Argelia: Multitudinarias marchas en el 6º fin de semana de protestas. Rechazan el plan del General Salah y piden un “cambio radical”
Airadas movilizaciones de argelinos se registraron en la madrugada del sábado al domingo en Argel, luego de efectuarse las declaraciones del alto mando militar llamando activar varios artículos constitucionales para solucionar la crisis y acusó a partidos políticos de querer desacreditar al Ejército.
El 26 de marzo, Gaid Salah invocó el artículo 102 que permite inhabilitar a Bouteflika para gobernar por “enfermedad grave y duradera”, dado que a sus 82 años está convaleciente de un derrame cerebral sufrido en 2013. El jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional Popular (ENP) y viceministro de Defensa subrayó su posición favorable a que “la solución de la crisis solo puede hallarse a través de la activación del artículos 102 de la Constitución”, pero ahora añadió el 7 y el 8 de la misma.
El 7 afirma que “el poder constituyente pertenece al pueblo” y agrega que “el pueblo ejerce su soberanía por medio de las instituciones que se dan”. Del mismo modo, el 8 indica que tal soberanía “el pueblo la ejerce también por vía de referéndum y por medio de sus representantes elegidos”. Según ese mismo artículo, “el presidente de la República puede directamente recurrir a la expresión de la voluntad del pueblo”.
De acuerdo con un comunicado emitido en la noche del sábado por el Ministerio de la Defensa Nacional (MDN) tras la referida reunión, esos acápites de la Carta Magna son la “única garantía para preservar la estabilidad del país”, además de que el rol de la institución castrense se mantiene invariable. “La posición del ENP permanece inmutable en la medida en que se inscribe consistentemente en la legalidad constitucional y coloca los intereses del pueblo argelino por encima de todas las demás consideraciones”, recalcó el texto del MDN.
Por otro lado, el jefe del Estado Mayor del ENP denunció la existencia de “ciertas partes malintencionadas” que “están ocupadas preparando un plan dirigido a socavar la credibilidad del ENP y a burlar las reivindicaciones legítimas del pueblo”. Según Gaid Salah, “a partir del 30 de marzo de 2019, individuos conocidos -cuya identidad será revelada oportunamente- sostuvieron una reunión con el propósito de llevar a cabo una campaña mediática virulenta contra el ENP a través de los distintos medios y en las redes sociales”.
Dicha campaña, prosiguió, busca “hacer creer a la opinión pública que el pueblo argelino rechaza la aplicación del artículo 102 de la Constitución”. “Todas las propuestas resultantes de estas reuniones sospechosas, que van en contra de la legalidad constitucional o socavan al ENP -que sigue siendo una línea roja-, son totalmente inaceptables y el ENP las enfrentará por todos los medios legales”, advirtió el jefe militar.
En respuesta a la declaración, apenas unos minutos antes de la medianoche decenas de personas, en su mayoría jóvenes, marcharon hacia la Grande Poste de Argel, devenida epicentro de las protestas desde hace más de mes y medio, para expresar su repudio a un discurso del general Ahmed Gaid Salah, viceministro de la Defensa Nacional.
Los residentes en esa zona del centro de la ciudad vieron interrumpido su sueño por los cánticos y las consignas de los inconformes que se desplazaban a pie o por el ruido de las bocinas de automóviles en señal de oposición a la intervención de Gaid Salah en la sede del Estado Mayor del Ejército. “Fuera el Ejército”, “no a la intervención de los militares en la política”, “Gaid Salah quiere mantenerse en el poder después de (el presidente argelino, Abdelaziz) Bouteflika”, fueron algunas de las frases coreadas o cantadas por los desvelados manifestantes.
Muchos manifestantes reprobaban la propuesta de los militares y dijeron sentirse engañados con lo que consideran una maniobra de la cúpula militar histórica para retener el poder, pues ese capítulo estipula que si se incapacita al mandatario su lugar lo ocuparía el presidente del Senado, afín a este. En contraposición, jóvenes que reclaman una renovación en las estructuras del Gobierno y el Estado para modernizar este país magrebí esgrimieron también el artículo siete, según el cual, “el pueblo es la fuente de todo poder” y que “la soberanía nacional reside exclusivamente en el pueblo”.
Multitudinarias manifestaciones el viernes
El corazón de Argel, la capital argelina, se convirtió por sexto viernes consecutivo en el epicentro de multitudinarias movilizaciones de jóvenes, ancianos, mujeres, hombres, familias enteras con niños, obreros, intelectuales, artistas y gente de los más disímiles estratos sociales.
Momentos después de finalizar las plegarias musulmanas del viernes, las calles en torno a la Grande Poste, incluida la que cruza la también céntrica Plaza Audin, fueron literalmente tomadas por jóvenes que gritaban al unísono y entre cánticos: “no al artículo 102, sí al 22 de febrero”. Otros repetían a coro “Largarse quiere decir, largarse”, “Argelia país de héroes dirigido por los ceros”, “el pueblo rechaza el artículo 102 y demanda al sistema marcharse” y ‘limpieza general’, mientras mostraban los rostros de muchos hombres de la dirigencia histórica argelina allegados a Bouteflika.
Sin soslayar la demanda principal, el ya icónico “Dégagez!” (“¡Lárguense!”, en francés) dirigido a Bouteflika y su entorno, los manifestantes denunciaban la propuesta del jefe del Estado Mayor del Ejército, general Ahmed Gaid Salah, de aplicar el artículo 102 con el declarado fin de solucionar la crisis. “Le 102 trop tard” (“el 102 demasiado tarde”) y “Artículo 07: el pueblo es la fuente de todo poder”, se leía en sendas pancartas que sostenían decenas de jóvenes en la escalinata de la Grande Poste de Argel, el punto del centro capitalino hacia donde confluyen los inconformes desde el 22 de febrero.
Si se le saca del poder con el artículo 102, tras ser inhabilitado la jefatura del Estado pasaría a manos del presidente del Consejo de la Nación (Abdelkader Bensalah) por un período máximo de 45 días y las posteriores elecciones serían organizadas por el primer ministro (Noureddine Bedoui). Además, los resultados de esos comicios -según la Carta Magna- los deberá supervisar el Consejo Constitucional que preside otra figura también conocida por su cercanía a Bouteflika, de ahí el rechazo en las calles, explicó un académico a esta agencia.
Como colofón a toda una semana de demostraciones escalonadas de distintos sectores, gremios y partidos políticos, en el centro de Argel convergieron abogados, estudiantes, artistas, intelectuales diversos, profesionales de la salud y docentes, todos con una sola voz: “Dégage!”. Por la calle Didouche Mourad y la avenida de la Independencia descendieron cientos de miles de citadinos que se fundieron con otros provenientes de distintas zonas de la capital y del interior para concentrarse frente a la Grande Poste, antigua central de correos devenida epicentro de las protestas.
Aunque las pancartas y mantas con reivindicaciones mantienen la exigencia de que Bouteflika dimita junto con el resto de la cúpula de poder -lo que los argelinos denominan “le système” (el sistema), este viernes los militares nuclearon las reclamaciones y críticas de los manifestantes. Esgrimieron el artículo siete de la Carta Magna que establece que “el pueblo es la fuente de todo poder” y “la soberanía nacional reside exclusivamente en el pueblo”, en un claro mensaje a la cúpula militar a la que suponen interesada en inmiscuirse en la vida política.
Similar a como se escuchó hace ocho años atrás en la plaza Tahrir de El Cairo, la multitud afirmaba a una sola voz que “el pueblo quiere el derrocamiento del régimen (gobierno)’, ‘el pueblo ha dicho su palabra” y “permanezcamos unidos” frente a intentos de boicotear la movilización. En un claro sentimiento nacionalista, no faltaron quienes abogaron por defender la soberanía argelina y en mensaje al gobierno de Francia (metrópoli colonial hasta 1962) le decían a “(Emmanuel) Macron quédate con tu abuela, Argelia se queda con su juventud”.
Comienzan las dimisiones. La oposición esperanzada
Opositores al Frente de Liberación Nacional (FLN), partido gobernante aquí, aseguraron que se reduce el círculo de quienes sostienen al presidente porque las marchas “parecen inflarse de forma más inexorable”, pero medios oficiales se limitan a reseñar el ‘creciente y legítimo malestar popular”. Consultados en medio de la gigantesca movilización, algunos manifestantes recordaron que el propio Ahmed Ouyahia, exprimer ministro y líder de la Agrupación Nacional para la Democracia aliada del FLN en el gobierno, exigió a Bouteflika que “deje el puesto por el bien de Argelia”.
En las últimas horas, el secretario general de la poderosa Unión General de Trabajadores de Argelia, Abdelmadjid Sidi-Said, instó al octogenario jefe de Estado a “apartarse y ceder el poder”. A su vez, la televisión estatal informó el jueves en la noche que Ali Haddad, influyente hombre de negocios y cercano a Bouteflika, renunció a su puesto de presidente del Foro de Jefes de Empresarios del país, a modo de mostrar distanciamiento con la vieja guardia gobernante.
La amplia participación en las manifestaciones y el significativo hecho de que la televisión estatal le diera cobertura directa por primera vez, inducen hoy a muchos argelinos a valorar de exitosa la manifestación para exigir la dimisión del presidente Abdelaziz Bouteflika. De acuerdo con balances de los organizadores entrevistados por medios locales y el criterio de ciudadanos comunes consultados en las calles de Argel, el sexto viernes consecutivo de movilización contra lo que aquí llaman “el sistema” tuvo una superioridad indiscutible respecto a los anteriores.
Integrantes del denominado Movimiento del 22 de Febrero, fecha de inicio de las protestas, estimaron que “millones de personas”, salieron a las calles en al menos 36 de las 48 provincias del país, mientras testigos aseguraron que solo en esta capital lo hicieron alrededor de un millón. La agencia gubernamental APS indicó que, además de Argel, hubo movilizaciones en las wilayas (provincias) de Constantine, Annaba, Sétif, Jijel, Skikda, Oran, Sidi Bel Abbes, Ain Témouchent, Saida, Béjaia, Tizi Ouzou, Laghouat, Djelfa, Ghardaïa, Ouargla y El Oued.
Si bien las fuerzas de seguridad dijeron que la cifra fue interior -hablaron de cientos de miles-, en lo que todos coincidieron fue en el carácter pacífico y patriótico -salvo algunos incidentes fortuitos- de las demostraciones de descontento, que generalmente tuvieron un ambiente festivo. En todas las wilayas donde hubo marchas se reclamó un “cambio radical” del sistema (estructuras de Gobierno y el Estado), con particular énfasis en rechazar una propuesta del alto mando del Ejército para aplicar el artículo 102 de la Constitución argelina como vía de salida a la crisis.
Los manifestantes denunciaron que ese acápite constitucional debió aplicarse muchos años antes y, además, alertaron que según el procedimiento para la inhabilitación del mandatario, las riendas del país quedarían en manos de figuras políticas vinculadas a éste, lo cual rechazaron de plano.
Los ciudadanos de a pie saludaron el hecho de que la televisión nacional trasmitiera ayer en vivo la gigantesca movilización, por primera vez desde el inicio de las protestas y días después de que por mandato de Bouteflika se destituyó al presidente de esa emisora estatal.
Otro distintivo de las marchas argelinas se constató, una vez más, cuando jóvenes que terminaron de manifestarse se pusieron guantes y tomaron bolsas y escobas para barrer calles y aceras en una acción coordinada que intentaba dejar el centro de Argel quizás más limpio que antes de iniciar la protesta.
Inhabilitar a Bouteflika por el 102 supondría continuidad
La inhabilitación constitucional del presidente Abdelaziz Bouteflika, por enfermedad grave, podría abortar una de las principales demandas del movimiento popular que exige un ”cambio radical” del sistema, alertó hoy un reconocido jurista argelino.
El ex presidente de la Liga Argelina de Defensa de los Derechos Humanos Mostefa Bouchachi cuestionó la propuesta hecha ayer por el jefe del Ejército y viceministro de la Defensa, general Ahmed Gaid Salah, de aplicar el artículo 102 de la Constitución para cesar en sus funciones al mandatario. Bouchachi señaló que ese paso satisfaría, en principio, la principal demanda de los millones de ciudadanos que desde hace más de un mes protestan en Argel y otras wilayas (provincias) del país contra la intención de Bouteflika de postularse para un quinto mandato, sin embargo, el artículo 102 constituye un “peligro’”para el movimiento nacido el 22 de febrero porque presupone un período de vacancia que, en la práctica, mantendría en el poder a figuras consideradas símbolos del “viejo (léase el actual) régimen”.
De declararse incapacitado a Bouteflika, de 82 años y muy enfermo desde que sufrió un derrame cerebral en 2013, la conducción temporal del país recaería en el presidente del Consejo de la Nación (Abdelkader Bensalah) por un período máximo de 45 días. Las elecciones que vendrían serían organizadas por el primer ministro (Noureddine Bedoui), y sus resultados -según la Carta Magna- los deberá supervisar el Consejo Constitucional que preside Taieb Belaiz. Bensalah; Bedoui, nombrado en el cargo por el propio Bouteflika el pasado 11 de marzo, y Belaiz son vistos como hombres del sistema que en este caso tendrían amparo constitucional, algo que rechazan de modo categórico quienes se vienen manifestando en las calles cada viernes desde el 22 de febrero.
“A mi juicio, eso es inaceptable para las argelinas y argelinos que han dicho con una sola voz ´queremos que se larguen (del poder), por favor, márchense´’, puntualizó Bouchachi al considerar que la sugerencia del general Gaid Salah ‘es una forma de abortar el hirak (movimiento) pacífico”.
Tras analizar los pasos que seguirían (ya referidos), el expresidente de la Liga Argelina de Defensa de los Derechos Humanos reiteró que el pueblo “no puede tener confianza en esos hermanos (que representan la vieja guardia) que han defraudado su voluntad”.
Preguntados sobre la aplicación del artículo 102, decenas de personas que se manifestaban hoy frente a la Grand Poste (central de correos) de Argel reafirmaban a esta agencia que desean un nuevo gobierno de concertación y concordia nacional con la clase política que goce de la confianza del pueblo.
Hay numerosos argelinos con la experiencia y las capacidades suficientes para conducir ese período de transición y formar un gobierno de unidad, aseveró una joven presente en la demostración de estudiantes y profesionales que promete para el próximo viernes denunciar lo que cree ‘maniobras desmovilizadoras’.
(Fuente: Prensa Latina)
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