Crisis en la OPEP: sigue el fuego cruzado entre Rusia y Araba Saudita

El ministro ruso de Energía, Alexandre Novak, declaró el martes que su país no ha cerrado la puerta a la alianza con la OPEP para estabilizar el mercado del petróleo. Mientras que la mayor petrolera del mundo, la saudí Aramco, anunció que incrementará fuertemente la producción.

La semana pasada fracasaron las negociaciones entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia para recortar su producción y los sauditas reaccionaron rebajando el precio de sus barriles a partir de abril. “La puerta no está cerrada”, dijo, en una entrevista con la televisión Rossiya 24, en la que subrayó que el hecho de que el acuerdo de reducción de la producción no se haya prolongado más allá del mes de abril “no significa que en el futuro no podamos cooperar entre países OPEP y no-OPEP”.

Por otro lado, el gigante petrolero saudita Saudi Aramco anunció que producirá 12,3 millones de barriles al día a partir de abril, un importante aumento de producción en un contexto de guerra de precios con Rusia.

“Saudi Aramco anuncia que suministrará a sus clientes 12,3 millones de barriles de petróleo bruto al día en abril”, dijo la empresa pública, en un comunicado publicado en la web de la bolsa de Riad. Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo del mundo, produce actualmente unos 9,8 millones de barriles al día, lo que significa que su producción en abril aumentará en 2,5 millones de barriles.

¿Cuál es el origen de este conflicto?

Luego de un largo bajón de los precios del crudo que se inició en 2014, a finales de 2016 se conformó un grupo conocido como OPEP +, que reunía a los países miembros de esa organización junto a otros productores entre los que destaca Rusia, con el fin de coordinar recortes de producción que permitieran recuperar los precios.

La idea era fijar un recorte de 1,5 millones de barriles diarios -lo que significaría reducir la producción mundial en torno a 3,6%-, de los cuales se esperaba que 500.000 barriles fueran sacrificados por los países no OPEP.

“En relación con los cortes de producción, dada la decisión de hoy, a partir del 1 de abril nadie -ni los países de la OPEP ni los que no son miembros de ella- están obligados a reducir la producción”, señaló a la prensa el viernes al culminar el encuentro el ministro de Energía de Rusia, Alexander Novak.

Su postura fue considerada por los analistas como la señal de que a partir de ahora cada exportador de crudo deberá velar por sus propios intereses.

En declaraciones a la agencia estatal de noticias rusa RIA Novosti, el secretario de prensa de la petrolera rusa Rosneft, Mikhail Leontyev, equiparó el acuerdo propuesto el viernes con una opción “masoquista”.

“Simplemente carece de sentido. Estamos renunciando a nuestro propios mercados, sacando el petróleo barato árabe y ruso para dejar espacio para el caro petróleo de esquisto de Estados Unidos y garantizar la eficacia de su producción”, explicó.

“Nuestros volúmenes simplemente son reemplazados por los de nuestros competidores. Eso es masoquismo”, agregó.

¿Quién va a perder en este guerra comercial?

“Aramco realiza el recorte de precios más grande de las últimas dos décadas. Si la guerra de precios entre rusos y saudíes se extiende, la sobreoferta, combinada con el shock de demanda producido por el virus, puede generar un colapso espectacular del precio del petróleo”, advirtió este domingo Francisco Monaldi, investigador especializado en políticas energéticas del Instituto Baker de la Universidad Rice (Texas, EE.UU.), en un mensaje en Twitter.

El experto agregó que uno de los grandes perdedores puede ser el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

Además, otros expertos han concluido que ambas naciones saldrán más fortalecidas luego de que termine la turbulencia, cuya disolución aún está en veremos, pero dejará un coletazo fuerte para las naciones dependientes del petróleo.

“Arabia Saudita está protegiendo su posición en el mercado de cara al colapso en la demanda de petróleo, en un mercado que se encoge y con precios muy reducidos”, dijo Sadad al-Husseini, un exvicepresidente de la petrolera estatal saudita Aramco, a The New York Times.

De acuerdo con su planteamiento, tanto Riad como Moscú saldrían de este ciclo como “jugadores más fuertes, mientras que los productores de petróleo de esquisto y otros productores más costosos o políticamente inestables tendrán dificultades financieras”.

“Para Venezuela el colapso de precio combinado con las sanciones, será brutal. No van a poder vender el crudo ni regalado”, señaló. Irán, cuya economía también está sometida a grandes presiones debido a las sanciones estadounidenses y que depende grandemente de la exportación de crudo, también podría sentir grandemente las consecuencias de una guerra de precios. Las economías de Brasil, Angola y Nigeria también podrían sufrir duramente los efectos si la guerra de precios se confirma y se extiende en el tiempo.

Segun infobae.com Estados Unidos, que en el pasado se beneficiaba de los bajos precios del petróleo, es ahora un exportador en lugar de un comprador. Y el impacto en la demanda económica por el virus atenúa cualquier estímulo que pueda proporcionar un petróleo barato. Las conmociones por el petróleo solían ser temidas por su impacto en la inflación. Ahora, en un mundo donde los bancos centrales buscan desesperadamente el crecimiento de los precios, la dinámica opuesta está en juego.

Fuentes: www.ambito.com / www.dinero.com / www.bbc.com / www.infobae.com

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Francisco Vílchez

Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.

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