El Supremo confirma sentencia de seis meses de cárcel para los raperos de La Insurgencia. Carta pública de Iván Leszno

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la condena a seis meses de cárcel a los raperos de La Insurgencia por según la judicatura española “enaltecer el terrorismo”. La resolución establece que difundieron mensajes que “justifican la violencia y expresan simpatía frente a la eliminación física del disidente” y ensalzaron conductas que “han causado grave daño al país y a las víctimas del terrorismo”. 

Con esta resolución, el Supremo desestima los recursos de los condenados al fallo de la Sala de Apelación de la Audiencia Nacional –dedicada a revisar los fallos del tribunal especial–, que redujo de dos años y un día de prisión al mínimo legal de seis meses y un día una condena por enaltecimiento del terrorismo por el contenido de las letras de sus canciones.

La sentencia cuenta con el voto particular del magistrado Andrés Palomo, que entiende que no ha quedado justificado que se haya producido una efectiva incitación a la comisión de actos terroristas aunque fuere de manera indirecta.

Carta a mis compañeros y mi familia

Como era de esperar, nos mantienen la pena de prisión, la multa y todo lo demás. Si esto sucediese en cualquier país, sería un escándalo que llenaría telediarios y portadas. Pero en España estos atropellos siempre se van a ocultar. Esta es una nueva confirmación de que en este país no existen derechos para la clase obrera y el pueblo. Sólo nos están dando aún más la razón.

En estos tres años y medio de lucha política, he vivido de todo. Pero resumiéndolo, diré que la solidaridad es nuestra arma más necesaria. Si aún no estoy en prisión es gracias a ella. Así que si queremos conquistar nuestros derechos y libertades, tenemos que organizarla codo con codo, entre solidarios y represaliados. En esta crisis que no ha hecho más que empezar y con la represión que se avecina, la consigna “sólo el pueblo salva al pueblo” es una verdad que hay que poner en práctica.

No puedo dejar de seguir dándole las gracias a mi abogado y compañero Juan Manuel Olarieta, al que debo (y debemos) mucho, por todo lo que hace por los represaliados y presos políticos. Seguiremos invictos, Juanma.

Como le dije a la jueza Ángela Murillo (la misma que ha juzgado a compañeros míos vascos, del PCE (r) y de los GRAPO), los únicos que pueden juzgarme son los trabajadores, mi clase.

Ya lo hizo hace tiempo y estoy más que absuelto.
Gracias a este veredicto, mantengo mi sonrisa.

¡Ni un paso atrás! ¡Venceremos!

Iván Leszno.

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Francisco Vílchez

Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.

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