Aprobación del Manifiesto de la Nacionalidad

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01/01/2021 todo el día
2021-01-01T00:00:00+01:00
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El 1 de enero de 1919, el Directorio Andaluz de Córdoba, a la cabeza del cual se encontraba Blas Infante, aprueba el Manifiesto de la Nacionalidad, refrendado por la Asamblea Andalucista reunida en Córdoba el 25 de marzo de ese mismo año. El Manifiesto de la Nacionalidad de 1919 refleja la radicalización del andalucismo revolucionario que encabezaba Blas Infante. Este denuncia el Estado español por centralista, impugna la distribución de los medios de producción llamando a que los andaluces recuperen la tierra, afirma el carácter nacional de Andalucía y declara querer hacer efectivo el artículo 1º de la Constitución Andaluza de 1883. A continuación reproducimos algunos extractos (aunque se puede leer entero pinchando aquí):

“Rechacemos la representación de un Estado que nos deshonra, sosteniendo regímenes arcaicos y feudales en todos los órdenes de la Administración: en la Hacienda, en la Enseñanza, en la Justicia; Poderes que mantienen Códigos sancionadores de bárbaras costumbres privadas, por los cuales la sociedad salvaje de este territorio ejerce una tiranía espiritual mil veces peor que la económica y que la política, sobre los hombres cultos que se preguntan si este país es una patria o un establo.

Declarémonos separatistas de este Estado que, con relación a individuos y pueblos, conculca sin freno los fueros de justicia y del interés y, sobre todo, los sagrados fueros de la libertad; de ese Estado que nos descalifica ante nuestra propia conciencia y ante la conciencia de los pueblos extranjeros… Hay que romper la secular barrera y hay que romperla ahora o nunca. Ved que, con ser ínfima la cultura y la capacitación del pueblo, es mucho menor la de los hombres representantes de los regímenes que imperan. Rechazad la tiranía del interior, la más degradante de las tiranías”.

(…)

“Andaluces: Andalucía es una nacionalidad porque una común necesidad invita a todos su hijos a luchar juntos por su común redención. Lo es también porque la Naturaleza y la historia hicieron de ella una distinción en el territorio hispánico (en la Península). Lo es también porque, lo mismo en España que en el extranjero, se la señala como un territorio y un pueblo diferente. La degeneración de Andalucía será la de todos vosotros. Un pueblo abyecto y cobarde es un mero compuesto de individuos indignos y cobardes también.

Nosotros, por esto, estamos fundidos con aquella expresión de la Asamblea Regionalista de Ronda que proclamó a Andalucía como una realidad nacional, como una patria (patria es un grupo humano que siente las mismas necesidades y ha de  trabajar por satisfacerlas en común), como una patria viva en nuestras conciencias.

Por eso también, queremos hacer efectiva la prescripción del artículo primero de la Constitución Andaluza, votada por la Asamblea Federalista de Antequera de 1883, que aspiró a constituir en Andalucía “una Democracia Soberana y Autónoma”, la cual subvenga exclusivamente a las necesidades desatendidas de este territorio y al progreso particular de sus habitantes”.

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