¿Y si la reforma laboral no fuera refrendada en el parlamento, aunque haya entrado en vigor?

El Gobierno español aprobó hace días un Real Decreto-Ley referido a la reforma laboral que se redactó con la venia de la CEOE y los sindicatos CCOO y UGT. Entró en vigor, pero aún debe ser refrendada en el Parlamento, donde el Ejecutivo no tiene asegurado el necesario apoyo de EH Bildu, PNV y/o ERC.  Y es evidente que todo el bloque de la derecha y algunos diputados/as de comunidades como Canarias o provincias como Teruel, podrían no apoyar dicha reforma.

El Congreso votará la nueva reforma laboral antes del 7 de febrero, por lo que el Gobierno tiene prácticamente tres semanas para reunir los apoyos necesarios, algo que los y las analistas creen poco probable, a menos que Sánchez satisfaga con antelación las exigencias de la izquierda republicana catalana y las de la derecha vasca (PNV). En cualquier caso, la aprobación exige una mayoría simple, es decir, más síes que noes, por lo que el gobierno dice tener la certeza de que la reforma saldrá adelante sin ningún cambio.

Pero (siempre hay uno o más peros)… Sánchez se enfrenta a una dura disyuntiva, porque si se niega a realizar los cambios que le exigen los partidos citados, se arriesga a no tener respaldo suficiente en el Congreso para aprobar la norma. Pero si modifica el texto, entonces los empresarios podrían retirar su apoyo, lo que sería un escollo bastante serio.

En este blog siempre sostuvimos que una democracia en la que los partidos políticos se financian con el dinero de los empresarios y banqueros, se convierten en rehenes voluntariamente. Si no, díganme ¿por qué cientos de diputados y ministros/as de todos los colores dejan su escaño o ministerio y pasan al sillón de los Consejos de Administración de corporaciones de titularidad privada con un salario diez veces más jugoso?

Fuente: Carlos Tena.

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