Córdoba: CTA denunciara la agresión policial ideológica a dos jóvenes por el silencio del Subdelegado del Gobierno y el Comisario de Policía
El sindicato Coordinadora de Trabajadores de Andalucía (CTA) en Córdoba ha anunciado que va a presentar denuncia tras el silencio del subdelegado del Gobierno y del comisario de Policía Nacional y piden que la investigación se lleve hasta el Parlamento.
El caso del joven y su novia agredidos físicamente él y verbalmente ella (ambos en foto adjunta) por parte de tres agentes de las Policía Nacional va a terminar en los juzgados tras el anuncio esta mañana por parte del sindicato CTA de que su asesoría jurídica interpondrá denuncia, después de que se solicitara a la Subdelegación que se realizara una investigación interna y se depuraran responsabilidades, “sin obtener respuesta alguna por parte de la subdelegado del Gobierno”, Rafi Valenzuela, según ha explicado esta mañana el secretario provincial del sindicato, Francisco Moro.
“El parte de lesiones está y es contundente, pero las explicaciones que da la Policía es que ella le pega un portazo en la nariz y eso es incierto y ni es creíble”, ha señalado Moro, quien ha incidido en que el caso trasciende el ámbito local, ya que el comisario, Jesús Gómez, tampoco ha respondido, para que “se investigue en el Parlamento español, porque en un país donde se presume de que hay democracia y, además, hay que demostrar que existe”.
El problema, según Moro es que la Policía tiene la presunción de veracidad, “es decir, que lo que ellos digan es cierto a priori, por lo que yo creo que eso es un abuso y la legislación debería de cambiar, ya que para decir que algo es verdad tienen que ser verosímil y además tener posibilidad de probarse”. En el ejemplo de Francisco Calvo, el agredido, en el reconocimiento médico inicial la doctora no le hizo una radiografía, pero al día siguiente se vio que tenía la nariz rota. “Esta tarde tendremos una reunión de diferentes colectivos en el Centro Social Rey Heredia y luego tendremos la correspondiente protesta de la sociedad civil para manifestarnos por la democracia y la libertad y porque no haya una indefensión de los ciudadanos por este tipo de agresiones”.
El propio agredido ha explicado que vio a su novia, Maribel, acorralada por los tres agentes mientras sostenía las bolsas de la compra en sus manos. Salió de su casa y preguntó el motivo por el que la mantenían retenida. Previamente, a ella le habían pedido el carnet de identidad sin mediar motivo, y como no lo llevaba encima pidió permiso para subir a por él, pero se lo negaron sin dar explicaciones.
“Me dijeron que me callara, pero mi indignación subió porque a ella n o la dejaban y yo me encontraba en pijama, porque soy repartidor de pan y mi jornada laboral es por la noche y estaba a punto de acostarme”, continúa Francisco Calvo. La tensión fue en aumento hasta que comenzaron los insultos. “Me llamaron mongolo, listillo, de todo”, y eso fue suficiente para que empezara a recular hacia su casa mientras pedía explicaciones a los agentes de por que los querían registrar a ellos tras esperar a que la plaza se quedara vacía de gente.
El agredido entró en su casa, seguido de los agentes, y uno de ellos le cogió del brazo y tiró de él hacia fuera. Ahí recibió el primer puñetazo en el ojo, seguido de un segundo, por lo que se dejó caer de rodillas al suelo. “Me empezaron a dar patadas, a decirme listillo y de todo y vieron que había una bandera republicana de mi vecino que la tiene en la ventana y ya empezaron a decirme que si era un podemita, que si iban a limpiar España de escoria como nosotros” mientras le esposaban.
El joven ha asegurado que en ningún momento reaccionó contra los agentes, teniendo a vecinos por testigo, aunque de saber lo que había pasado con su novia “lo mismo sí me hubiera rebelado”. Y es que a Maribel cuando ésta exigió que le explicaran el motivo de la “paliza impresionante” que le estaban dando a Francisco, las amenazas fueron para ella: “Cállete o vas a ser tú la siguiente”, le dijeron y uno de los agentes incluso “me levantó la mano cuando ya movida por la rabia les insulté, pero no se atrevió a darme porque había ya gente en la calle”, explica. La intentaron llevar detenida, pero ella presa del pánico, hasta el punto de que llegó a orinarse encima, se tiró al suelo porque “vista su actitud nada bueno hubiera salido si me llevaban esposada a un coche”, y ahí quedó la cosa con ella.
Entre tanto, a Francisco Calvo le seguían lloviendo golpes e insultos durante un largo cuarto de hora hasta que se lo llevaron a la calle Alfonso XII a esperar la llegada de un coche. Y mientras “me pisaban la cabeza y el cuello sin dejar de decir que iban a limpiar España de escoria como nosotros, diciendo que eran de VOX y llamándome a mí listillo y podemita”. Al parecer, en ningún momento le pidieron a él la documentación y, según Maribel, “simplemente se hicieron una idea de nosotros y tomaron represalias contra nosotros respecto a su pensamiento; yo pienso que dejaron su trabajo como policía y más bien fue como algo personal, fue su propio odio contra nosotros aprovechándose de su puesto de trabajo”.
Francisco Calvo, que carece de antecedentes penales, lo ha denunciado como mejor ha sabido: Difundiéndolo por las redes sociales y a los medios de comunicación, motivo por el cual ha recibido amenazas de denuncia, pero también ha agradecido la aparición de los otros dos agentes que llegaron en un coche que frenaron en parte la paliza, pero no la vejación, que llegó incluso al centro médico donde fue llevado, porque allí uno de los agresores “empezó a decir delante de la doctora que me había pegado por listillo reconociendo los hechos, aunque se dijera luego que me había dado contra una puerta”.
Previamente, en comisaría no siguen las agresiones, pero era tal la tensión sentida, entre otras cuestiones porque llegaron a decirle que podía tener armas y que estaban siguiendo un procedimiento para ese caso, o que algunos compañeros de los agresores le culpaban a él de la situación, que rompió a llorar mientras llama a su novia para que pidiera ayuda al hermano de él, bombero, porque “creía que me iban a matar”.
Ahora hay un juicio pendiente, dentro de un par de semanas, en el que Maribel va a declarar como testigo. “No sabemos cómo va a quedar la cosa, pero espero que sea positivo para nosotros, porque “sólo íbamos a cenar cuando estas personas vivieron a destrozarnos la vida”, dice ella. “Testigos tenemos bastantes y yo quiero hacer un llamamiento para que todo el que lo viera acuda a contarlo; sé que da miedo y que hay padres que están diciendo a sus hijos que vieron toda que no digan nada por miedo, en plena democracia”, explica Francisco Calvo, quien, por culpa de toda esta situación ha perdido la oportunidad de irse a trabajar a Holanda por tener ahora antecedentes.
(Fuente: Córdoba Hoy)
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