Fracaso de las elecciones europeas. La mitad de los europeos no acudió a las urnas el 26M
En sólo 10 Estados se superó por poco el 50%, siendo Bélgica, nuevamente, el Estado que dio lecciones de fidelidad a las urnas, con una participación del 88%. Todo un récord. En el Estado español la abstención fue del 35,7% mientras que en Andalucía fue aún mayor llegando al 39,4%.
Segundo dato: Las Mafias Socialdemócrata y Popular han perdido su hegemonía en la Cámara ante el ascenso de los partidos nacionalistas, claramente sesgados hacia una renovación total del concepto de Unión Europea, comenzando por defender un organismo donde se hable de Pueblos y no de estados.
Tercero: El aumento del euroescepticismo, labrado desde hace decenios ante las políticas económicas adoptadas por las mayorías socialdemócrata y popular (es decir, las mismas que ordena el FMI y el Banco Central Europeo) ha dibujado un europarlamento en el que Nigel Farage (UKIP) o Marine Le Pen (Front National) obtienen un resultado mayor que los logrados por los conservadores británicos o los partidarios del presidente Macron en Francia.
Esta debacle para los europeístas, para esas mayorías socialdemócrata o popular (ancladas en la derecha y la ultraderecha, respectivamente) supone un varapalo al bipartidismo que hasta ahora dominaba ese organismo, plegado al Banco Mundial y a las decisiones del gobierno de los EEUU de Norteamérica.
Fue una noche feliz para los llamados partidos populistas y nacionalistas, que arrasaron en Francia, Italia y el Reino Unido.
En la tierra de Asterix y Obelix, Marine Le Pen derrotó con su Alianza al partido del Presidente Macron, mientras que en la Liga de Matteo Salvini obtuvo en Italia una rotunda victoria, con una enorme ventaja sobre el partido democrático de centro-izquierda, en tanto los partidarios del Brexit, con Farage a la cabeza superaron a liberales y conservadores en el Reino Unido.
Que nadie culpe del ascenso de los partidos euroescépticos a los hados, los dioses o las meigas. Esa mejora en número de votos solo se debe a una razón: a que ambas camorras (en España el PSOE y el PP) han implementado, sin excepción, durante decenios, idénticas políticas en todos los terrenos.
Todavía, desgraciadamente, existen millones de ciudadanos/as que creen en la diferencia entre un “derechista del PP” y “un izquierdista del PSOE”.
Subidos en ese guindo, están convencidos de que las dos formaciones son distintas, olvidando aquello de “por sus obras les conoceréis“, o dejando el terreno místico, tal vez sea más pertinente “obras son amores y no buenas razones”.
Fuente: https://tenacarlitos.wordpress.com
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