Guerra en Ucrania: beneficios multimillonarios

Para el gran capital, las guerras siempre han sido una oportunidad de negocio: armas, combustible, suministros, etc. En la guerra de Ucrania, no iban a ser menos, y al beneficio directo de las empresas armamentísticas, se han sumado los enormes beneficios a consecuencia de las sanciones a Rusia: los suministros de gas y petroleo procedentes de Rusia, se han sustituido por los procedentes de EE.UU, Qatar, Arabia Saudí y otros, con un coste superior al suministrado por Rusia.

Las empresas energéticas, están imputando el sobre coste a los consumidores que están sufriendo el incremento de precios y la pérdida de capacidad adquisitiva. Pero estas empresas energéticas, no solo están repercutiendo al consumidor el sobrecoste derivado del aumento de precios de los proveedores alternativos; también están aplicando un aumento de los beneficios que se está repercutiendo al consumidor.

Podríamos decir que sin justificación alguna las empresas energéticas están aumentando el precio de los servicios a sus clientes por encima del coste añadido por el cambio de proveedor, lo que en la práctica, y sin temor a equivocarnos, podríamos calificar como un robo a los consumidores del Estado español y de Europa.

Las “puertas giratorias” y la “superestructura” económica que está situada por encima de los gobiernos hace posible que estas prácticas abusivas permitan un traspaso de rentas desde las clases trabajadoras a la oligarquía económica, provocando un empobrecimiento general y el aumento de las diferencias sociales.

Simón Cano.

Las grandes petroleras europeas ganan 53.607 millones en el semestre al calor de la guerra de Ucrania

Raquel Díaz Guijarro

La presentación de resultados del primer semestre del año acaba de concluir para las grandes corporaciones y ha desvelado qué sectores han sabido capear mejor un escenario económico y geopolítico tan cambiante como el actual. Las principales petroleras europeas lograron un beneficio de 53.607 millones de euros en los seis primeros meses del año, un 79% más que en idéntico periodo del año anterior. Esto en términos agregados, porque en el caso individual de cada una de ellas, la mayoría prácticamente triplica las ganancias de un año antes, por lo que fueron beneficios récord.

Esos 53.607 millones son la suma de los beneficios declarados por Shell, Total, Equinor, Eni y Repsol, que alcanza los 64.465 millones, cantidad a la que se han restado los 10.858 millones que ha reportado como pérdidas la multinacional británica BP después de provisionar unos 30.055 millones de euros debido al impacto que ha calculado tendrá sobre su actividad su salida de Rusia tras la invasión de Ucrania. Sin esa puntualización de carácter contable, los beneficios de las seis compañías habrían rondado los 80.000 millones, más del doble que los obtenidos un año antes.

Durante la presentación que han realizado las compañías, todas han reconocido su satisfacción por la mejora del negocio, pero todas han recordado que ésta se produce tras dos años muy complicados por la pandemia, la brusca caída del consumo, y el desplome del precio del petróleo. Esa realidad comenzó a virar a buen ritmo a finales de 2021 cuando empezó a ser una realidad la recuperación de la movibilidad y la economía. Pero, sin duda, lo que ha espoleado estos resultados multimillonarios ha sido la guerra en Ucrania. El repunte del precio del petróleo y todos sus derivados como consecuencia del conflicto y sus implicaciones en la producción y el suministro han impulsado las cuentas de las petroleras. Sin embargo, más que por el precio final que pagan los consumidores por los combustibles en las estaciones de servicio, las grandes compañías han disparado sus beneficios por su margen de refino.

El cohete y la pluma

En la multinacional angloholandesa Shell, ese parámetro, que se refiere a la diferencia entre el precio al que compra la petrolera el crudo en bruto y al que lo vende a terceros ya convertido en combustible (o ya refinado) se ha multiplicado prácticamente por tres.

Conviene matizar que se trata de un beneficio condicionado a su vez por la subida de la cotización internacional de los productos refinados en los mercados internacionales, muy superior a la del crudo la primavera pasada.

Y se consigue después de dos años de márgenes muy reducidos como consecuencia de la pandemia. Así lo explican todas las empresas del sector cuando se les acusa de trasladar al ciudadano como un cohete las subidas de precios de los mercados internacionales y, en cambio, ser mucho más lentas o reacias (como las plumas al descender) cuando se trata de traducir en el surtidor las rebajas del brent y las gasolinas en los mercados mayoristas. Gracias a su margen de refino, no es de extrañar que Shell haya reportado un beneficio de 24.775 millones en el semestre, un 177% más que en idéntico periodo de 2021, cuando alcanzó los 8.949 millones de números negros.

Otra de las compañías donde la mejora ha sido más evidente es en la italiana Eni. De enero a junio, logró un beneficio de 7.398 millones, frente a los 1.103 millones de un año antes, cifra que representa un 571% más o multiplicar ganancias casi por siete.

En el caso de la noruega Equinor, con unos ingresos totales en el semestre de 71.690 millones, algo más del doble que un año antes, logró cerrar el primer semestre con un resultado positivo de 11.293 millones, el triple que en 2021.

Total prácticamente triplicó su resultado, y obtuvo 18.460 millones de beneficio en seis meses, mientras la española Repsol logró un resultado positivo muy similar al de 2021 porque se benefició de la mejora económica registrada ya el ejercicio pasado. Una vez descontado el impacto de la guerra en sus cuentas, contabilizó ganancias de 2.539 millones hasta junio, frente a los 2.499 millones de un año antes. Cepsa ganó 841 millones, casi tres veces más que en 2021

Pero si hay un caso paradigmático, ese es el de BP. En los seis primeros meses de 2022, la británica registró pérdidas de 10.858 millones, frente al beneficio de 7.595 millones del primer semestre de 2021, tras provisionar un deterioro de sus activos de 30.055 millones tras su salida de Rusia. En respuesta a estos excelentes resultados, las empresas han reaccionado mejorando el salario de sus plantillas o elevando el dividendo, pero en ningún caso moderando o conteniendo precios. Las previsiones de cara al segundo semestre parecen no invitar a tanto optimismo.

Ganancias ‘milmillonarias’ también en Estados Unidos

Exxon. Si los resultados de las grandes petroleras europeas fueron brillantes durante el primer semestre, no lo fueron menos los de sus competidoras norteamericanas. En el gigante Exxon, sus ganancias del primer semestre alcanzaron los 22.950 millones, un 214% más que un año antes; en el que fue calificado como el mejor semestre de su historia y superó, por primera vez, los beneficios de Alphabet, matriz de Google.

Chevron. El otro gran gigante, Chevron obtuvo un beneficio de 17.550 millones, un 300% más que el mismo periodo del año anterior, ya que sacó provecho de la recuperación de la demanda y de los elevados precios del petróleo y el gas.

Paradoja. Los altos precios del crudo no siempre son sinónimo de mayores beneficios, ya que las petroleras también soportan el elevado coste del crudo que deben adquirir para los productos refinados. Ahora, las más beneficiadas han sido las grandes corporaciones con capacidad para suplir las paralizaciones de refinerías que se produjeron a raíz del Covid. De cara a la segunda mitad del año, las previsiones apuntan a un descalabro del consumo por la elevada inflación y la subida de tipos.

Fuente: https://cincodias.elpais.com/cincod…

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