

El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 requirió, hace dos meses, a las principales cadenas de supermercados comprobar que no han aumentado sus márgenes de beneficio, una práctica que ha sido declarada ilegal desde enero de 2023. No se podía esperar otra cosa que el silencio, habida cuenta de las enormes ganancias que esta situación proporciona a los monopolios de la distribución y venta de alimentación.

De la Junta nada se sabe en este sentido. Es otra institución gobernada por quienes trabajan para las multinacionales.

Mientras no se nacionalicen las grandes empresas transformadoras y comercializadoras para asumir los procesos de distribución y comercialización de la producción alimentaria, poniéndolas bajo la gestión y el control popular, el precio de la alimentación estará en sus manos.

Pero esta nacionalización es imposible mientras no conquistemos nuestra soberanía política en forma de República Andaluza para, bajo control obrero, establecer la planificación de la economía y los precios, así como la reindustrialización de Andalucía.

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Francisco Vílchez

Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.

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