Ni con la derecha ni con el progresismo servil: la Coordinadora Arauco Malleco frente al escenario actual de la lucha mapuche revolucionaria

COMUNICADO DE LA COORDINADORA ARAUCO MALLECO

Respecto a los acontecimientos actuales gestados bajo la institucionalidad del Estado de Chile, la convención constituyente y el ciclo de gobierno liderado por Gabriel Boric que nace pactado en el marco de la relación inter-burguesa nacional e internacional, manifestamos lo siguiente:

Kiñe.- Existe un constante negacionismo, un sesgo e ignorancia masificada sobre la historia de nuestra Nación Mapuche, orquestada e impuesta por el estado Chileno para justificar la usurpación del Wallmapu. Con este discurso, se busca desconocer que como pueblo Mapuche sostuvimos una larga independencia y soberanía sobre nuestro territorio ancestral, a tal grado, que las estructuras coloniales y republicanas se mantuvieron al margen de nuestras vidas por varios siglos, sin lograr imponer sus formas culturales, económicas y políticas. La única vía que encontraron los winka para hacerse de nuestro territorio fue, el despojo, el engaño, el tutelaje racista y la militarización, fenómenos que hoy vuelven a repetirse.

Epu.- Más aun, en el actual panorama donde surgen voces intentando direccionar nuestra autonomía bajo su institucionalidad y paternalismo, le respondemos a esa nueva izquierda “hippie, progre y buena onda” y que hoy celebra un gobierno socialdemócrata o, para ser más precisos, de centro-izquierda, que el pueblo mapuche tiene su propio ordenamiento político-militar desde antes de la formación del estado chileno. Esto, a través del koyang, el weychan y la presencia de nuestras autoridades ancestrales como machi, lonko, werken, weychafe; roles que se mantienen vigentes en nuestro movimiento, fuera de ideologías foráneas y activos en los procesos de reconstrucción y liberación nacional hacia el kizügunewün.

Küla. Entendemos que aunque las formas del poder y la dominación pueden variar, en su fondo siguen siendo las mismas estructuras contra las que hemos luchado durante mucho tiempo, por tanto, nadie nos enseñará a confrontarlas; ha sido nuestra historia de lucha, nuestros aciertos y errores, la palabra de nuestras autoridades culturales, lo que nos ha fogueado como pueblo en resistencia y nos motiva a seguir combatiendo a las expresiones del capitalismo en el Wallmapu. El poder colonial que nos sometió hace más de un siglo sigue la misma lógica en la actualidad. Así, Saavedra, Pinochet y Kast representan la continuidad histórica como proyecto de dominación fascista y racista a ultranza. Ya lo sabemos nosotros que convivimos con esa casta de dominación a lo largo y ancho del territorio en disputa. Ante esto, volvemos a destacar el ejemplo de nuestros antepasados, los futakechekuifi, y reafirmamos que seguiremos luchando por la reconstrucción Nacional Mapuche sin variar un centímetro en nuestra línea y principios de lucha.

Meli.- Que, en la actualidad y como expresión concreta de estas estructuras de dominación, la supuesta lucha contra la “violencia en La Araucanía” se configura como una táctica transversal que sostiene el empresariado, la derecha, los medios de comunicación, e incluso la Convención Constituyente y Gabriel Boric, destinada a mantener como sea el sistema al punto de justificar la represión y la militarización para hacer frente al movimiento mapuche autonomista revolucionario que ejerce el control territorial. Pareciera ser que cuando tocan los intereses del gran capital no existen diferencias entre “izquierda y derecha”, ya que ambos sectores sostienen un discurso homogéneo ante los avances políticos y materiales de nuestras reivindicaciones. Estos sectores olvidan que en nuestro horizonte histórico fue la violencia política y la resistencia la que nos hizo un pueblo soberano y es nuestro legítimo derecho utilizarla para mantenernos dignos como pueblo nación.

Kechu.- Que la táctica anterior forma parte de una estrategia contrainsurgente que se abre camino en el escenario político actual mediante la instalación de una narrativa narcoterrorista, dirigida a arrinconar y desprestigiar política, económica y mediáticamente a nuestras expresiones de lucha revolucionaria. Son las arremetidas desesperadas de las clases dominantes y el fascismo para salvaguardar sus intereses ante el fortalecimiento del weychan. A la vez, de la misma forma, en este contexto nos deslindamos categóricamente de ciertas desviaciones que se han producido al interior del movimiento mapuche en general y que han resultado ser funcionales al poder de dominación como el narcotráfico, las mafias vinculadas a la extracción de madera, el paramilitarismo yanacona y la servidumbre de los “nuevos microempresarios” mapuche. En estos momentos históricos es fundamental asfixiar a estas expresiones funcionales al capital, y como organización lo haremos reafirmando la ética política que conlleva nuestra tradición de lucha.

Kayu.- Hacemos un llamado a nuestro pueblo Mapuche rebelde a seguir resistiendo y a reivindicar la violencia política como un instrumento legítimo de nuestra lucha, sea quien sea que esté gobernando y que mantenga el patrón de acumulación capitalista y su andamiaje colonial. A frenar la destrucción del Wallmapu, a crear las bases para la emancipación definitiva multiplicando los chem e intensificando el control territorial para lograr zonas liberadas del poder winka. A no olvidar de nuestra memoria colectiva los costos de este nuevo resurgir autonomista, que se han pagado con persecución política y pu weychafe caídos, motivados con un amplio sentimiento de entrega por nuestro pueblo. A no dejarse engañar por falsas promesas y a no caer en la visión cortoplacista y mezquina de la seudo izquierda.

¡¡Con Matías y Toñito en la memoria siempre!!

¡¡La resistencia no es terrorismo!!

¡¡Kizugūnewtun para la Nación Mapuche!!

¡¡Libertad a Daniel Canío y a todos los PPM!!

Amulepe taiñ weichan

Weuwaiñ – Marrichiweu

Fuente: Wuñelfe Contrainfo.

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1 respuesta

  1. 30/12/2021

    […] entra­da Ni con la dere­cha ni con el pro­gre­sis­mo ser­vil: la Coor­di­na­do­ra Arau­co Malle­co… se publi­có pri­me­ro en La otra […]

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