Maduro denuncia intereses petroleros tras el Golpe y Bolton le da la razón al reconocer que EEUU quiere controlar el petróleo venezolano
Las presiones que ejerce EE.UU. contra Venezuela tienen raíces en las expectativas petrolíferas de Washington, denuncia el presidente chavista, Nicolás Maduro. En una entrevista exclusiva concedida hoy miércoles a la agencia rusa de noticias Sputnik, el mandatario venezolano ha destacado que el país es “una potencia energética y de recursos naturales”, por lo que es difícil de ignorar, sin embargo, el petróleo es la razón principal que motiva presiones de la Casa Blanca contra Caracas.
“El motivo directo (de presiones) es apoderarse del petróleo de Venezuela, porque tenemos la mayor reserva petrolera certificada, estamos certificando lo que va a ser la mayor reserva de oro del mundo, tenemos la cuarta reserva de gas más grande del mundo, tenemos grandes reservas de coltán, diamantes, aluminio, hierro, tenemos reservas de agua potable en todo el territorio nacional, somos una potencia energética y de recursos naturales”, ha razonado Maduro.
El presidente bolivariano, asimismo, ha considerado “ilegales” las sanciones impuestas el lunes por el Departamento del Tesoro de EE.UU. contra la compañía estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) y su filial en EE.UU., Citgo, y prohibir aunque con excepciones, que ciudadanos y empresas de su país tengan negocios con la petrolera venezolana.
Venezuela, ha agregado Maduro, saldrá “victoriosa” en defender la empresa petrolífera, que es sujeto de nuevos embargos que “violan”, según el presidente, el derecho internacional.
El mandatario venezolano, además, ha hecho constar que esta nueva medida hostil “es una de las acciones más aventureras, más insensatas” que ha cometido la Administración estadounidense, presidida por el republicano Donald Trump.
Pese a las hostilidades de Washington, Maduro ha asegurado que Caracas está abierta a mantener lazos económicos con las empresas estadounidenses, dado que se trata de una tensión “pasajera”. “Yo les digo a los inversionistas estadounidenses en petróleo, en gas, en turismo, en tecnología, en oro, en diamante, a pesar de la pugna y la tensión con Trump: bienvenidos, vengan a invertir, vengan a trabajar a Venezuela, no dejen que esta tensión pasajera que tenemos impida la inversión extranjera en Venezuela, son bienvenidos”, ha dicho Maduro.
La relación entre Washington y Caracas se ha tensado aún más en los últimos días después de que EE.UU. y sus aliados reconocieran al golpista Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela —de mayoría opositora y declarada en desacato en 2016— como presidente interino de Venezuela. En respuesta, Maduro anunció la ruptura de relaciones con Washington, así como el cierre de la embajada y todos los consulados de su país en EE.UU.
El Gobierno estadounidense por su parte, reveló planes para cortar las fuentes de ingresos del Gobierno de Venezuela y dirigirlas a los golpistas, mientras el Departamento del Tesoro del país prometió estrechar el bloqueo económico sobre Caracas, en un intento por acabar con el Gobierno chavista, muy comprometido con la Revolución Bolivariana y su doctrina antimperialista.
(Fuente: teleSur)
EEUU confía en que empresas petroleras norteamericanas entren en Venezuela tras la caída del Gobierno de Maduro
La imposición de sanciones por EEUU a la industria petrolífera de Venezuela puede suponer un golpe decisivo para la economía del país y la supervivencia del Gobierno de Nicolás Maduro al privarle de una de las pocas fuentes seguras de divisas. EEUU era un cliente fundamental. Compró una media de 500.000 barriles diarios de crudo a Venezuela en los primeros diez meses del año pasado. El dato convirtió al país latinoamericano en el cuarto suministrador de petróleo para EEUU por detrás de Canadá, Arabia Saudí y México.
La producción destinada a EEUU supuso más del 40% del total extraído por Venezuela. Su producción de petróleo cayó en diciembre de 2018 hasta 1,1 millones diarios de barriles, según datos de la OPEP, es decir, una tercera parte del nivel alcanzado en 1998 cuando Hugo Chávez se convirtió en presidente. Analistas del mercado del petróleo han calculado que el descenso continuará este año y que podría caer al menos otro 20%.
“Han intentado pasar parte de la producción que va a EEUU hacia sus aliados, como Rusia, Turquía, China e incluso India, pero les está resultando difícil”, dijo hace una semana al FT Anthony Simond, del fondo de inversiones Aberdeen Standard, comprador habitual de deuda venezolana. “La mayor parte sigue yendo hacia EEUU, y si EEUU decide que los pagos vayan a cuentas controladas por la
Asamblea Nacional (como ha ocurrido ahora), Maduro no durará mucho”.
Además del impacto económico, el valor político de las sanciones es indudable por el apoyo que supone para la oposición y la confirmación de que Washington está decidido a propiciar un cambio de régimen en Caracas. También ha suscitado críticas del Gobierno de Maduro, que acusa a la Administración de Donald Trump de buscar un cambio político que permita a las empresas norteamericanas del sector participar en una industria petrolífera como la de Venezuela, nacionalizada en 1976 con la presidencia de Carlos Andrés Pérez.
Al anunciar las sanciones, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, y el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, las presentaron como una forma de “preservar esos activos (el petróleo) para el pueblo de Venezuela al que pertenecen” y arrebatar el control a PdVSA, la empresa estatal definida por ellos como “un instrumento de malversación y corrupción”.
Sin embargo, en una entrevista posterior con Fox Business, John Bolton no tuvo inconveniente en destacar que EEUU también pretende beneficiarse económicamente por la caída del Gobierno de Maduro. “Estamos en conversaciones con grandes empresas americanas” del sector para estar preparados de cara al futuro, dijo Bolton. “Sería una gran diferencia económicamente para EEUU si conseguimos que empresas petroleras americanas participen en la inversión y producción de petróleo de Venezuela. Sería bueno para el pueblo de Venezuela. Sería bueno para el pueblo de EEUU. Hay mucho en juego”.
Es un argumento que seguro habrá agradado a Trump, que se ha quejado en varias ocasiones de que la intervención militar norteamericana en Irak y Afganistán no ha arrojado mayores beneficios económicos para las empresas de EEUU.
La pérdida del mercado de EEUU supondrá un serio revés para Caracas. Exporta también crudo a Rusia y China, pero en esos casos buena parte de los ingresos obtenidos se utilizan para pagar los créditos recibidos de esos gobiernos.
Empresas rusas se retiran
Maduro recibió el martes una noticia casi tan mala como la de las sanciones de EEUU. La empresa rusa Lukoil, que es uno de los principales suministradores de productos petrolíferos a la compañía PdVSA, anunció que pone fin a sus relaciones comerciales con Venezuela. Lukoil se adelanta a la probable decisión de EEUU de penalizar a todas aquellas empresas que hagan tratos con PdVSA.
No es la única compañía que ha tomado la decisión de suspender los contratos de colaboración por miedo a las represalias norteamericanas. Eso pone en peligro el suministro de los productos necesarios para el refino del crudo venezolano y la producción de gasolina. Si el Gobierno no consigue socios alternativos, puede haber problemas de suministro de combustible en el país.
Varias refinerías norteamericanas del Golfo de México están adaptadas para el tratamiento del crudo importado de Venezuela, más denso y viscoso que el existente en otras zonas del mundo. El impacto en el suministro de combustible de EEUU había hecho que hasta ahora Washington no hubiera tomado ninguna decisión sobre la importación de ese petróleo, a pesar de las malas relaciones entre ambos países. Ahora esas refinerías tendrán que buscar nuevas fuentes de suministro en Canadá y México para recibir el mismo tipo de crudo.
Las sanciones se extienden a la empresa Citgo, filial de PdVSA en EEUU, que se ocupa de comercializar con una red de gasolineras en ese país los productos petrolíferos venezolanos. Washington ya había impedido a Citgo que enviara a Caracas los beneficios de su actividad comercial, pero hasta ahora la empresa pagaba a PdVSA por el crudo que recibía. Ahora esos ingresos quedan bloqueados y el Gobierno de EEUU los pondrá a disposición de una cuenta controlada por la oposición a Maduro.
Por tanto, a Venezuela no le interesa ya suministrar crudo a Citgo, que tiene tres refinerías en EEUU, lo que plantea un problema a Rusia. El 49,9% de sus acciones fueron entregadas como aval a la empresa estatal petrolera rusa Rosnetf a cambio de un crédito de 1.500 millones de dólares en 2016.
Steve Mnuchin no cree que las medidas contra Venezuela provoquen un aumento del precio del combustible en EEUU. “Muchos de nuestros amigos en Oriente Medio estarán encantados de aportar el suministro necesario”, dijo al presentar las sanciones.
(Fuente: el diario.es / Autor: Iñigo Sáenz de Ugarte)
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