‘Habla tu andaluz’: la revolución contra el racismo lingüístico

David García / www.yorokobu.es

La dignificación es un ejercicio que debería ser innecesario. Nadie debería desvirtuar el valor de una cultura, de un lugar o de un habla. Hay que ser malaje para hacerlo y muy idiota para pensar que eres mejor que otro solo por el lugar en el que has nacido.

O ignorante para desdeñar una cultura que ha ofrecido al saber universal personajes de escamondá reputación y valor creativo indudable como Federico García Lorca, Manuel de Falla, Victoria Kent, El Pali, Diego de Velázquez o Camarón de la Isla.

habla tu andaluz

Cuando eso pasa, porque pasa, hay que arremangarse y darse bulla para aclarar conceptos. Así lo hizo Habla tu andaluz, un colectivo felizmente reunido en la Escuela de Arte de Sevilla para «desmitificar la mala imagen de nuestras hablas».

Habla tu andaluz está al liquindoi de la defensa de la cultura andaluza y ha articulado sus acciones alrededor de un proyecto visual que ha aterrizado en Instagram y en las propias calles de su Andalucía. «Pensamos que una campaña propagandística con un marcado carácter didáctico, reivindicativo, desmitificador y canalla (ahora lo llaman underground) sería lo más oportuno para defender nuestros rasgos identitarios y que así llegase al mayor número de andaluces».

Le dieron carácter visual a la cosa porque para eso viven en el presente. «Nuestro contexto es cada vez más visual. Podríamos haber elegido, dado el perfil de los que integramos este proyecto, otras vías de reivindicación. Sin embargo, creemos que apoyarnos en la expresión gráfica y lo visual resulta más accesible y habla directamente en los códigos de nuestra generación», cuentan.

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El resultado es una serie de impactantes mensajes que han invadido las paredes de Sevilla en forma de papel e Instagram como soporte digital prioritario.

Reivindican localismos característicos e iconos culturales contemporáneos. Palabras y expresiones como bienmesabe, alcancía, avenate, chocho o regomello se unen a la reivindicación de iconos culturales de más al sur de Sierra Morena. Lorca, Carmen de Burgos, Pablo Picasso, Victoria Kent o Manuel de Falla observan al instagramero medio detrás de una profusa cortina forma con las palabras catetoincultarural o paleto.

La elección del lenguaje imperativo y provocador es deliberada. «Se utiliza el imperativo como eje vertebrador, se dirige directamente al receptor y pide que se exprese libremente», explican. «Seguidamente, determinamos que algo tan vivo como las hablas andaluzas precisa de variabilidad, riqueza y adaptación. Generamos así un diseño dinámico, dejando de lado el concepto convencional de marca. En un mundo vivo, el diseño debe estar vivo. Y el andaluz, también lo está».

Aunque con base en la capital andaluza, están abiertos a propuestas y a expandir el alcance al resto de hablas de la comunidad. «Estamos elaborando un glosario de términos que recoja palabras de todas y cada una de las provincias andaluzas. Para nosotros supone una grata sorpresa descubrir cómo palabras que nosotros utilizábamos en unos contextos, en otras partes de Andalucía se usan en situaciones diferentes. Por ello, todas las palabras con las que estamos trabajando son propuesta de nuestros seguidores en redes».

Habla tu andaluz es un exterminio de los complejos. Todavía hoy, el habla andaluza se sigue empleando en clichés clasistas que solo están justificados en las mentes más retrógradas. «Nos hemos criado creyendo que nuestra habla está mal, con la burla y el menosprecio. No creemos que debamos sentirnos acomplejados. Tampoco creemos que si, por ejemplo, un actor decidiera modular su forma de hablar para trabajar deba sentirse culpable», afirman.

Por esas cuitas del pasado creen las generaciones más jóvenes merecen esta pequeña revolución. «Es necesario educar y concienciar para erradicar ciertas conductas. Que desde pequeños los niños aprendan a valorar su habla y no se críen pensando que cecear es de catetos. Y quizá, estas futuras generaciones identifiquen más rápidamente todos estos esquemas de menosprecio». Fítetu.

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Francisco Vílchez

Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.

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