La lucha de las estibadoras: la manipulación de llamar privilegios a los derechos
El trabajo de estiba es durisimo: grúas enormes que cargan y descargan mercancías que pesan toneladas y que pasan por encima de las cabezas de las estibadoras mientras transportes con ruedas mas altas que ellas pasan a escasa distancia. Se producen demasiadas veces accidentes de trabajo mortales o que les postran en sillas de ruedas.
Trabajan en equipo a destajo: cobran un salario mínimo garantizado, pero la mayor parte de su sueldo depende de lo que cargan y descargan y todas ganan lo mismo. Realizan trabajos diversos y especializados y dependen unas de otras, se requiere mucho aprendizaje y experiencia para hacerlo bien. Un error se puede pagar con tu vida o con la de la compañera. Se levantan cada día sin saber si van a trabajar, y si trabajan si lo harán una hora, dos o si doblarán jornada.
Un buen día en una lucha los sindicatos amarillos UGT y CC.OO, cargados de liberados y subvencionados por el Estado y el resto de las administraciones publicas las dejaron tiradas como a tantas y tantas trabajadoras. Pero las estibadoras no se quedaron cruzadas de brazos, construyeron un sindicato de clase, autogestionado, asambleario, sin liberados, sin líderes que constituye una herramienta de lucha y de ayuda mutua. Defiende los derechos de las trabajadoras y practica la solidaridad obrera en todos los frentes: con sus cuotas constituyen un fondo con el que se complementa la pensión pública de las viudas para que como mínimo sea de 1.000 euros. Cuando fallece una estibadora por accidente todas donan un día de salario para la familia y quieren hacerlo también en caso de muerte natural.
Este sindicato es mundial. En el ámbito del Estado ha conseguido un convenio donde todas las trabajadoras son fijas, donde no existe el despido libre pues en caso de despido improcedente se impone la readmisión y donde las agresiones de las reformas laborales de PSOE y PP no han llegado. Y en eso llego la UE ,con una directiva de precarización a la que llaman liberalización, en aras de la sacrosanta competitividad.
Recurrida ante los tribunales estos la han sentenciado como correcta. Pero estas mujeres y hombres de manos encallecidas y mirada limpia, herederas directas de la mejor tradición obrera no se han rendido. Su enemigo es el capitalismo globalizado que ha empezado a colonizar los puertos comprando terminales. Los compra a través de fondos buitre como el de JP Morgan. Y ahora aparecen multinacionales como la china Cosco que compran consignatarias y también terminales, con la exigencia de que la carga y descarga la hagan marineras de los buques que atracan y ETTs, condenando a la precariedad laboral y la precariedad de las vidas a esas personas inexpertas. Como en el resto de los sectores productivos se impone la propiedad en pocas manos en el sector del transporte marítimo.
El gobierno del PP, esbirro de ese capitalismo globalizado, actúa de facilitador de esas transacciones especulativas contra las estibadoras y todas las clases populares. Y para ello preparo un decreto que fue tumbado por el Congreso, que habría significado el fin de la estiba digna que hoy tenemos.
En paralelo las estibadoras y la patronal ha llegado a un acuerdo que mediante la subrogación cumple la sentencia, manteniendo las condiciones laborales actuales. El gobierno, sorprendido por el acuerdo, lo ha rechazado diciendo que la subrogación no cumple la sentencia, según le transmite la UE. Este extremo ha sido desmentido por una carta de la comisaria de transporte de la propia UE, que mostrada al ministro de Fomento produjo su levantamiento de la mesa.
Detrás de todo este teatro hay, como decíamos antes, los intereses de las multinacionales que quieren acaparar navieras, consignatarias, terminales y con ello los puertos y quieren hacerlo con trabajadores precarizados en salarios y condiciones y desperdigados en diferentes empresas, acabando así con el sindicalismo de clase. Cobran rabiosa actualidad las palabras del Manifiesto Comunista “El poder estatal no es más que un comité de administración de los asuntos colectivos de toda la clase burguesa”. A la vez que satisface los intereses económicos de esas multinacionales y gana puntos con ellas para futuras donaciones y puertas giratorias el PP queda claro quiere aplastar a los estibadores porque sus condiciones de vida y de trabajo, su fuerza sindical y su conservación de derechos constituyen un “mal ejemplo” para el resto de las trabajadoras, a la par que ponen de manifiesto las reformas criminales de PSOE y PP hechas contra ellas. De ahí la campaña desatada por los medios de comunicación, al servicio del poder, llamando a las estibadoras privilegiadas para manipular al pueblo a fin de que vea su lucha no como una lucha por la defensa de derechos, sino de privilegios. Y es que, desde el estallido de la crisis, la burguesía nos ha hecho creer que no había otro camino para conservar el empleo y ser competitivos era rebajar salarios y recortar derechos.
La victoria de la estiba sera nuestra victoria, la de todas las trabajadoras, porque nos mostrará el camino para desmontar este falso relato y empezar a luchar para recuperar derechos perdidos y conquistar de nuevo: el de la unidad, el de que los problemas colectivos se deben solucionar colectivamente y el de que luchar es el único camino.
En Andalucía es deber de la izquierda independentista en general, y de Nación Andaluza en particular, luchar al lado de la estiba y construir la República Andaluza de Trabajadores donde ostentaremos la soberanía política las clases populares. Solo lejos de la UE y del Estado español y construyendo el Socialismo conseguiremos controlar el pueblo un Estado andaluz, donde tengamos condiciones de vida y de trabajo dignas sustentadas en derechos que nadie nos quitara porque nosotras las trabajadoras nos gobernaremos.
Joan Batlle.
Militante de la CUP y de la asamblea de los PPCC de NA.
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