Detención del cofundador del BDS, Omar Barghouti , otro paso de Israel en su guerra contra el movimiento
La sociedad palestina ha condenado la detención y el interrogatorio de Omar Barghouti, cofundador del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), como el siguiente paso en la lucha de Israel contra el movimiento en su conjunto.
Israel arrestó a Barghouti el domingo, allanó su domicilio familiar en Acre, Israel, lo detuvo durante 16 horas y lo dejó en libertad, aunque el cofundador del BDS ha sido sometido a interrogatorios diarios por las autoridades israelíes desde ese momento, según un comunicado difundido por el comité nacional palestino del Boicot, Desinversión y Sanciones.
Las autoridades fiscales israelíes acusan a Barghouti de evasión de impuestos por la suma de 700.000 dólares por supuestos ingresos ocultos de una empresa que dirige en Ramallah – National Computing Resources- que vende cajeros automáticos y otros equipos en la ocupada Cisjordania, así como por los rendimientos de su libro Boycott, Divestment, Sanctions: The Global Struggle for Palestinian Rights y el dinero que recibió como honorarios por conferencias que impartió.
El comité nacional palestino del Boicot, Desinversión y Sanciones lanzó el miércoles una declaración protestando contra los cargos.
“Omar Barghouti ha estado durante años sometido a intensas amenazas, intimidaciones y represión por parte de varios sectores del Gobierno israelí de extrema derecha, sobre todo después de que se considerara al movimiento una “amenaza estratégica para la totalidad de su sistema de injusticia contra los palestinos”, dijo el movimiento en un comunicado.
En marzo de 2016 el ministro del Interior israelí Aryeh Dery amenazó con revocar la residencia de Barghouti en Israel. Barghouti, nacido en Catar, obtuvo la residencia permanente por el matrimonio con su esposa, ciudadana palestina de Israel.
“He recibido información de que desarrolla su vida en Ramallah y que está utilizando su condición de residente para viajar por todo el mundo con el fin de actuar gravemente contr Israel”, dijo el ministro Dery al diario israelí Haaretz.
“Se le dieron derechos similares a los de un ciudadano y él se aprovechó de nuestro generoso Estado representándonos como el Estado más horrible del mundo”, dijo Dery.
Durante la misma conferencia el ministro israelí de Transporte, Inteligencia y Energía Atómica, Israel Katz, abogó por que Israel se involucre en la “eliminación selectiva de civiles” como los líderes del BDS con la ayuda de la inteligencia israelí, lo que significa manchar la reputación y el carácter de la sociedad civil.
El ministro de Seguridad, Asuntos Estratégicos Públicos y de Información, Gilad Erdan, también describió a los activistas y líderes del BDS como amenazas y pidió que “paguen el precio” por su trabajo, aclarando que no significa “daño físico”.
Un mes después Amnistía Internacional publicó un comunicado donde pide a Israel que “cese la intimidación de los defensores de los derechos humanos y los proteja de ataques”.
“Amnistía Internacional siente preocupación por la seguridad y la libertad del defensor de los derechos humanos palestino Omar Barghouti y otros activistas del BDS, a raíz de llamadas que aluden a amenazas, incluso de daño físico y la privación de derechos básicos, hechas por los ministros israelíes”, dice el informe.
“Barghouti es miembro fundador y un prominente portavoz del movimiento BDS. Hace campaña para que Israel se responsabilice de los derechos humanos y otras violaciones del derecho internacional y aboga por el uso de medios no violentos para que ello ocurra. Fue atacado personalmente con comentarios y declaraciones de participantes de la conferencia, incluyendo ministros, mencionándolo como una amenaza que debe ser detenida”, continuó el informe.
A principios de este mes el Parlamento israelí aprobó una polémica ley de restricción de entrada al país para los activistas del BDS. La ley prohibía a las personas que llaman al boicot contra Israel, así como a sus asentamientos.
Otro compañero cofundador del movimiento palestino BDS, Adnan Ramadán, dijo a Mondoweiss que la detención y el interrogatorio de Barghouti fueron sólo un paso más en la estrategia de Israel contra el movimiento BDS.
“Todo este asunto de evasión de impuestos es sólo una excusa para presionar al movimiento BDS en su conjunto, dijo Ramadán. “En general es parte de su guerra contra la campaña, pero no va a funcionar. Pueden detener a quien quieran, pueden hacer más que eso, pero eso no impedirá que la gente siga usando el BDS como una herramienta en la lucha por la libertad palestina”.
“Este tipo de ataque no funciona, simplemente porque la campaña BDS no es una persona o dos o diez personas, es un movimiento organizado de cientos de miles de personas, si no más que eso, que se sienten fuertemente arraigadas en su lucha contra la ocupación tal como son sus motivaciones en la resistencia”, continuó Adnan.
Adnan hizo hincapié en que con este movimiento contra Barghouti no es la primera vez que Israel ataca particularmente a activistas del BDS por su trabajo.
“Han estado arrestando a personas desde el principio y todo es para presionar al pueblo, pero él no permanecerá en silencio”, dijo. “Los palestinos han estado resistiendo desde hace más de 60 años, Israel puede matar a personas, puede asesinar y detener a los líderes, pero no puede detener la lucha. Todo lo que hace es tener el cuerpo de una persona dentro de un muro, pero no puede detener las ideas o las almas de las personas que creen en la importancia del papel de la humanidad contra la ocupación y la injusticia”.
Sheren Khalel es una periodista multimedia independiente que trabaja fuera de Israel, Palestina y Jordania. Se centra en los derechos humanos, las cuestiones de la mujer y el conflicto Palestina-Israel. Anteriormente trabajó para la agencia de noticias Ma’an en Belén y se basa actualmente en Ramallah y Jerusalén. Twitter: @Sherenk.
(Fuente: Resumen de Oriente Medio / Autor: Sheren Khalel)
La persecución política de Omar Barghouti se agrava
Omar Barghouti, el activista palestino que cofundó el movimiento de Boicot a Israel para combatir la ocupación, se encuentra detenido y sometido a prolongados interrogatorios. Israel le acusa de evasión de impuestos y su detención ha tenido lugar apenas unas semanas antes de que deba viajar a Estados Unidos para recoger el Premio Gandhi de la Paz.
El 19 de marzo, funcionarios del ministerio de Hacienda de Israel que trabajan en la recaudación de impuestos irrumpieron en el domicilio de Omar Barghouti en la ciudad de San Juan de Acre, procediendo a su detención como sospechoso de evadir impuestos por valor equivalente a 700.000 euros. El primer día de su detención fue interrogado durante 16 horas y desde entonces ha sido interrogado sin descanso.
Omar Barghouti no es un sospechoso corriente, sino uno de los fundadores del movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) que combate la ocupación militar de los territorios palestinos, un movimiento que se estableció hace algo más de una década y que ha ido creciendo hasta convertirse en una “amenaza estratégica” para el Estado de Israel.
Trece días después, el 1 de abril, las autoridades le permitieron acceder por primera vez a su correo electrónico. Barghouti escribió entonces en el ordenador un correo que está circulando por las redes ampliamente donde advierte que un juez le ha prohibido hablar de su caso, de manera que no puede responder a las “mentiras” que durante dos semanas ha divulgado el “régimen israelí”.
En el correo habla de una “caza de brujas” que se ha puesto en marcha contra activistas del BDS y de los derechos humanos y denuncia las actividades de la “Unidad de Difamación” que en enero de 2016 creó el ministerio de Asuntos Estratégicos bajo la batuta del ministro Guilad Erdan para difundir propaganda contra los activistas propalestinos.
Esa “Unidad de Difamación” se dedica a “perseguir políticamente” a los activistas, tanto israelíes como extranjeros, que denuncian la ocupación y una de sus principales actividades consiste en buscarles trapos sucios, o incluso “inventarlos”, para después entregarlos a los medios de comunicación israelíes y extranjeros que son afines al Estado judío con el fin de que se difundan.
En la misiva del 1 de abril, Barghouti agradece las muestras de solidaridad que ha recibido en las últimas dos semanas, denuncia la necesidad de contrarrestar las listas negras, el racismo y el odio, y termina diciendo: “Muchos de vosotros me habéis preguntado cómo podéis apoyarme en esta última persecución. Mi respuesta, sin dudarlo, es… ¡más BDS!”.
Barghouti nació en 1964 en Catar en el seno de una familia de refugiados palestinos. Durante su infancia y su juventud residió primero en Egipto y luego en Estados Unidos. En la Universidad de Columbia obtuvo un título de Ingeniería eléctrica y en 1993, tras casarse con una mujer árabe-israelí, Safa, se estableció en Israel, país del que no es ciudadano sino solo “residente permanente”, de manera que cada vez que quiere salir o entrar necesita un permiso especial.
Las autoridades que lo arrestaron lo acusan de evasión de impuestos, pero la detención se ha producido apenas unas semanas antes de que Barghouti tenga que viajar a New Haven para recibir en la Universidad de Yale el Premio Ghandi de la paz. Naturalmente, las autoridades todavía no han autorizado la salida de Barghouti y no está claro que lo vayan a hacer, a pesar de que si no lo hacen, su ausencia en New Haven tendrá una mayor repercusión mediática en Estados Unidos.
La “Unidad de Difamación” depende del ministerio de Guilad Erdan y ha sido denunciada por el diario Haaretz como una oficina que busca hallar y divulgar acciones comprometidas de los activistas que denuncian la ocupación y apoyan el BDS en el mundo, especialmente en Estados Unidos y particularmente en los campus universitarios. Su objetivo primordial es “deslegitimar” a los activistas por medio de información y desinformación. La Unidad tiene su sede en Tel Aviv, donde está el ministerio de Defensa.
El propio Barghouti ha sido intimidado y amenazado por el gobierno israelí, especialmente después de que el movimiento BDS adquiriera vuelo y pasara a ser considerado una “amenaza estratégica”. Algunos ministros israelíes citados por la prensa hebrea han hablado de la necesidad de la “eliminación civil” de Barghouti y de otros activistas, especialmente de aquellos que lideran las campañas contra la ocupación.
El caso de Barghouti es quizás el más sobresaliente. La persecución que ha sufrido ha sido muy intensa. En el pasado se le ha prohibido salir de Israel y se le ha amenazado con retirarle la residencia permanente que se le concedió tras su casamiento. Sin embargo, esas medidas no han impedido que Barghouti sea considerado el principal referente internacional del BDS.
En abril de 2016, apenas unas semanas después de que se anunciara la creación de la “Unidad de Difamación”, Amnistía Internacional divulgó un comunicado advirtiendo a las autoridades israelíes que “debían acabar con sus prolongados ataques contra los defensores palestinos de los derechos humanos y poner fin al clima de intimidación en Israel y en los territorios palestinos ocupados”.
El comunicado contenía una mención particular a Omar Barghouti, así como a otros activistas que habían sido “amenazados con daño físico y la privación de derechos básicos por parte de ministros israelíes durante una conferencia anti BDS celebrada en Jerusalén” a finales de marzo de 2016, según Amnistía Internacional.
(Fuente: Público / Autor: Eugenio García Gascón)
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