El españolismo sonriente: humoristas al servicio de la colonización (VII)
En una serie de artículos como esta sobre la participación de diferentes profesionales (actores, actrices, cómicos, guionistas, locutores y directores de programas televisivos) andaluzas/ces en espacios que refuerzan la ideología españolista y el consecuente sentimiento de inferioridad y dependencia entre la población andaluza no podían faltar las producciones de Canal Sur. Una de las variantes discursivas del ente autonómico es el lavado de cara en torno a la imagen de la aristocracia latifundista de origen castellanomedieval que conquistara el país entre los siglos XIII y XV.
En septiembre de 2011 volvía a sus pantallas el programa Menuda noche, presentado por el incombustible Juan y Medio. La propia web de Canal Sur anunciaba el primero de los programas de otra nueva temporada1 en estos términos: “Cayetano Martinez de Irujo, hijo de la duquesa de Alba, se someterá a las preguntas que habitualmente realizan con su inocencia, frescura, espontaneidad y autenticidad, los niños de la grada del programa con la colaboración de Juan y Medio”2. Como toda persona que haya tenido una mínima experiencia o conocimiento respecto a la dinámica de producción y realización de espacios televisivos podrá suponer, la intervención de las/os niñas/os en este programa, como en cualquier otro, dista de atributos como “frescura”, “espontaneidad” y “autenticidad”, máxime cuando se trata de un espacio grabado.
Cuatro años más tarde, en octubre de 2015, Cayetano Martínez de Irujo volvería al plató de Menuda noche para recibir un homenaje versificado, a cargo de un menor (con fondo de guitarra flamenca), en estos términos: “Le doy hoy la bienvenida / a un grande de nuestra tierra / y presento mis honores [se arrodilla] / al Conde de Salvatierra. / Si Madrid te vio nacer, / qué gracia no te vería / que te deparó el destino / sentirte de Andalucía. / Eres hombre solidario, / buen hermano, buen amigo / y según decía tu madre / también has sido un buen hijo. / ¡Qué grande fue Cayetana, / mujer de categoría! / Por su forma de ser llana / todo el mundo la quería. / Cuando se fue de este mundo / se nos partió el corazón / y ya echándola de menos / ¡España entera lloró! / Y aunque yo te aprecio mucho / de mi envidia no te salvas. / ¡Qué suerte haber sido hijo / de la duquesa de Alba!3
Dejando de lado que un informe de la Inspección de Trabajo de la Consejería de Empleo en Sevilla denunció que Canal Sur vulneraba los derechos de los menores, a causa de su utilización prolongada en Menuda noche (ABC, 26/II/2008)4, sobre la emisión de estos contenidos planea el reforzamiento del estereotipo en torno a lo que se entiende que debe ser el carácter, valores y aspiraciones de la población de Andalucía. Si “a un negro no se le reconoce cultura, ni civilización ni un largo pasado histórico” porque “pertenece a los «pueblos sin historia» de Hegel”, de modo que “está obligado a ser un buen «negrito»”5 caracterizado por “el servicio siempre sonriente”6, la persona andaluza debe asumir, incluido el gesto literal de arrodillarse (como hace el niño que recita los versos) su condición de sierva del ‘señorito’, descendiente biológico o simbólico del conquistador que arrebatara la tierra a sus antepasados pero cuya magnanimidad tiene que loar, agradecida a cada instante, por medio de las virtudes que la caracterizan: el gracejo, la chispa, la sonrisa, el humor. Todo ello, independientemente de la opinión que el amo pueda tener del siervo, tal como manifestara el protagonista de esa edición de Menuda noche en una entrevista concedida al programa de La Sexta Salvados, tan solo tres meses después de su primera aparición en el espacio de Juan y Medio: “Cuando ves que la gente joven no tiene el menor ánimo de progresar, eso es grave. Eso sólo pasa en Andalucía. Sinceramente. Eso en el norte de España no pasa. En el centro, tampoco. Ni tan siquiera en Extremadura”7 (nótese cómo la locución conjuntiva con la que comienza su última frase revela el sistema de jerarquización territorial).
Canal Sur dedicó un especial de la noche de Reyes de 2012 a su madre, una de las pertenecientes (como él, lógicamente) a las pocas familias beneficiarias que monopolizan en realidad las millonarias subvenciones al campo de la Unión Europea: la duquesa de Alba. Según Libertad Digital (5/VIII/2009), “Las ayudas agrícolas se comen casi la mitad del presupuesto de la UE. Un informe desvela que, entre los beneficiarios, destacan miembros de la nobleza, como la familia Alba o los Windsor, así como millonarios e, incluso, políticos. […] Así, por ejemplo, la Duquesa de Alba y sus hijos se llevaron el pasado año más de dos millones de euros a través de las empresas Euroexplotaciones Agrarias y Eurotécnicas Agrarias, que engloban las fincas de una de las familias con más tierras de Europa, informa La Gaceta de los Negocios”.8
La ya fallecida Rosario Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba de Tormes y madre de Cayetano Martínez de Irujo (cuyo cambio de orden en los apellidos solicitó, a fin de que el futuro duque de Alba pudiera continuar dentro del linaje de los Fitz-James Stuart, por un coste de varios millones de pesetas), era hija de Jacobo Fitz-James Stuart, decimoséptimo duque de Alba, propietario de 34.455 hectáreas y que desde 1931 participó activamente en las conspiraciones para derribar la Segunda República española cubriendo con su dinero parte de la garantía del avión alquilado en Londres el mes de julio de 1936 para transportar al general Franco de Canarias a Marruecos. El madrileño palacio de Liria, propiedad suya, incendiado por los bombardeos de la aviación franquista, fue totalmente reconstruido con cargo al presupuesto del Estado después de la victoria de Franco. Finalizada la llamada Guerra Civil, el duque de Alba fue nombrado embajador de Franco en Reino Unido. A principios del siglo XX, había conseguido reunir en su persona más de treinta títulos nobiliarios. A su muerte, su heredera, que ambicionaba ser la más grande duquesa viviente, se aplicó pacientemente a rehabilitar, desde 1954, nuevos títulos nobiliarios, dispuesta a figurar en el libro Guinness de los récords como la duquesa con más títulos nobiliarios de Europa, por lo que logró convertirse en la número uno de la aristocracia española, con cuarenta y cuatro títulos. También fue la aristócrata más condecorada por la dictadura de Franco, que le otorgó entre otras distinciones la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y la medalla del Mérito Agrícola. El clan familiar de los Fitz-James Stuart formado por las casas ducales de Peñaranda y de Alba figura en el pelotón de cabeza de los muy ricos porque poseía aún en los albores del presente siglo 23.236 hectáreas repartidas por nuestro país, además de por Castilla y León y por Extremadura. Los Fitz-James siguen clasificados entre los mayores terratenientes del Estado español9.
Si había sido condecorada por Franco, por supuesto el régimen posfranquista, a través del Gobierno colonial de la Junta de Andalucía, no ha dudado en seguir premiándola con sus máximas distinciones, condediéndole el título de hija predilecta de Andalucía en 2006 (El País, 28/II/2006)10. La decisión de la Junta fue argumentada en virtud de su supuesto amor por el país; presunto afecto que, sin embargo, no se ha visto reflejado en sus (exiguos) deberes fiscales, radicados no en Andalucía sino en Madrid, donde el Impuesto de Sucesiones y otras obligaciones tributarias acordes con su patrimonio parecen ser de menor cuantía (Elplural.com, 24/IX/2014)11. De acuerdo con la mitología de la Junta de Andalucía y su órgano de adoctrinamiento mediático, Canal Sur, los miembros de la casa de Alba son campechanos y amables benefactores cuya filantropía debe corresponder el pueblo con su sonrisa, servicio e innata gracia.
Al palacio de Cayetana Fitz-James Stuart, una de estas personas beneficiarias con tan gran “ánimo de progresar” (por retomar la expresión de su emprendedor vástago), pues, acudieron los humoristas Los Morancos encarnando a los personajes de Antonia y Omaíta, para no faltar al estereotipo del vasallo inocente y feliz. No era la primera vez que el dúo sevillano se alineaba con el mensaje del poder, dado que durante el referéndum sobre la ratificación del texto neoliberal llamado “Constitución Europea” en el Estado español, en 2005, participaron en un acto desarrollado ante un auditorio vacío en Sevilla, en el que uno de sus componentes, Jorge Cadaval, “manifestó que «los andaluces siempre hemos estado a favor de la unidad de Europa y España y como ciudadano europeo apoyo las decisiones de mi comunidad»” (ABC, 13/I/2005)12. En otros momentos de la campaña, los hermanos humoristas incluso llegaron a confesar, sin el menor reparo, que ni se habían leído el texto que se estaba sometiendo a referéndum pero que a pesar de ello iban a votar que sí, al igual que Los del Río, “porque los políticos, que saben más, nos dicen que votemos sí”13. Esta es la transcripción de algunos extractos de la visita de Antonia y Omaíta (personajes de Los Morancos) al Palacio de las Dueñas, para dialogar con la duquesa de Alba; velada que en algunos momentos alcanza cotas ciertamente insuperables de baboseo servil14:
<< OMAÍTA (O): Pregúntale lo que tú le querías preguntar a doña Cayetana, pregúntaselo.
ANTONIA (A): ¿El qué quieres que le pregunte?
O: Lo de Andalucía, por qué le gusta a ella tanto Andalucía.
A: Doña Cayetana, ¿por qué le gusta a usted tanto Andalucía?
DUQUESA DE ALBA (D): ¡Ah, porque sí! Porque es especial y es lo más bonito…
A: ¡Ay, ay, ay!
D: …que hay.
A: ¡Ay, ay, doña Cayetana!
D: Y los andaluces tienen mucha gracia.
A: Mire usted.
D: Y por ahí [hay] menos.
O: Claro.
A: Doña Cayetana, ¿le puedo yo decir a usted una cosa, con todo el corazón del mundo?
D: ¿Eh?
O: Díselo.
A: ¿Le puedo decir una cosa con todo el corazón del mundo, y de corazón? ¡Yo me la voy a comer a usted, porque usted es divina!
D: ¡Ah, gracias! […]
A: Doña Cayetana…
O: ¿Qué más le quieres preguntar?
A: No, le quiero preguntar a doña Cayetana: con tantas lámparas que yo he visto en el palacio, tiene usted que pagar una factura de luz muy alta.
D: No.
A: Ah.
D: Porque no se encienden todas a la vez.
A: ¡Oh! [Ríe.]
O: Claro, hija. Es tan torpe mi Antonia… ¿Cómo va a encender todas las luces a la vez? Tú eres muy bruta.
A: Es verdad. Es que mi casa es tan chica…
D: Ahora están las cosas muy mal.
A: ¡Oy, que si están las cosas mal!
D: Pero ya mejorarán; esperemos.
A: Doña Cayetana, ¿usted está notando la crisis?
D: También; ¡imagínate!
A: Hombre, hombre.
D: Como todo el mundo.
A: Nosotras tenemos el frigorífico en blanco y negro, doña Cayetana.
D: Ah, mira.
O: No hay ni… Vamos, entra un ratón y coge anemia. No hay cosa más grande que ese frigorífico; qué vacío lo tenemos.
D: Es terrible. […]
A: Vamos a despedir ya esto.
O: Y quiero que le mande usted un mensaje a Andalucía. ¿Qué le dice usted a Andalucía y a los españoles?
D: Que les doy mi corazón, mi admiración y mi amor.
O: ¡Ea! ¿Hay algo más bonito que esto?
A: Bueno, que voy a decir una cosa yo. Andalucía: qué orgullo, ahora lo digo desde el corazón… [Se pone serio.] Qué orgullo tener a una persona como Cayetana al lado nuestra, y que sea tan de nosotros. ¡Ole y viva usted, doña Cayetana!
O: ¡Muchas gracias por recibirnos en su casa! ¿Qué? ¿Era amiga mía, o no? […]
A: ¿Cómo la vamos a dejar a usted, si usted es maravillosa, doña Cayetana? Usted no puede ser ya más buena persona. […] Bueno, nosotros desde aquí queremos agradecerle a usted otra vez que nos haya dejado venir aquí, a Dueñas…
O: Que es mi amiga.
A: Eso. Bueno.
O: Que no te enteras.
A: Pues despide ya esto, que está doña Cayetana…, que ya está bien.
O: Muchas gracias. Gracias a los televidentes, para que veais que lo que digo en los pogramasss [suprimiendo el fonema /r/ y exagerando la ese final] no esss [ídem, con la ese] mentira. Soy de la alta sociedásss [ídem].
A: Anda. ¡Muchas gracias, Cayetana!
D: A vosotras. >>
De modo que a la duquesa de Alba le gustan los andaluces porque “tienen mucha gracia”, lo cual parece ser un incontestable mérito para que en Andalucía sea “un orgullo tener a una persona como Cayetana”, quien “no puede ser ya más buena persona”, por ser “tan de nosotros”; aunque tributara en Madrid. Una persona que estaba notando la “terrible” crisis “como todo el mundo”: tal vez se encontrara entre los más de tres millones y medio de personas pobres en nuestro país; o incluso dentro del millón que sufre la pobreza extrema sobreviviendo con ingresos inferiores a trescientos euros por unidad de consumo; quizá forme parte de las cerca de setecientas mil personas en Andalucía con carencia material severa (El País, 14/X/2016)15; a lo mejor Jorge Cadaval, a través del personaje de Antonia, se interesó por su factura de la luz porque supuso que podía engrosar la proporción de población andaluza en situación de pobreza energética, que hoy roza el 16 por ciento (Confidencialandaluz.com, 4/XII/2015)16. Tremenda injusticia que haya tenido que pasar por tan rigurosas calamidades una figura que es “maravillosa” porque entrega todo su corazón, su admiración y su amor “a Andalucía y a los españoles” en general (por supuesto, aunque sea desde una cadena de ámbito de emisión autonómico).
Manuel Rodríguez Illana
2http://blogs.canalsur.es/saladeprensa/2011/09/08/cayetano-martinez-de-irujo-protagonista-del-estreno-de-la-octava-temporada-de-menuda-noche/
4http://sevilla.abc.es/hemeroteca/historico-26-02-2008/sevilla/Home/la-junta-interviene-en-rtva-para-regular-la-aparicion-de-menores-en-menuda-noche_1641676032235.html
5 GROSFOGUEL, Ramón (2016): Apuntes hacia una metodología fanoniana para la decolonización de las ciencias sociales. En FANON, Frantz, Piel negra, máscaras blancas. Madrid: Akal. Pp. 270-271.
6 FANON, Frantz (2016): Piel negra, máscaras blancas. P. 70, nota al pie.
8http://www.libertaddigital.com/economia/nobles-reyes-politicos-y-millonarios-acaparan-las-subvenciones-agricolas-de-la-ue-1276358636/
9 YNFANTE, Jesús (1998): Los muy ricos. Barcelona: Grijalbo. Pp. 40-44.
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