Se aborta la proclamación de la República Andaluza

Cuando:
27/06/2021 todo el día
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El 27 de junio de 1931 se abortó la proclamación de la I República Andaluza contemporánea pensada para el mismo día 27 o la noche del 27 al 28 de junio. El día 27 se había declarado la huelga general revolucionaria.  Según narra Pedro Vallina: “…tenía preparada a la gente para apoderarnos del aeropuerto de Tablada. Pero en el momento que se reunía la muchedumbre, llegó a aquel lugar un automóvil… … con la orden de Ramón Franco de detener el movimiento porque Sanjurjo se había posesionado del aeropuerto y había preparado su defensa militar…“.

Efectivamente Miguel Maura, ministro español de Gobernación, envió a Sevilla al director general de la Guardia Civil, quien detuvo a los oficiales responsables de la base militar de Tablada y a algunos otros, e intervino 600 bombas presumiblemente preparadas para la proclamación de la República Andaluza.​ El mismo día 27 se había proclamado la República Galega.

Pedro Vallina -líder anarquista andaluz y estrecho colaborador de Blas Infante- cuenta sobre su incorporación al proyecto: “…llegaron a Sevilla Ramón Franco, Rada, Raixac, Juan Galán, Justiniano García y el doctor Enrique Castell, a los que pronto se sumaron Balbontín y Rodrigo Soriano. Se pusieron de acuerdo con Blas Infante, Pascual Carrión y otros andalucistas significados, para realizar el plan que traían de una Andalucía libre, donde la libertad y la justicia social fueran una realidad. Todo vinieron a visitarme y recabar mi ayuda para la revolución andaluza que preparaban. Acepté en tomar parte en el movimiento revolucionario…“.

El plan estuvo protagonizado por el andalucista revolucionario Blas Infante, Ramón Franco, su amigo y compañero en el Vuelo del «Plus Ultra» Pablo Rada, el aviador militar capitán Antonio Rexach y el médico y líder anarquista Pedro Vallina. Todos ellos candidatos del Partido Republicano Revolucionario (PRRev) a las elecciones constituyentes de 1931 que. Blas Infante reconoce: “…Fui yo, pues, quien promovió la cruzada; Franco no tiene la culpa...”. Participaron igualmente militares de la Base Aérea de Tablada, como el capitán Juan Galán Arrabal, los sargentos Emilio Macero Pérez y Francisco Palacios Martos o los cabos Diego Ponce Ruiz y Juan Santana Cano, entre otros.​ La situación era idónea puesto que las elecciones a Cortes Constituyentes, el 28 de junio, proporcionaban la excusa para la agitación política bajo el pretexto de la campaña electoral. Sobre ello Pedro Vallina relata: “…En las asambleas que se celebraran en Sevilla y en los pueblos de la provincia, la muchedumbre respondió con entusiasmo… …yo les hacía conocer de lo que se trataba, de una revolución social, y no de elecciones a diputados…“.

Sobre los preparativos cuenta Pedro Vallina: “… Ramón Franco me aseguró que estaba de acuerdo con Maciá y que podíamos contar con la ayuda de Cataluña. Además, como director que era de la aviación militar, podíamos disponer de los aviones de guerra para destruir los cuarteles que no se unieran al movimiento revolucionario…“. Ramón Franco, a la sazón director general de Aeronáutica del gobierno provisional republicano, utilizaba la base aérea de Tablada para la campaña del PRRev. Y el día 26 se había producido en Tablada una concentración de aviones procedentes especialmente del Protectorado español de Marruecos, eran los recursos militares necesarios para iniciar la revolución andaluza.

Así, desde el mismo día 22 de junio con la excusa de las elecciones, en los cielos de Sevilla pudieron ser vistas dos
avionetas con las inscripciones de «Viva Andalucía Libre», arrojando pasquines que decían (según se expuso en el Congreso de los diputados en el debate sobre estos hechos): «El Gobierno Provisional de la República no ha sabido o no ha querido expresar la Revolución», «De la República, sólo tenemos, hasta ahora, el nombre. La república hay que hacerla haciendo Revolución. Y la revolución se hará cuando la tierra, la enseñanza y la justicia sean por el Pueblo y para el Pueblo», «¡Jornaleros andaluces! venimos a daros la tierra y a restituiros con ella el rango de Pueblo más culto de Europa que vuestros antepasados hubieron de ostentar. Tenemos leyes ya elaboradas por técnicos y prácticos que os proporcionarán la tierra, el dinero y los medios de cultivarla», «No basta, pues, esta guasa de revolución política. Hay que completarla con la revolución social, que rompa para siempre con las cadenas económicas, cimientos de toda tiranía. La Revolución no se ha hecho y tenemos que hacerla todos los productores», «¡Fuerzas armadas, civiles y militares, a la revolución! ¡Todos a las órdenes de los Sindicatos Obreros Revolucionarios de la invicta y gloriosa Confederación Nacional del Trabajo, único mecanismo responsable y capacitado para resolver todos los problemas y garantizar la producción y el consumo!», «¡No les demos tiempo a la burguesía a preparar la ofensiva por medio de las Cortes. Impongámonos los proletarios por medio de las Cortes...».

Blas Infante negó en su libro El complot de Tablada y el Estado Libre de Andalucía que tuvieran la intención de realizar actos de fuerza y mantuvo, en cambio, que la intervención del Ministerio de Gobernación español estaba destinada a boicotear su campaña electoral. Sobre las intenciones políticas declara en este libro: “…Nosotros aspirábamos y aspiramos y seguiremos aspirando a la elaboración de un Estado libre en Andalucía. Y qué ¿no proclamó su República Cataluña?… …Pues nosotros no tenemos, por ahora, otras denominaciones que las de “República Andaluza o estado libre o autónomo de Andalucía” para llegar a expresar aquella “Andalucía soberana, constituída en Democracia Republicana” que dice el artículo primero de la Constitución elaborada para Andalucía por la Asamblea de Antequera, hace medio siglo, en 1883…”. El investigador Enrique Inhiesta mantiene que Infante no estuvo informado sobre el plan militar aunque Vallina en sus memorias apunta en sentido contrario.

Miguel Maura, ministro de Gobernación, definió el programa político de los conjurados de la siguiente manera: “…por primera vez aparece la aspiración de que se proclame la República andaluza libre“. Y afirmo sobre los hechos: “…se tramaba bajo la advocación de una “Andalucía libre” y las proclamas que se repartían hablaban de la “independencia de Andalucía” y del Estado republicano andaluz” prometiendo a los campesinos un sinfín de venturas…“. Según el diario Crisol: “…Se trataba de provocar la revolución social y proclamar el Estado libre de Andalucía“.

Los acontecimientos fueron juzgados en consejo de guerra en noviembre de 1933. Los implicados fueron condenados a diversas penas, excepto Ramón Franco, por su condición de aforado.

Fuentes:

Gil Honduvilla, J. “Los sucesos de Tablada de junio de 1931 y sus consecuencias”

Infante, B. “El complot de Tablada y el Estado libre de Andalucía”, Aljibe, Granada, 1979.

Vallina, P. “Mis memorias” CAL, Córdoba, 2000.

Inhiesta, E. “Blas Infante. Toda su verdad vol. III”, Almuzara, Córdoba, 2007.

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