La precariedad y el abuso laboral en la trastienda de la ONG Médicos Sin Fronteras

medicos sin fronteras

Los trabajadores que captan socios para Médicos sin fronteras llevan denunciando las condiciones abusivas que les impone la empresa desde hace más de un año. La lucha se ha recrudecido en el pasado mes de junio, cuando un grupo de trabajadoras acampó frente a la sede de la empresa en Santiago de Compostela (Galicia) para denunciar los abusos que sufre la plantilla y la nula voluntad de dialogar con los trabajadores por parte de esta multinacional de la caridad.

En el año 2015 el 80% de las trabajadoras no lograban alcanzar los objetivos mensuales. Los despidos eran fulgurantes: se producía una rotación de 250 personas para una plantilla mensual media de 30 personas. La empresa (al igual que otras ONG) emplea unas cláusulas de productividad que supuestamente justifican los despidos sin indemnizaciones.

El epicentro del conflicto entre los trabajadores de ONG y su patronal (en este caso MSF) se da en Galicia. La razón es que desde 2015 en esa región se fue construyendo un tejido sindical (CCOO, CNT) entre los trabajadores del sector. Esto les permitió aglutinar fuerzas y comenzar a plantar cara a la empresa. En el resto del Estado Español la situación es bien diferente pues los trabajadores de las ONG carecen de ese tejido organizativo.

Esta particular situación de los trabajadores de MSF en Galicia hizo que la empresa parase los despidos tras ser denunciadas sus cláusulas de productividad. No obstante, esta realidad sólo se ha limitado a Galicia, pues la empresa ha creado un cordón sanitario alrededor de estos trabajadores en lucha para evitar que cunda el ejemplo. Los medios de comunicación han puesto su granito de arena silenciando las luchas de estos trabajadores.

El conflicto volvió a recrudecer hace unos meses, cuando la empresa decidió reforzar su política de despidos express reimplantando la cláusula de productividad. Como informa el sindicato CCOO tras la acampada de las trabajadoras de la pasada semana la empresa quiere seguir con sus abusos al reimplantar estas cláusulas, con las que podría despedir sin indemnización alguna al 80% de la plantilla.

Según CCOO la empresa depende en un 95% de su presupuesto de las donaciones privadas, con lo que la labor recaudatoria de las captadoras de socios es fundamental. De ahí que esta patronal vea la necesidad de disciplinar a los trabajadores por medio del terror a los despidos. De esta forma podrá seguir imponiendo bajos salarios y malas condiciones de trabajo.

El año pasado MSF fue demandada por irregularidades laborales y discriminación contra una trabajadora inmigrante. Después de reiterados requerimientos del sindicato CNT a MSF para que expusiera la justificación del encadenamiento ilegal de contratos temporales de esta trabajadora la ONG respondió lo siguiente : «la organización Médicos Sin Fronteras admite que la razón es ser extranjera y no quieren que utilicen el contrato para obtener un permiso de residencia»

También en otras ONGs

Estas prácticas laborales por parte de MSF son corrientes en otras de las ONG más conocidas como Aldeas Infantiles y Cruz Roja que emplean a falsos autónomos a través de la empresa Force Sp Marketing. Sin sueldo fijo, algunos de los trabajadores abandonan estos puestos de trabajo porque terminan perdiendo dinero con las cuotas de autónomo.

En el caso de Oxfam un trabajador informa de las miserables condiciones: 455 euros brutos al mes por veinte horas semanales y algunas comisiones según el número de socios. En el caso de esta ONG se les pide menos socios que otras, unos 14 socios al mes.

Los testimonios de algunos trabajadores del sector nos muestran que estas ONG funcionan con las mismas estrategias de una empresa piramidal de ventas:

“El responsable de turno del equipo de captadores, se ocupa de provocar la presión necesaria para que cada uno saque lo mejor o lo peor de sí mismo, según se mire (yo me quedo con lo segundo). Es así que, al darse cuenta mi jefe de que no presionaba a las personas lo que debiera, sufrí un continuo de comentarios ridículos que más que hacerme presionar a la gente, acabaron por cabrearme hasta el extremo. Algunos de ellos fueron: “La gente que te dice que está en el paro seguramente pueda pagar la cuota. Tienes que insistir más. Dile que seguro que para tomarse unas cañas o unos cafés sí que lo tiene”. “Si tiene niños, ataca por ahí, sácales el Pumply Nut (alimento contra la desnutrición infantil)”. “Vamos a ver, tú que has estado en África, ¿de qué lado estás? ¿De los que están en paro o de los africanos?”. De verdad. Solo se me venían dos palabras a la cabeza: ERES SUBNORMAL.”

“Quiero aclarar que no es mi intención señalar a los captadores como responsables, señalo a las ONG´s. Hace pocos días, acudí a una entrevista para Intermón Oxfam. La captación la llevaba una agencia externa y se trataba de una jornada intensiva de mañana y tarde. No se cobraba más que la comisión y había personas que, trabajando toda la semana, se habían ido a casa con 20 euros en el bolsillo. Pero lo peor estaba por llegar. Empecé a hablar con mis compañeros y me cuentan que, una de las captadoras, con 34 años, se murió trabajando en la calle. La razón: una neumonía por la que no había ido al médico. Lo que hay detrás: la falta de derechos laborales que no te permiten que tengas una baja, la imposibilidad de llevarte algo de dinero si te quedas en casa. Vergüenza y rabia. Intermón trabaja apelando al comercio justo. ¿Les parece esto de justicia?”

Puede parecer contradictorio que una organización que dice defender los derechos humanos no tenga en cuenta el derecho a un trabajo digno, ni el derecho de los trabajadores a no ser explotados. La realidad es que no tienen reparos en actuar como patrones corrientes: malas condiciones de trabajo, contratos alegales o ilegales, discriminación laboral, uso de subcontratas o falsos autónomos…Cuanto más investigue el lector, más larga se hará la “lista de la infamia” de estos patrones de la caridad.

(Fuente: La Izquierda Diario / Autor: Aníbal Maza)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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