Asesinan en EE.UU. al matrimonio de científicos Rosenberg
Hace 70 años, el 19 de junio de 1953, en los Estados Unidos, los científicos comunistas, marido y mujer, Ethel y Julius Rosenberg, fueron ejecutados en la silla eléctrica.
Fueron acusados de pasar información secreta a los agentes soviéticos que ayudaron a crear la bomba atómica en la URSS. La ejecución tuvo lugar en la prisión Sing Sing de Nueva York, y esa noche unas cinco mil personas acudieron al edificio de la prisión para expresar su apoyo a los Rosenberg.
El proceso judicial fue muy cuestionado en todo el mundo y varias figuras -algunas sin nada que ver con la izquierda- pidieron clemencia para los condenados a muerte.
Albert Einstein escribió al juez de primera instancia y al presidente estadounidense, Truman, argumentando que no se había probado la culpabilidad “más allá de toda duda razonable” y, si se había filtrado información científica, no era de carácter vital. Pero no obtuvo respuestas.
El intelectual francés Jean-Paul Sartre, que calificó el proceso judicial de “linchamiento legal”, denunció enérgicamente las ejecuciones.
Como dijo el propio Julius Rosenberg, este caso era necesario para que las autoridades “provocaran histeria en Estados Unidos para justificar la guerra en Corea a los ojos del pueblo estadounidense”.
El juicio pasaría a la historia como una injusticia -algo que fue probado por documentos desclasificados y por testigos en la década de 1990- promovida dentro del oscurantismo macarthista, destinado a alimentar la caza de brujas anticomunista en Estados Unidos.
Este asesinato fue la culminación de la histeria anticomunista en los Estados Unidos y la «cacería de brujas». La ejecución del padre y la madre de dos niños pequeños, dos neoyorquinos (él tenía 35 años al momento de la muerte, ella 37) muestra la barbarie de la que son capaces los círculos gobernantes estadounidenses cuando se sienten amenazados.
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