Un grupo de Presos en lucha iniciará una huelga de hambre rotatoria, de diez días cada uno, en diferentes cárceles del Estado Español

Como continuación de las protestas que empezaron hace tres años, el próximo 1 de septiembre, una decena de presos empieza una huelga de hambre rotatoria de diez días cada uno, en diferentes penales del Estado español. Desde dentro de los centros penitenciarios proponen un cambio de planteamiento en la lucha activa para denunciar la vulneración de derechos fundamentales.

“Hago la propuesta que, a partir de la primera quincena de septiembre, a cada una de las prisiones donde nos tienen recluidas, empezamos cada una una huelga de hambre de 10 días, donde la gente de la calle nos ayude a coordinarnos porque no coincidimos nunca dos presas haciendo el ayuno al mismo tiempo. Así la acción se alargará durante unos meses, organizándonos porque, cada vez que acabo una la huelga, empiezo otra.” Esta era la propuesta que lanzaba, a finales de mayo, José Ángel Martins Mendoza (Peco) -en una misiva desde el módulo de aislamiento de la prisión de Picassent -, dirigiéndose a todas las personas tomadas en lucha activa a diferentes penaltis del Estado español. La nueva acción de protesta se enmarca dentro de la propuesta de lucha que empezó ahora hace tres años, cuando un grupo de personas tomadas a diferentes centros penitenciarios del Estado pusieron en marcha una propuesta de lucha activa –inspirada en la experiencia otras luchas anticarcelarias del pasado como la COPEL o lo APRE– para denunciar la vulneración de derechos fundamentales que aseguran sufrir por parte de organismos penitenciarios e instituciones públicas mientras se encuentran privadas de libertad.

Después de las diferentes experiencias vividas por parte de las personas tomadas en los últimos tres años de lucha desde dentro de los muros -en 2018 se hicieron tres huelgas de hambre colectivas y el pasado 1 de mayo, otra-, y los debates recientes con los diferentes grupos de apoyo de todo el Estado, se ha decidido cambiar el planteamiento de la acción de protesta. En este caso, y a diferencia de las anteriores huelgas de hambre colectivas -donde todas las presas empezaban la acción el mismo día-, se plantean ayunos rotativos de 10 días. Es decir, cada diez días, una de las personas tomadas que participa en la propuesta pondrá en marcha una huelga de hambre a una prisión diferente. Y cuando esta persona acaba la acción, otra empieza en un penalti diferente.

El objetivo de los ayunos continúa siendo visibilizar las catorce reivindicaciones de la propuesta de lucha colectiva dentro de las prisiones y especialmente, reclamar la excarcelación de las personas tomadas con dolencias crónicas e incurables, uno de los puntos de la mesa. Se trata de un derecho básico de la población penitenciaria reconocido a los artículos 104.4 y 196 del Reglamento Penitenciario y el artículo 91 del Código Penal, que actualmente afecta decenas de internas al Estado español y en las prisiones catalanas. Según explica Peco a su carta, “sabemos que existen muchas compañeras con dolencias graves e incurables que por solidaridad, amor propio o indignación frente a la injusticia, han realizado vagos de hambre por iniciativa propia sin ser consensuadas de forma colectiva, el cual me parece una lucha vacía. Tienen todo mi apoyo y solidaridad, pero, si el que deseamos es visibilizar el que nos está pasando a muchas de nosotros las acciones tienen que ser, según mi forma de pensar, de forma conjunta.” En estas líneas hace referencia a las huelgas de hambre que llevó a cabo Carmen Badía desde la prisión de Zuera –de 54 días y un mes respectivamente- los últimos meses, con la intención de dar visibilidad a su caso y llamar la atención de los organismos internacionales de prevención de la tortura para conseguir su excarcelación por dolencia grave e incurable. Hay que recordar que Badía continúa actualmente tomada al módulo de enfermería de la prisión aragonesa diagnosticada con cáncer de mama y con fuertes dolores corporales.

En las últimas semanas, diferentes grupos de apoyo de todo el Estado se han encargado de hacer llegar el mensaje con la propuesta a las personas tomadas que participan en la lucha colectiva, y de momento, ya son ocho las internas que se han pronunciado y sumado a la acción. El último a hacerlo ha sido Francisco Aroca Lison (Piyayo) desde el centro penitenciario de Albolote (Granada): “Organicémonos cómo sabemos hacer. La gente desde fuera lleva el control y nos va informando cada una de las prisiones donde estamos dispersadas, para ver como va todo este proceso colectivo. La información es fundamental, así como el diálogo entre nosotros. Pienso que esta propuesta está bien pensada, llevémosla a cabo todas a una”.

Mientras se esperan más adhesiones desde dentro de los muros –con las huelguistas actuales la propuesta de lucha se extendería de domingo hasta finales de noviembre-, de momento ya se ha convocado una concentración por el sábado 21 de septiembre fuera de la prisión de Albocàsser (Castelló) “para exigir la excarcelación de las personas gravemente enfermas con sufrimientos incurables y en solidaridad con las presas en lucha”. Desde el colectivo de apoyo a presas Tokata consideran que “se trata de seguir aprendiendo a dialogar, decidir y actuar colectivamente porque sea posible una verdadera lucha social anticarcelaria”.

(Fuente: Directa.cat / Autor: Vicent Almela)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *