Denuncian la demolición de la sanidad pública: las mentiras del Servicio Andaluz de Salud
El Sindicato Médico de Andalucía ha publicado una nota en la que denuncia la demolición de la sanidad pública en nuestro país sintetizadas en “las siete mentiras del SAS” que pretende ocultar a la población el deterioro progresivo, aparentemente deliberado, de nuestra sanidad pública. Estas son:
Primera mentira: Por medios extraoficiales se han conocido la modificación de la Orden que fija las tarifas de la actividad concertada del SAS con centros privados. Por primera vez, esta Orden incluye la “Consulta Médica de Atención Primaria”. Es decir, el SAS tiene la intención de poner en marcha consultas de Atención Primaria en centros privados concertados, pero la ha ocultado a los sindicatos de la mesa sectorial y a los profesionales. Tras esta añagaza late una primera mentira, más bien un autoengaño, que consiste en pretender que los centros privados podrán resolver la brutal sobrecarga de la Atención Primaria. Con todo, lo más grave de la noticia es conocer que el SAS piensa dedicar recursos públicos a conciertos con la privada y no a incrementar el presupuesto sanitario público andaluz, que sigue siendo el más bajo del Estado español.
Segunda mentira: El pasado 25 de febrero, el SAS escenificó un acuerdo con nuestra organización sobre limitación de las agendas en Atención Primaria. Este acuerdo incluía la separación de la atención urgente y la programada, y garantizaba la realización de cuantas continuidades asistenciales fueran necesarias para el cumplimiento del pacto. El SAS se comprometió a ponerlo en marcha en el plazo máximo de un mes. Todo indica que el SAS, una vez más, nos ha mentido. Las agendas de los médicos de Atención Primaria en estos días, lejos de reducirse, han aumentado.
Tercera mentira: En su programa electoral de 2022, Moreno Bonilla apostaba en su programa electoral por potenciar las ofertas públicas de empleo para proporcionar estabilidad a las plantillas. Sin embargo, la caótica gestión de la OPE 18-21 amenaza con provocar una crisis en la Atención Hospitalaria y constituye un manifiesto menosprecio de los derechos de los profesionales y del diálogo con sus representantes. Seguimos sin saber en qué criterios se basó el SAS para pasar de ofertar todas las plazas disponibles a los aprobados, a ofertar solo las plazas de los comarcales. Lo que sí sabemos es que ha mentido de nuevo haciendo pasar por “corrección de errores” lo que no es más que un cambio de criterio en el contexto de una gestión delirante e incompetente de la OPE.
Cuarta mentira: En un acuerdo firmado in extremis justo antes de las últimas elecciones autonómicas, el SAS modificó de manera apresurada y defectuosa el acceso a la carrera profesional, creando un acceso excepcional a esta. Cuando los sindicatos le hicimos ver que muchos profesionales que habían accedido a la carrera por el procedimiento ordinario se veían perjudicados en comparación con los que ahora podían acceder por la vía extraordinaria, el SAS se comprometió a “recalificar” a los agraviados. La recalificación sigue sin llevarse a cabo. Solo queda el recurso a la justicia y, una vez más, la certeza del menosprecio de nuestros gestores.
Quinta mentira: Los anuncios reiterados de contratación de “personal sanitario” por parte del SAS, escenificados con rigurosa periodicidad por nuestro presidente, no son más que propaganda. La mayoría de los contratos anunciados no son más que renovaciones de contratos eventuales, porque en la práctica el SAS los mantiene cambiándoles la denominación. Los que hasta hace poco eran nombramientos “eventuales” de tres meses, ahora son nombramientos “interinos” de tres meses, que se justifican por medio de diversas argucias burocráticas.
Sexta mentira: Pero es que de esos miles de contratos nuevos que el SAS anuncia cada dos por tres, solo aproximadamente la mitad corresponde a personal sanitario (médicos, enfermeros y auxiliares de enfermería), y de ellos la inmensa mayoría corresponde a enfermería. El SAS ha optado por mentir a los ciudadanos haciéndoles creer que los enfermeros podrán suplir a los médicos en Atención Primaria. El fracaso del plan solo puede sorprender a las lumbreras que olvidaron que cuando alguien está preocupado por su salud necesita un médico, no una estrategia de gestión imaginativa.
Séptima mentira: Los responsables del SAS repiten hasta la extenuación que no hay médicos. Por eso tienen que contratar enfermeros. Pero afirmar que los problemas de la medicina de Atención Primaria se deben a la falta de médicos es, sencillamente, mentir. No explica que sus ofertas de trabajo y sus retribuciones son tan malas, tan poco competitivas en comparación con las de otras comunidades u otros países, que durante décadas los médicos de Atención Primaria han huido de la sanidad pública de manera constante. Y, sobre todo, no explica que ese fenómeno sigue produciéndose actualmente ante su negligente pasividad. De nada servirá la apertura de nuevas facultades o la creación de más plazas MIR si el SAS sigue mostrándose incapaz de retener a sus facultativos.
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Pinocho Moreno lo está privatizando todo, como buen neoliberal y cipayo.