
Sobre una veintena de organizaciones políticas y sociales marcharán el domingo 31 de agosto con el propósito de reclamar la independencia de Puerto Rico, se anunció hoy en rueda de prensa frente al Capitolio.
“Puerto Rico ha sido colonia de Estados Unidos de Norteamérica por 127 años; desde entonces siempre ha habido un reclamo de libertad de importantes sectores de nuestro pueblo que en ocasiones han disputado ser la mayoría de la población”, reclamaron los dirigentes de diversas agrupaciones políticas, sociales y culturales.
Expusieron que por todos estos años, el gobierno yanqui se las ha ingeniado, con la fuerza, la persecución política, la compra de políticos y partidos coloniales para mantener al pueblo puertorriqueño sometido y subyugado a los intereses del imperio y sus empresas, que “amasan fortunas de las ventajas de que seamos su colonia”.
La Marcha por la Independencia, en la que participará Heriberto Marín, combatiente nacionalista y exprisionero político de 96 años de edad, se realizará desde el lado sur del Capitolio, a las 10:00 hora local, para marchar por las calles del Viejo San Juan hasta la corte federal del gobierno de Estados Unidos en la ciudad amurallada.
Los portavoces refirieron que desde el comienzo de esta relación violenta, los estadounidenses devaluaron la moneda de Puerto Rico y despojaron a los puertorriqueños y puertorriqueñas de sus tierras y negocios, al imponerse tanto militar, como política y económicamente.
“En 1950, hace 75 años, mientras el gobierno yanqui, con sus aliados del Partido Popular Democrático (PPD), que hoy se jacta de volver a ese pasado vergonzoso, se confabularon para venderle al mundo la farsa del Estado Libre Asociado (ELA) como paso descolonizador, mentira que fue respondida heroicamente por una generación que no se dejó”, indicaron.
“Don Pedro Albizu Campos y tantos hombres y mujeres valientes como Blanca Canales y Heriberto Marín, que marchará con nosotras, empuñaron las armas en reclamo del derecho inalienable de libertad, dejándonos de ejemplo de valor la gesta que conocemos como la Revolución de Jayuya”, destacaron los portavoces de la Marcha por la Independencia.
En ese mismo espíritu combativo, este año recordamos dos eventos que marcaron nuestra lucha libertadora: los arrestos de miembros del Ejército Popular Boricua-Macheteros (EPB-Macheteros) el 30 de agosto de 1985 y el asesinato por el FBI del dirigente político Filiberto Ojeda Ríos el 23 de septiembre de 2005.
“A 40 años de los arrestos y 20 del asesinato de Filiberto, es nuestro deber patriótico mantener viva la historia de lucha y recordar los sacrificios que quienes nos precedieron enfrentaron”, afirmaron los organizadores de esta marcha, que no se limita a cumplir con las importantes conmemoraciones y efemérides.
La marcha es un llamamiento a los independentistas de Puerto Rico, del archipiélago y de la diáspora, a convertir el tema de la independencia en un asunto central en la discusión pública.
“Nos corresponde hacer que la independencia y su antítesis, el colonialismo sean parte de la agenda diaria de la discusión pública de nuestro país en una discusión que supere los mitos y las demagogias”, anotaron.
Según las organizaciones, la crisis que vive nuestro pueblo no se resuelve con parches ni mera buena voluntad; se requiere de cambios estructurales en lo político, económico y social.
Entre las agrupaciones que convocan están la Alianza Nacional Contra el Desplazamiento, la Colectiva Feminista en Construcción, Comuna Caribe, el Comité Pro Derechos Humanos, Comité de Solidaridad con Cuba, la Jornada Filiberto Ojeda Ríos, la Jornada Se Acabaron Las Promesas, Las Lolitas, el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano y Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores.
Porqué los independentistas debemos marchar por la independencia
Este próximo 31 de agosto de 2025, un nutrido grupo de organizaciones políticas y sociales nos convocan a marchar por la independencia de Puerto Rico. Parecería una convocatoria que no merece mayor explicación porque en una colonia todos los días se justifica levantar la voz y el puño por la libertad que nos niegan.
Sin embargo, es justo que nos cuestionemos porqué en medio de tantas alarmas de crisis sonando, nos detengamos a luchar por lo que parece una meta lejana y poco pertinente como respuesta a las tribulaciones que vemos en cada titular de prensa. La respuesta implica revisarnos y examinar por qué somos independentistas en este mundo tan distinto al de Betances, Albizu y Filiberto.

No hay duda que existen excelentes argumentos para abogar por la independencia en pleno siglo 21. Comencemos por los que nos acusan de ser románticos. Y es que la independencia es el término más cercano y compatible con ser libres, y ¿quién no querría ser libre? También surge la palabra dignidad. La dignidad de mandar en tu casa, de que no venga alguien de afuera a saquearte y decirte como vivir. Un pueblo libre y digno debería ser punto de partida de cualquier proyecto nacional. Pero, definitivamente no es suficiente para convidar a las masas populares. 127 años de colonialismo yanqui nos demuestran que el miedo inculcado a ser libre supera esas ansias de libertad y dignidad.
El ser independentista requiere un examen racional de nuestra realidad material. Conocer las razones por la que Puerto Rico siempre ha sido una colonia de la que tanto el imperio español, como el del norte nos han mantenido subyugados. Esas razones siempre han sido de tipo económico/militar.
El imperio Yanqui le abrió un espacio seguro bajo control militar a sus empresas azucareras, luego las de manufactura, la banca y las farmacéuticas, junto a la avalancha de empresas de venta de bienes y servicios a nuestro pueblo cautivo. Así que en la ecuación siempre ellos han ganado. El impacto de la colonización también le ha servido al imperio para tener mano de obra barata aquí y allá cuando emigramos forzadamente.
Tampoco podemos olvidar como nos han llevado miles de jóvenes a guerras imperialistas y como han utilizado nuestras tierras para operativos y prácticas militares con consecuencias ambientales y de privación de uso y disfrute de tierras y recursos naturales de gran valor. La realidad es que nos han exprimido como a cualquier colonia.
Hoy día, luego de 20 años consecutivos de crisis económica bajo los estándares de la economía capitalista, nuestro pueblo se plantea la independencia en función de cómo atender esta crisis. Cómo mejorar el problema de inseguridad social, la crisis de salud, de energía, de vivienda entre tantas otras. Como independentistas nos toca dar esas respuestas.
Esta marcha es un llamado a todas y todos los independentistas de Puerto Rico, del archipiélago y de la diáspora, a convertir el tema de la independencia en un asunto central en la discusión pública de Puerto Rico. Que sea un debate vivo en donde podamos convencer y a la vez crecer en la prefiguración de la independencia que necesitamos. La crisis que vive nuestro pueblo no se resuelve con parchos ni mera buena voluntad. Se requiere de cambios estructurales en lo político, económico y social. Para ello el Pueblo de Puerto Rico necesita reclamar su derecho a la autodeterminación. La Junta de Control Fiscal es solo uno de los tumores de la enfermedad del capitalismo colonial en que vivimos. Esa Junta, que hoy Trump se apresta a reforzar con personas de su entera confianza, es el perro guardián de los intereses del capital financiero norteamericano y de quienes dirigen la colonia desde Washington. El saqueo que cometen, cuando quien nos debe es el imperio por más de un siglo de coloniaje, es perpetrado con el fin de mantenernos colonizados indefinidamente, pues apuestan a que la indigencia y la violencia que se genera en esta colonia capitalista nos mantenga sumidos en la dependencia y la autodestrucción.
La independencia no es una quimera ni un lelolai. Esta herramienta, bien utilizada por quienes amamos y sudamos la Patria, puede servirnos para establecer una estrategia de desarrollo económico centrada en nuestros intereses de quienes trabajamos y habitamos en esta tierra. Podremos insertarnos en relaciones internacionales para aportar y beneficiarnos de acuerdos comerciales justos. Tendremos los instrumentos para dirigir los recursos a las necesidades fundamentales como garantizar los servicios básicos como la energía, la salud y la educación, en manos del estado, para que sirvan en beneficio de la gente y no de las ganancias de unos pocos.
En el espíritu de la unidad que ha permeado la construcción de esta marcha, es que se hace el llamado de marchar por la independencia de Puerto Rico. Allí estaremos el 31 de agosto a las 10 de la mañana, saliendo del lado sur del Capitolio.
El autor es uno de los portavoces de la Marcha.
Fuentes: Prensa Latina / Resumen Latinoamericano.
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