Ningún presidente de Gobierno ni ministro de origen andaluz ceceó o jejeó en sus intervenciones en el último siglo

Diego Martínez Barrio, Felipe González, Celia Villalobos, Magdalena Álvarez, María Jesús Montero… Más de 40 andaluces han pasado por el Consejo de Ministros español en el último siglo y todos ellos renunciaron a aquellos rasgos del andalú más estigmatizados por la RAE y el españolismo lingüístico; el ceceo y el heheo.

Así lo revela el estudio Seseo, ceceo y distinción de /S/ y /θ/: el caso de los políticos andaluces en Madrid que se puede leer aquí, elaborado por la investigadora Rocío Cruz Ortiz. Esta doctora en lengua ha analizado los discursos de los presidentes del Gobierno y ministros de origen andaluz en Madrid entre 1923 y 2011 con unos resultados demoledores: solo se apreció ceceo —pronunciar el sonido de la zeta en lugar de la ese— o jejeo —hache aspirada en vez de ese— en un 0,2% de las casi 3.500 intervenciones analizadas. Una representación testimonial, teniendo en cuenta que el ceceo predomina en más de la mitad del territorio andaluz.

Tanto el ceceo como el jejeo están muy presentes en el valle del Guadalquivir, costa mediterránea y atlántica andaluzas, pero es el rasgo que más ocultan los andaluces cuando salen de su país. Si bien muchos mantienen la pérdida de consonantes finales o el debilitamiento de la ese inclusiva, la mayoría oculta este rasgo lingüístico estereotipado incluso dentro de Andalucía.

“Cuando vas a Madrid intentas pronunciar lo mejor posible”, reconoce Alfonso Moscoso como buen cipayo al servicio de la corona, senador del PSOE y alcalde de Villaluenga, pueblo de apenas 400 habitantes en la Sierra de Cádiz en unas declaraciones al El Confidencial. “No es que reniegue de mis raíces, pero cuando uno llega a Madrid y empieza a hablar lo primero que dicen es que no nos entienden”, resume el regidor.

El ceceo y el jejeo durante siglos se ha relacionado con hablantes de un nivel sociocultural más bajo. “Los hablantes eliminan los rasgos que no gozan de gran estima lingüística cuando ascienden en la escala social. Cuando esos andaluces llegaban a las ciudades empezaban a distinguir entre ce y ese o directamente a sesear”, explica la investigadora.

El seseo —fenómeno que consiste en pronunciar el sonido de la ese en lugar de la zeta o la ce— sí caló en zonas urbanas, con una gran aceptación entre hablantes cultos. Por eso su prestigio es mayor y su supervivencia como elemento lingüístico del andalú es mayor en los hablantes que salen de Andalucía con la intención de ser aceptados en el establishment carpetovetónico. Durante siglos, fue incluso exportado al continente americano desde las ciudades de Sevilla y Cádiz, foco cultural durante el comercio de Indias, lo que reforzó su prestigio.

Pese a que también peligra su vigencia —algunos estudios alertan de que cada vez se usa menos en ciudades como Sevilla—, es un fenómeno lingüístico mucho más habitual en el Congreso de los Diputados español y está presente hasta en un 25% de las intervenciones de andaluces analizadas por Cruz, que pudo intuir cómo algunos ministros forzaban su forma de hablar. “En la investigación detectamos hablantes que en ocasiones sesean y en otras no. Eso normalmente ocurre porque eres seseante o ceceante, pero estás intentando cambiar y no te sale siempre”, explica la investigadora.

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Samuel Axarquía

Nacido en la comarca de la Janda. Asentado en la Axarquía. Me gano el pan como administrativo.

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2 Respuestas

  1. Avatar Juan dice:

    Porque no son andaluces de corazón, sólo de nacimiento. La prueba es que se van a hacer carrera a Madrid, justo donde se maneja y denigra a “su” tierra.

  2. Avatar Juan dice:

    El idioma andalú sigue evolucionando, dejando tras de sí a su variante castellana, la oficial española. El próximo golpe de efecto idiomático es el “heheo”, basado en cambiar la pronunciación de la ‘z’ o la ‘s’ por la hache aspirada, con gran similitud y de evidente ascendencia árabe, como por ejemplo decir “nohotro” en vez de ‘nosotros’. Cada vez va tomando más fuerza esta variante y es evidente que dentro de varios siglos se separará definitivamente de la modalidad lingüística castellana, dando lugar a un nuevo idioma.

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