Ex agente de la inteligencia italiana confirma que el cáncer de Hugo Chávez fue inducido

Hugo chavez muerto

A cuatro años del fallecimiento del ex presidente venezolano Hugo Chávez, el cinco de marzo de 2013, nada se conoce de la investigación acerca de su muerte que anunciara Nicolás Maduro pocos días después del deceso del líder bolivariano.

“Es un tema muy delicado. Yo personalmente creo que hay que hacer una investigación a fondo. Tú sabes que algunos poderes en el mundo vienen ensayando armas para propagar virus o cáncer y yo creo que al comandante Chávez lo infectaron. Es una convicción personal. Tengo muchos motivos y mucha información para creerlo”- manifestaba al respecto Maduro, entonces candidato a la presidencia de Venezuela, a la agencia de noticias AFP.

Pero aunque esta investigación oficial jamás llegó a producirse, la hipótesis de que Hugo Chávez fue asesinado es defendida por nuevos analistas acreditados, como la veterana periodista y ex agente de la inteligencia italiana Mary Pace.

Durante una entrevista con el teólogo y periodista Numa Molina, Pace afirmó, de forma tajante, que el cáncer que acabó con la vida de Chávez fue provocado. Mary Pace es una experta en inteligencia, que cuenta en su haber con trece libros publicados y una vastísima experiencia en temas de seguridad a nivel internacional.

En su último libro, “Ennegrecida de Rabia”, la investigadora relata dos de los atentados organizados por la CIA contra Chávez, explicando cómo en uno de ellos la Agencia pretendía utilizar perros amaestrados. De acuerdo con su testimonio, “el gobierno de Estados Unidos optó por retomar algunas de las técnicas utilizadas en su tiempo por los nazis alemanes, a las órdenes del General Reinhard Gehlen.

“La CIA estaba entrenando algunos perros de gran tamaño para utilizarlos llegado el caso contra el presidente de Venezuela. Para ello – apuntó Mary Pace- cada día se presentaba a la caseta donde vivían los perros un hombre corpulento, cuyo físico era similar al de Chávez a tal punto que parecía un doble y que además llevaba la ropa que utilizaba habitualmente el presidente venezolano”.

“Un elemento decisivo –añadió en su relato la ex agente de inteligencia- es que la ropa que llevaba era impregnada del verdadero olor personal de Chávez. Este doble no pronunciaba una sola palabra, permanecía completamente mudo mientras se transmitía la voz grabada del verbo de Chávez. El doble de Chávez se divertía golpeando y torturando atrozmente a los cachorros”.

En la fase sucesiva –aseguró la experta- “ya no era necesaria la presencia del doble de Chávez. En ella se procedía a la voz del Presidente venezolano o bien se les daba a oler una prensa de la que emanara el olor de éste”.

“En ese momento todo estaba ya a punto, los perros ya habían aprendido a alimentar un odio profundo a los tales elementos auditivos y olfativos con los que los habían condicionados y la operación podía efectuarse en cualquier momento”- relató la ex agente.

Según Pace, “la idea era llevar a los perros a una plaza pública donde Chávez tuviera un acto. A los animales se les adosaría unos sacos a sus cuerpos con un potente explosivo·. “A ninguno de la seguridad de Chávez le habría pasado por la cabeza una operación de este género, que requería poquísimos instantes para ser ejecutada”.

De acuerdo al relato de Mary Peace, la operación finalmente no se llevó a cabo porque la embajada de Venezuela ante el estado Italiano escuchó la denuncia que ella misma realizó de estos planes, lo que permitió neutralizar el atentado. “De lo contrario –sostuvo Peace- la CIA habría logrado concluir positivamente la misión”.

Pero la Agencia Central de Inteligencia aún planeó un segundo atentado que incluía también la utilización de perros. En este caso, los planes consistían “en entrenarlos para que en el momento del despegue del avión presidencial salieran de los alrededores y atacaran el avión también portando explosivos. Las explosiones pretendían afectar el tren de aterrizaje para, si no alcanzaban a dañar el avión, sí comprometerían seriamente su posterior aterrizaje”.

En cuanto al complot que finalmente si habría terminado con el asesinato de Chávez, Pace dio cuenta “de un instrumento que emite radiaciones continuas de alta frecuencia entre 1 y 2 GHz llamado “CTX 4000” y dispone de una potencia de un kilovatio”.

“Cuando se apunta con él sobre un objetivo humano por un determinado período de tiempo – explicó – es capaz de ocasionar serios e irreparables daños a la salud” y agrega que a esto “se une la circunstancia de que la Embajada de Los Estados Unidos en Venezuela fue en verdad el cuartel general de la Inteligencia”.

Como se recordará, las sospechas de que Hugo Chávez fue víctima de un asesinato político organizado por Estados Unidos fueron expuestas, poco después de su muerte, por varios analistas, que aportaron sólidos indicios para sostenerlas.

A escasos días de la muerte de Chávez el desaparecido periodista canadiense radicado en Cuba Jean-Guy Allard señaló en un artículo a quienes exhortaron públicamente desde el Capitolio al asesinato del extinto presidente. Entre ellos, políticos como el entonces congresista Connie Mack, Otto Reich, Ileana Ros-Lehtinen o Roger Noriega.

Tiempo más tarde, cuando se cumplía el segundo aniversario de la desaparición física de Chávez, reseñamos en esta misma publicación digital un par de artículos reveladores.

En primer lugar, el de Eva Golinger, “La muerte de Chávez cumplió los objetivos de Washington”, en el que la investigadora venezolano-estadounidense analizó el papel que pudo haber desempeñado el ex jefe de la guardia presidencial de Hugo Chávez, – testigo protegido del gobierno de Washington- Leamsy Villafaña Salazar, quien por mucho tiempo “estuvo a solas con él y le llevaba la comida, el café, y el agua”.

En segundo lugar, el trabajo del investigador ruso Nil Nikandrov, titulado “The Murder of Chávez. The CIA and DEA Cover Their Tracks”, en el que se exponen sus valoraciones acerca de las circunstancias en las que se produjo la muerte de Chávez, a partir del comportamiento del ex jefe de la escolta de Chávez, Leamsy Villafaña Salazar. Especialmente, su sospechosa fuga hacia los Estados Unidos pasando primero por España. Un hecho que, significativamente, gozó de una escasa cobertura informativa.

“El plan ideado por la inteligencia de EE.UU. – escribió el analista – es evidente: distraer a la opinión pública mundial del hecho de que Salazar es el hombre que con más probabilidades pudo haber matado a Chávez”.

Cuatro años después, la hipótesis del magnicidio organizado por Washington continúa siendo una de las más plausibles explicaciones a la extraña enfermedad que acabó con la vida del líder latinoamericano que más peligroso resultaba para el Imperio.

(Fuente: Canarias Semanal / Autor: Fermín Domínguez)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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