Venezuela: Los yanomamis exigen derechos territoriales

El pasado  mes de abril, representantes indígenas yanomamis de Venezuela entregaron una petición al gobierno estatal para el reconocimiento de su territorio.

Los yanomamis están solicitando a las autoridades que reconozcan su derecho a la propiedad colectiva de la tierra, tal y como garantiza la Constitución venezolana. Esto es crucial para que puedan conservar su hogar en la selva para las generaciones futuras.

Actualmente, buena parte de sus tierras yacen en dos parques nacionales que conforman una reserva de la biosfera, pero una titularidad territorial colectiva daría a los yanomamis mayor seguridad y protección sobre la selva que habitan desde tiempos inmemoriales.

La organización yanomami Horonami y muchas comunidades han trabajado de forma conjunta para recopilar estudios, mapas digitales y censos que conforman la base de su demanda por los derechos territoriales.

En los últimos 30 años, buena parte de su territorio ha sido invadido por mineros ilegales. Este pueblo indígena, en gran medida aislado, ha sufrido devastadoras consecuencias. Los mineros armados que operaban ilegalmente en su territorio los han sometido a una violencia y ataques genocidas y han propagado enfermedades como el sarampión y la gripe que son mortales para ellos. Los yanomamis han presenciado la creciente destrucción de su selva y de sus ríos, lo que dificulta la pesca y la caza.

Dos redes indígenas de la región amazónica venezolana escribieron el pasado 4 de abril al presidente del país para abordar la cada vez más grave situación de los pueblos indígenas afectados por la minería ilegal.

En teoría, desde 1989 toda la minería en el estado venezolano de Amazonas está prohibida. Sin embargo, los mineros siguen operando ilegalmente y los pueblos indígenas denuncian un aumento considerable del uso de las destructivas dragas, de mangueras de alta presión, así como de mercurio y otras sustancias tóxicas.

La pesca y las aguas de las que dependen muchas comunidades indígenas para alimentarse están siendo contaminadas por los mineros, quienes también alteran el curso de los ríos y destruyen vastas áreas de selva.

Según las organizaciones indígenas COIAM y ORPIA, la minería atrae el tráfico de drogas, el contrabando de productos nacionales, la prostitución y la invasión de territorios indígenas por grupos armados y foráneos, entre ellos algunos procedentes de Brasil y Colombia.

Indígenas yarabanas de la región amazónica de Venezuela sufrieron un violento ataque hace unos días por mineros armados que trabajan ilegalmente en su tierra.

Al líder yarabana Benajamin Pérez, que lidera la organización yarabana OIYAPAM, lo agredieron brutalmente e incendiaron su casa. Pérez había recibido amenazas de muerte y ahora se encuentra escondido.

En un comunicado, la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de Amazonas (COIAM) declaró que “el resultado de esta actividad [la minería ilegal] ha sido una evidente contaminación de las aguas de los ríos (…) por presencia de mercurio y otras sustancias tóxicas” y ha provocado “graves perjuicios a los pueblos indígenas de la zona, tales como el contrabando de extracción de productos nacionales, tráfico de combustible, prostitución y trata de personas, la entrada ilegal al territorio nacional de personas foráneas, la presencia de grupos armados generadores de violencia y el tráfico de sustancias prohibidas por la ley”.

A pesar de los numerosos informes y peticiones de acción las autoridades han fracasado en el abordaje del problema. Las organizaciones indígenas quieren ser consultadas y trabajar con el Gobierno para erradicar la minería ilegal.

En un comunicado, la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de Amazonas (COIAM) declaró que “el resultado de esta actividad [la minería ilegal] ha sido una evidente contaminación de las aguas de los ríos (…) por presencia de mercurio y otras sustancias tóxicas” y ha provocado “graves perjuicios a los pueblos indígenas de la zona, tales como el contrabando de extracción de productos nacionales, tráfico de combustible, prostitución y trata de personas, la entrada ilegal al territorio nacional de personas foráneas, la presencia de grupos armados generadores de violencia y el tráfico de sustancias prohibidas por la ley”.

Otros pueblos indígenas como los hotis, panares, yekuanas y piaroas han sufrido durante años la invasión de sus tierras por mineros, que con frecuencia les amenazan, y que además de contaminar sus ríos, pescan los peces que constituyen su fuente alimenticia.

Cuarenta organizaciones de Venezuela también han emitido un comunicado de apoyo a los pueblos indígenas yarabana, hoti, panare y piaroa, en el que piden a las autoridades que hagan más para detener las invasiones ilegales de mineros y madereros en los territorios indígenas.

Asimismo, piden a la Asamblea Nacional recién elegida que apruebe una ley para acelerar el reconocimiento de los territorios indígenas en Venezuela.

En Brasil los yanomamis han conseguido un amplio territorio protegido, que ha ayudado a la tribu a prosperar tras la devastación que les afectó a raíz del primer contacto.

(Fuente: Survival International)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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