El gasto militar extra autorizado en Consejo de Ministros durante 2023, más del doble de lo que presupuestó Defensa
El Consejo de ministros ha autorizado en 44 de sus sesiones y 166 de sus acuerdos la nada despreciable cifra de 28.232,23 millones de euros de aumento del gasto militar. Los acuerdos de autorización alcanzan, en algunos casos, varias anualidades futuras comprometidas y a todo tipo de conceptos imaginables, desde programas de armas a reparaciones y suministros, pasando por dotaciones de personal, intervenciones militares en el exterior, operaciones de especulación con propiedades de la defensa y un largo etcétera. Podemos consultar la tabla íntegra en pinchando aquí
Si tenemos en cuenta que el presupuesto del Ministerio de Defensa para 2023, eran de 13.161,29 millones de euros (incluyendo tanto el gasto corriente del ministerio como lo destinado a programas especiales de armamento) la cifra aprobada por los sucesivos consejos de ministros supone 2,14 veces el presupuesto que el parlamento aprobó para defensa para todo el año 2023.
Gasto militar oculto en otra partidas
Pero, como hemos demostrado en otras ocasiones que el gasto militar español se oculta en otras partidas presupuestarias y supera con creces el gasto del ministerio de defensa, podemos comprobar que los más de 28.200 millones extra autorizados por el ministerio de defensa equivalen a casi el 58% de los 48.833,33 millones del total de gasto militar desvelado por Tortuga para 2023 y al 50,6% de los 55.790,88 millones del gasto militar más el control social previsto para 2023.
Llama la atención la contribución efusiva a la generación de este gasto militar por parte del Ministerio de Hacienda (que ha autorizado casi 8.600 millones del total) y del de Industria (casi 3.200 millones) en la generación de este enorme gasto.
Destaca también el papel importante en este incremento del gasto militar comprometido para años futuros de los programas de rearme, con unos créditos multimillonarios concedidos por el Ministerio de industria a la industria militar y a interés cero, con un empuje impresionante a la investigación y desarrollo en armas y a la internacionalización de la industria militar. También destacan los amplios pelotazos económicos que le ha supuesto a Defensa la transacción/venta de terrenos militares por más de 1.000 millones de euros, en diversas regiones, principalmente en Madrid para la operación Campamento.
Participación transversal en el militarismo español
Porcentualmente, el gasto autorizado por Defensa supone más del 41% del total, seguido por 30,5% del Ministerio de Hacienda, algo más del 11% de Industria, más del 3,2% de Transporte y cantidades inferiores de los restantes cinco ministerios participantes del sobregasto militar (Interior, Agricultura y transición ecológica, Asuntos Exteriores, Asuntos Económicos y Presidencia), que juntos alcanzan el 14% restante.
Una vez más se observa la transversalidad y la dispersión del gasto militar, oculto en partidas de ministerios en principio poco sospechosos de tan relevante apoyo al militarismo.
Gasto insolidario
Si comparamos este espectacular aumento del gasto militar con las partidas con las que, en principio, contaron los distintos ministerios en los presupuestos de 2023, veremos el agravio comparativo que supone dedicar un esfuerzo económico tan espectacular a rearme y militarización en detrimento de las partidas sociales.
El gasto comprometido por el Consejo de ministros es casi equivalente al de los 14 ministerios menos dotados de presupuesto durante 2023 y únicamente es superado por el gasto atribuido al ministerio de inclusión social si en éste último incluimos las prestaciones que debe abonar anualmente.
Gasto para rearme
El Consejo de Ministros del 27 de diciembre ha acordado, entre otras cosas, mantener la participación española en las mismas misiones militares que durante 2023.
Quiere decirse que al menos seguiremos interviniendo en la injerencia militar en 20 escenarios y conflictos, lo que a su vez aprovechamos, como hemos explicado en otros momentos, para exhibir nuestro amplio catálogo de armamento de cara a la venta de armas en la que seguimos estando en el top mundial de los señores de la guerra.
A su vez, el Consejo de Ministros ha autorizado durante 2023 nuevos programas de armamento que han incrementado el gasto comprometido para varios ejercicios futuros en más de 20.000 millones de euros, 11.700 desde junio de 2023, así como otros 1.700 para repuestos.
Una verdadera escalada en el impulso a la industria militar, a la compra de armas y a la adquisición de nuevos programas de armamento que supondrá un nuevo incremento de la deuda pública para cubrir este amplio e innecesario rearme.
Venta de armas e injerencia militar en el exterior como grandes claves de nuestro elevado gasto militar.
Aunque aún no contamos con datos suficientes para estimar el monumental aumento del negocio de los señores de la guerra, sí podemos afirmar que el incremento de los conflictos de seguridad y la guerra le viene especialmente bien a nuestro militarismo. Es su principal nicho de negocio, seguido de todos los procesos obsesivos de securitización que fomentan las élites con el doble fin de ganar dinero y controlar a las población.
Ángel González, periodista poco sospechoso por sus vinculaciones con lo militar, explica hace unos días en El País que durante 2022 España exportó armas de forma oficial por valor de más de 4.090 millones de euros, más e un 35% de incremento respecto del año anterior (se desconoce la exportación de armas fuera de los cauces legales, aunque se da por sentado que su volumen no es despreciable).
Parece que 2023 no le ha ido a la zaga (en el primer semestre se han alcanzado cifras de más de 1.753,9 millones de euros) y se esperan cifras astronómicas, a las que se deben sumar los contratos comprometidos a largo plazo (cuyo volumen de negocio no se suma a la cifra de venta anual) y los encargos multimillonarios comprometidos por el gobierno más progresista de la historia durante este año.
Falta de crítica y oposición.
También llama la atención el absoluto seguidismo de la inmensa mayoría de las fuerzas políticas parlamentarias al aumento del gasto militar y a las malas artes de la composición de este.
Los partidos sedicentemente de izquierdas que componen el gobierno, tanto el de ahora como el que hemos padecido desde enero, han aceptado este despropósito de aumento del gasto militar sin que nadie levantara el dedo. De hecho no lo hicieron cuando se aprobaron los presupuestos respecto del ya desmesurado gasto anual, ni lo han hecho en ningún momento de forma creíble (y en general de ninguna forma) durante todos y cada uno de los incrementos que ha sufrido consejo de ministros tras consejo de ministros dicho gasto militar.
Tampoco ha tenido protagonismo alguno la crítica la gasto militar en los programas con los que estos partidos de supuestas izquierdas o los de las derechas nominales elaboraron para concurrir a las elecciones generales celebradas este mismo año. En realidad nuestro arco parlamentario no tiene una alternativa al gasto militar y muestra un deprimente servilismo que desmiente muchas de sus críticas a cualquier otra cosa.
¿Será que piensan lograr cambios esenciales y maximalistas en tantas cosas pero privilegiando al ejército y a los enfoques militaristas que defienden precisamente el estatu quo?
Y luego dirán que lo nuestro es ingenuidad y buenismo.
Por Juan Carlos Rois.
Fuente: Grupo Tortuga.
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