Euskal Herria: Comunicado de Herritar Batasuna “Contra el fascismo, ¡Revolución proletaria!”

El 19 de julio de 1936, los Pueblos Trabajdores llevaron a cabo una insurrección armada contra el golpe de Estado de los militares nazi-fascistas y nacional-católicos españoles. En numerosos lugares vencieron, empleándose con todo su coraje y su rabia, y derramando mucha sangre y lágrimas. Así fue como dio comienzo la que la historiografía burguesa denomina como “Guerra Civil Española”, hasta 1939.
Sin embargo, no se trataba de una mera revuelta antifascista, ni siquiera de un movimiento a favor de la República Burguesa Española, sino de una Revolución Proletaria. Era, en última instancia, un levantamiento del campesinado y proletariado para hacerse con el poder y destruir al fascismo de una vez y para siempre. En efecto, fue la segunda parte de la Revolución Proletaria de octubre de ¡UHP!
Aquel día, cientos de miles de trabajadoras y campesinas hicieron frente al movimiento fascista dirigido por el general fascista Franco, y con las armas en las manos consiguieron frenar el golpe de estado de los militares en las comarcas obreras. Pretendían ir más allá de la República Burguesa, dándose comienzo de esta manera a la Revolución proletaria. ¡Uníos Hermanos proletarios!
Como no cabía esperar de otra forma, las dos facciones del Capitalismo Imperialista, esto es, las democracias liberales burguesas de Francia, Gran Bretaña y, en especial, de los USA, por un lado, y, por otro, las dictaduras nazi-fascistas y nacional-católicas de Alemania, Italia y Portugal, se juntaron para destruir la Revolución Proletaria del 19 de julio de 1936. Unos, los policías buenos, mediante el criminal Non-Intervention Committee de Londres, dejando sin armas al Gobierno de la II República Burguesa Española. Otros, los policías malos, a través de la participación militar masiva, incluida la Legión Cóndor que arrasó Gernika, exterminando la resistencia antifascista y
revolucionaria. A pesar de las aparentes diferencias y de la hipocresía con la que actuaron, los Estados burgueses perseguían el mismo objetivo: destruir completamente la Revolución Proletaria y mantener el Capitalismo, tanto en su forma liberal burguesa, como dictatorial fascista, en el Estado español. Costara lo que costase.

Desgraciadamente, el Movimiento Comunista Internacional, en el VII Congreso de la III Internacional, aceptó las tesis revisionistas de Dimitrov y, alejándose del pensamiento de Lenin, impulsó la táctica pequeño burguesa del Frente Popular.
Podemos llegar a entender, dada la grave situación que se vivía en 1935, ese intento desesperado por romper el Frente Unido de la Burguesía Imperialista. La Internacional Comunista era plenamente consciente de que si todos los estados imperialistas, con la Alemania nazi a la cabeza, atacaban a la Unión Soviética, al igual que lo estaban haciendo con la República burguesa española, quedarían muy pocas posibilidades de que el Socialismo sobreviviera.
Es por esa razón que la prioridad era romper el Frente Unido de la Burguesía Imperialista, enfrentando entre sí a las democracias liberales y los Estados nazi-fascistas para así ganar tiempo y preparar mejor la II Guerra Mundial. Esa fue la táctica de Dimitrov, Stalin, Molotov y el resto de comunistas.
Todo ello, desafortunadamente, suponía detener el avance de la Revolución Proletaria del 19 de julio de 1939, para no inquietar a las burguesías imperialistas de Francia, Gran Bretaña y los USA, y de esta manera poder participar en el Frente de la “unidad democrática antifascista”. Este factor
explica muy bien el papel que el Partido Comunista de España jugó en la guerra revolucionaria antifascista, y los enfrentamientos armados que ocurrieron en Barcelona, en mayo de 1937. En una situación caótica y confusa, se enfrentaron dos tácticas: proseguir con la Revolución Proletaria y
convertirla en una Revolución Socialista, imponiendo la dictadura del proletariado, o en su lugar, defender a la II República burguesa española y conformarse con el programa socioeconómico de izquierdas del Frente Popular. No había término medio, y el Proletariado Revolucionario, sin una
dirección y estrategia clara, perdió la guerra.
La táctica de la III Internacional era una apuesta arriesgada. Esta jugada difícil, complicada y llena de peligros la hicieron en medio de un recrudecimiento y agravamiento de la lucha de clases.
Desgraciadamente, el 30 de septiembre de 1938, la praxis determinó que habían perdido la apuesta: En Munich, las democracias liberales burguesas, esto es, Francia y Gran Bretaña, pactaron con las nazi-fascistas Alemania e Italia la destrucción de Checoeslovaquia. De esta manera daba comienzo
la II Guerra Mundial contra la Unión Soviética. In extremis, el Partido Comunista Bolchevique de la Unión Soviética consiguió quebrar el Frente Unido de la Burguesía Imperialista, precisamente por donde nadie se lo esperaba: el 23 de agosto de 1939, en Moscú, se firmó el pacto germano-
soviético entre el nazi Ribbentrop y el bolchevique Molotov.

Fue así como se salvó el futuro de la Unión Soviética y el Socialismo, aunque a un precio terrible. La praxis histórica dio la razón a Dimitrov, Stalin, Molotov y al resto de comunistas, dado que consiguieron romper el Frente Unido de la burguesía imperialista en dos fases, con la consiguiente victoria en la guerra. A pesar de lo cual, el coste fue estremecedor, ya que el revisionismo centrista penetró profundamente en la Internacional Comunista, hasta su disolución el 15 de mayo de 1943.
Fue una grave derrota estratégica…
Durante muchos años, los distintos y numerosos socialdemócratas y revisionistas, oportunistas y reformistas, han ocultado la Revolución Proletaria del 19 de julio de 1936. La memoria histórica es el campo de juego de la lucha de clases. Cada clase social, y dentro de ellas cada tendencia política, escriben y reescriben, una y otra vez, la Historia en función de sus intereses. Y también nosotras, HERRITAR BATASUNA, queremos escribir la historia del Proletariado Revolucionario desde nuestro punto de vista.
Hoy, 84 años después, el 20 de julio de 2020, queremos subrayar lo siguiente: tal como sucedió en el siglo XX, la profunda crisis de esta etapa de agonía que atraviesa el Imperialismo, fase suprema del Capitalismo, nos traerá el fascismo y la III Guerra Mundial del siglo XXI. ¡El Proletariado Revolucionario Internacional ha de vencer!
Tenemos que aprender de la Historia: el fascismo es una herramienta que utiliza la Burguesía para mantener su dictadura de clase. No existe una ruptura total entre el fascismo y las democracias burguesas, tal como la ideología del sistema pretende hacernos creer. Ambas son variantes de la
dictadura del Capital, y van alternándose en función de las necesidades surgidas en cada situación política. Se trata del poli bueno y el poli malo, cada cual cumple una diferente función…

Las ramas del fascismo no pueden cortarse sin que antes se eliminen sus raíces capitalistas. Es por ello que, una vez lograda la victoria en la II Guerra Mundial, el Imperialismo dio ptotección masivamente a los nazis y fascistas, ofreciéndoles vías de escape, refugios y escondites, o, como en el caso de los nacional-católicos de Franco y Salazar, haciéndoles un sitio de honor en la nueva Cruzada Anticomunista. Es preciso recordar el pacto, en 1953, de la España franquista con los USA y el Vaticano, o el abrazo, en 1959, de Einsenhower a Franco en Madrid. El fascismo y el sistema liberal parlamentario son dos formas diferentes de la dictadura de la burguesía, aunque en el fondo siempre es lo mismo: la tiranía del Capitalismo.
En Euskal Herria tenemos una amarga experiencia al respecto, con las diferentes formas políticas que durante siglos han adoptado tanto Francia como España, ya fuesen éstas monarquías absolutas, dictaduras fascistas, repúblicas burguesas, imperios,… En cualquier caso, siempre ejerciendo la
opresión nacional y social contra el Pueblo Trabajador Vasco.
En este 20 de julio de 2020, HERRITAR BATASUNA quiere trasladar al Pueblo Trabajador lo siguiente: sólo la Revolución Socialista es capaz de pararle los pies al cada vez más evidente fascismo que se nos viene encima por todo el mundo.
Las democracias burguesas de Europa, a consecuencia de la crisis del Capitalismo, van adoptando formas y comportamientos cada vez más autoritarios, acercándose así al fascismo. Algo bien notorio en el caso del Estado español, dado que nunca se produjo una ruptura democrática con el
franquismo, sino una Segunda Restauración Monárquica, tal como ocurrió en el siglo XIX tras la eliminación de la I República española. VOX no es más que una anécdota. Es el propio Régimen el que es fascista.
La Constitución de 1978 es completamente neofranquista, y dentro de sí esconde la que, hoy por hoy, es cada vez mayor opresión nacional y social contra el Pueblo Trabajador Vasco, y también contra el resto de los Pueblos Trabajadores del resto del Reino de España.
Otro tanto sucede con la V República gaullista de Francia. El poder de la burguesía reviste una forma y aspecto republicanos, pero en el fondo es lo mismo: la dictadura del capital. La tiranía de la oligarquía. El imperialismo francés es, además, una potencia nuclear.
Recientemente se han celebrado las elecciones autonómicas españolas en los tres territorios del Occidente de Nabarra: en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. En el territorio que los españolistas denominan “Tercio Autonómico Vasco”, y al que el franquismo llamaba “Provincias Vascongadas”.
La abstención de la clase trabajadora ha aumentado de manera notoria, a pesar de lo cual todavía nos encontramos muy lejos tanto de la abstención consciente, activa y revolucionaria masiva, como de la construcción del contrapoder popular y obrero. No obstante, paso a paso iremos acercándonos
a la eliminación desde la raíz de esas instituciones autonómicas españolistas burguesas, y en su lugar construir la República Socialista Vasca de Nabarra. ¡La formación, organización y lucha son el único camino! ¡Adelante!
El autonomismo vasco-español tiene dos alas. La derecha, formada por los liberales y cristianodemócratas del PNV. Y la izquierda, formada por los socialdemócratas y socialiberales de EHBildu. El españolismo, a su vez, tiene también su ala derecha, los cristianodemócratas neofranquistas del PP y los liberales neofascistas de Ciudadanos, y su ala izquierda, reperesentada
por los socialiberales del PSOE-PSE-EE, y los socialdemócratas de Elkarrekin-Podemos.

Todos estos partidos de la II Restauración Monárquica diseñada por el Franquismo, garantizan que nuestra nación continue dividida en dos entidades autonómicas españolas durante otros cuarenta años, formando parte de la OTAN y sufriendo la opresión del Capitalismo. El Estatuto vascongado. De 1979, de la Moncloa, y el (Des)Amejoramiento Foral de 1982.

HERRITAR BATASUNA quiere manifestar alto y claro que la Revolución Socialista Vasca es el único camino para lograr la Independencia y el Socialismo, la Reeuskaldunización y la Reunificación. ¡Para que el Pueblo Trabajador Vasco sea libre! El objetivo es la República Socialista Vasca de Nabarra, y para ello debemos organizarnos y luchar, cada cual desde su espacio, en la Izquierda Abertzale Revolucionaria, construyendo, paso a
paso, el Movimiento Socialista Revolucionario de Liberación Nacional, MSRVLN. Esa es, en esta fase de la Revolución Socialista, la auténtica prioridad.
Las ilusiones reformistas no durarán por mucho tiempo, ya que será a partir de este otoño cuando aparecerá la terrible dimensión de la crisis económica generada por esta pandemia genocida planificada por el imperialismo yankee-sionista. Entonces, ¿Qué es lo que ocurrirá cuando se agoten
las migajas de pan que nos llegan de Europa? ¿Comenzará el Pueblo Trabajador Vasco a revelarse contra la pobreza y miseria masivas? Eso esperamos, trabajaremos y lucharemos para ello. No hay otra salida. Ellos o nosotras. ¡Victoria o muerte!
El 19 de julio, tiene que ser de nuevo una fecha a recordar para los Pueblos Trabajadores que nos encontramos sometidos bajo la Monarquía española. Aquel día, nuestros antepasados se enfrentaron al fascismo y pusieron en marcha la Revolución Proletaria. En los próximos años, deberemos
trabajar y luchar duramente a favor de la Revolución Socialista Vasca, en contra de España y Francia, junto con el resto de Pueblos Trabajadores. Preparados para la guerra.
Lo diremos otra vez, y no nos aburriremos ni cansaremos de repetirlo: formación, organización y lucha a favor de la República Socialista Vasca, a favor de la Euskal Herria Independiente, Reunificada y Euskalduna. ¡En el camino de la Euskal Herria sin Estado, sin clases ni patriarcado! ¡Formaos, organizaos y luchad junto a nosotras! ¡Sin tregua, hasta la victoria! ¡ Sí a la
Unidad en la Lucha, pero en la Lucha Revolucionaria!

¡Contra el Fascismo, Revolución Proletaria!
¡Transformar las Guerras Imperialistas en Revoluciones Socialistas!

¡Viva Euskal Herria, reunificada, libre, independiente, socialista y euskalduna!

¡Libertad para lxs presxs, Amnistía Total!
¡Viva la República Socialista Vasca de Nabarra!

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Francisco Vílchez

Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.

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