23 de abril, Día nacional de Castilla en Villalar de los Comuneros. Crónica y manifiesto de Comunistas de Castilla (fotos)

(Desde lo más profundo de nuestras conciencias y compromiso militante, le dedicamos esta edición del 23 de abril a nuestro querido camarada de Guardo, Raimundo Nevado Román “Mundo”, fallecido el pasado año y al que será duro no volver a ver en Villalar de los Comuneros).

La predicción meteorológica no albergaba esperanzas de un 23 de abril con buen tiempo para disfrutar de nuestro día nacional en Villalar de los Comuneros, así que hubo que encogerse de hombros, echar ropa de abrigo y chubasquero a la mochila para encaminaros hacia la localidad comunera entre negros nubarrones.

La lluvia respetó la víspera, y el sol calentó la campa durante las horas del día mientras todas y todos nos afanábamos en los montajes de las carpas. La fundación Villalar (ese coladero institucional de subvenciones erigido en dueño y señor del 23 de abril) estaba a lo suyo: montar grandes escenarios para la feria institucional en la que han convertido una celebración que siempre fue popular, donde ir a ondear nuestros pendones y a reivindicar un castellanismo que hoy se trata de ocultar en pro de la “fiesta”.

La campa de Villalar siempre dividida en dos y con su amplia extensión haciendo de frontera entre dos celebraciones: en una parte, prietas las filas, las carpas de los partidos y sindicatos del sistema, desde Podemos hasta el PSOE, pasando por UGT, CCOO, etc.… Y en la fila de enfrente, una distribución más irregular, más colorida, más variada, donde estamos “los otros”.

Y los últimos de la fila, o los primeros, según se mire: la carpa de Comunistas de Castilla, una organización humilde pero decidida, insumisa al mal tiempo y a la feria institucional, donde la conciencia profunda y el compromiso militante hacen posible la organización de un espacio autogestionado donde no hay cabida a las medias tintas: castellanistas, independentistas, comunistas, feministas de clase… Reivindicamos una Castilla libre, unida, socialista, feminista, independiente, y nuestra carpa fue, durante dos días una pequeña parte de esa Castilla que queremos construir.

Pero ello no sería posible sin toda esa gente que con entusiasmo y dedicación pone de su parte para que nuestra carpa sea además de un escenario para la reivindicación y la lucha, un espacio para el disfrute. Mientras en la campa llovía copiosamente, y en el escenario institucional la orquesta contratada se dedicaba a soltar machistadas entre canción y canción, en nuestra carpa los leoneses Zurriagazo nos hacían saltar y bailar con sus ácidas y combativas canciones. Y como colofón, otros habituales de la noche de Villalar: el grupo vallisoletano Deskartados, con sus guitarras y vientos, su desparpajo musical llenando nuestro escenario de un ska que nos hizo bailar hasta las 2 de la madrugada. Gracias de nuevo a ambos grupos, buena gente, buenos músicos cuya aportación es fundamental para el éxito de nuestra convocatoria.

Y entre ambas actuaciones la intervención de una representación de nuestra organización para recordar que la lucha es el único camino, y sin dar mucho la “chapa”, explicar las líneas fundamentales del manifiesto del 23 de abril aprobado por la militancia para esta edición.

Y si el 22 de abril la lluvia respetó el día, pero no la noche, el 23 se volvió loco y hubo de todo: sol, lluvia, aguanieve… y frío. Así que la carpa se convirtió en un buen refugio para reponer fuerzas, y tomar unas cervezas entre amigos y compañe@s, disfrutando del reggae y ska de los segovianos To the Wild Roots, otros habituales de la mañana del 23 a los que agradecemos mil veces su buen hacer y su aportación.

Para las cuatro de la tarde, cuando los cubanos de Trío Puente Yayabo hacían la prueba de sonido y afinaban sus instrumentos, ya había gente bailando en la carpa. Pero antes de la actuación de este trío de grandes profesionales de la música, nuestro representante hizo una intervención para repetir lo dicho la noche anterior, que venimos a Villalar a luchar, a reivindicar nuestro orgullo como Pueblo trabajador castellano y a decir que un pueblo que lucha es una tierra viva que se niega a morir de abandono. Tras él intervinieron dos compañeras de la plataforma en defensa de la sanidad pública que leyeron un manifiesto para denunciar el abandono de la sanidad en nuestra tierra y exigir una sanidad pública y de calidad.

Pero la temperatura subió varios grados desde los primeros compases del son cubano del trío Puente Yayabo. Desde Castilla a la Habana, pasando por el calor tropical de Sancti Spíritus en el lejano centro de la isla, Pedro Iznaga (piano y voces), Ydalberto Verdecia “Chiri” (Voz, Tres cubano) y el vallisoletano Rafa Martín “Pirulo” en la percusión y voces, nos deleitaron con un despliegue de buena música y cubanía que encendió el ambiente hasta el punto de que el escenario se convirtió en una improvisada pista de baile para varias parejas que no se cortaron un pelo para mover las caderas al ritmo del Son, para disfrute de toda una carpa abarrotada de gente. No tenemos palabras para agradecer a estos compañeros, pedazo de artistas, su aportación que va más allá de lo musical.

Entre canción y canción, y mientras en la campa arreciaba la lluvia, la fiesta subió de tono cuando después de casi dos horas de actuación y al ritmo de El cuarto de Tula los cubano-vallisoletanos invitaron a subir al escenario a sus colegas de oficio, otros musicazos como los integrantes del grupo palentino El Naán (que acababan de actuar en el escenario de la campa), a los que se fueron sumando poco a poco músicos de aquí y de allá, al punto de que no cabían en el escenario: entre otros y otras la flauta de Carlos Soto, ex de Celtas Cortos y actual integrante de Folk Quintet, pasando por integrantes de Castijazz, o el vocalista de Celtas Cortos Jesús Cifuentes “Cifu”.

Con el escenario repleto de artistas y casi sin micros para todas, lo que no fue un problema, nos deleitaron con una excelente e improvisada “jam sesión” intercultural que duró hasta que había que echar el cierre, terminando con los acordes de “Hasta siempre Comandante” de Carlos Puebla cantado a coro por los músicos del escenario y con la atronadora participación de la gente que abarrotaba la carpa en los coros: Aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia, comandante Che Guevara.

¡A las y los músicos, gracias! ¡A la gente que siempre nos visita y agradece que mantengamos vivo el espíritu comunero del 23 de abril gracias! ¡ A nuestro fotógrafo oficial y militatante internacionalista galego gracias! A quienes les dimos los bocadillos de panceta sin sal, disculpad…

Y con las estrofas de la internacional y el romance de los comuneros dijimos hasta siempre y hasta la próxima. El 23 de abril es un día, el día nacional del Pueblo castellano, pese a quien pese, pero nuestra lucha es de todos los días. Ese es nuestro compromiso con nuestro Pueblo.

Manifiesto: 23 de abril, Día Nacional de Castilla. ¡Un Pueblo que lucha, una tierra viva!

Se va acercando el 5º centenario de la batalla de Villalar, aquella que enfrentó a las tropas comuneras capitaneadas por Padilla, Bravo y Maldonado con el ejército imperial de Carlos V, aquella que terminó abruptamente con las aspiraciones de libertad y autogobierno de un Pueblo castellano que durante más de dos años democratizó las instituciones de gobierno creando juntas populares y comunales en lo que sin duda fue la primera revolución europea, ocultada y tergiversada durante siglos por los herederos políticos de los vencedores.

Casi 500 años del heroico gesto de rebeldía y resistencia de unos líderes comuneros que fueron decapitados en la misma plaza de la localidad de Villalar y de la resistencia al asedio imperial capitaneado por María Pacheco en Toledo.

Pese a ese manto de silencio que durante siglos cubrió de olvido la revolución comunera, miles de castellanas y castellanos volvemos a la campa de Villalar de los Comuneros no para celebrar una derrota, sino para reivindicar nuestra historia como Pueblo y luchar por un futuro digno que hoy se nos niega bajo el yugo del Estado español.

Una Castilla que muchos siglos después sigue olvidada y ninguneada por las instituciones y gobiernos españoles de turno, bajo la tutela de otro rey indigno, de la casa de los Borbones. Dividida y ninguneada por una constitución española que la divide en cinco comunidades autónomas con el objetivo de impedir que en sus tierras vuelva a germinar la conciencia nacional y de rebeldía comunera.

El Pueblo trabajador castellano sufre hoy las consecuencias de ese olvido histórico y la explotación a la que es sometido por la sacrosanta alianza estratégica entre el capitalismo y patriarcado, representado en unas instituciones estatales que impiden objetivamente nuestro desarrollo como nación soberana, libre y dueña de nuestro presente y futuro.

Las tierras castellanas sufren hoy una despoblación galopante en el ámbito rural y el envejecimiento de su población ante la desidia institucional de unas juntas de gobierno autonómico más interesadas en mantener su status político que de solucionar los problemas estructurales de nuestro Pueblo.

Sin infraestructuras, sin servicios sociales de calidad y con un tejido industrial en continuo retroceso por el cierre de empresas, el campo castellano está condenado al abandono y nuestra juventud abocada a la emigración. Al mismo tiempo las tierras castellanas sufren el saqueo de sus riquezas naturales, y multinacionales del sector minero afilan sus cuchillos para la extracción de materias primas destruyendo nuestro entorno natural, o se utiliza nuestra tierra para la instalación de vertederos radiactivos. Paralelamente en los barrios populares de las ciudades proliferan las casas de apuestas en una vuelta de tuerca más del capitalismo para ahondar en la profunda alienación de nuestra clase obrera.

Sin embargo, como decimos en nuestro lema para este 23 de abril, un Pueblo que lucha es una tierra viva, y las tierras castellanas se resisten a morir de abandono. No son pocos los ejemplos de combate popular que recorren nuestras tierras, desde las luchas contra el cierre de empresas en el Bierzo, la oposición a la minería en cielo abierto en Ávila y Salamanca, la defensa de los barrios populares en Madrid frente a la especulación y los desahucios, la lucha contra el proyecto de cementerio nuclear en Cuenca o las reivindicaciones vecinales en el campo zamorano contra las macro granjas de cerdos y por unos servicios sanitarios dignos.

Pero si hay una lucha que ha removido los cimientos del sistema capitalista y patriarcal estas han sido las huelgas  generales feministas y las multitudinarias manifestaciones del 8 de marzo. Se ha visibilizado la fuerza de las mujeres, el empuje de un feminismo de Clase que ha confrontado no solo con el machismo inherente al sistema sino con el feminismo burgués y domesticado que se promueve desde las instituciones y partidos del sistema. Un feminismo de Clase que seguirá creciendo y será quien entierre el patriarcado capitalista para siempre.

Todas y cada una de esas luchas que recorren nuestra tierra de norte a sur y de este a oeste demuestran el espíritu combativo de un Pueblo que está dispuesto a dar la batalla por su futuro.

Se impone la necesidad de construir una sociedad sostenible y solidaria, autogestionada, comunal, donde ningún joven tenga que abandonar su tierra para ganarse la vida y el fruto del esfuerzo de nuestro Pueblo trabajador vaya en beneficio propio. Y ello partiendo de la base de la necesidad de acabar con la división administrativa impuesta por el estado español para Castilla que sólo favorece a los caciques locales y autonómicos de turno.

Para las comunistas castellanas ha llegado el momento de plantear sin complejos la necesidad de construir un proyecto de nación popular y socialista que saque a Castilla del ostracismo al que está condenada bajo el yugo del estado capitalista, monárquico y patriarcal español.

Cuando está a punto de cumplirse el 5º centenario de la revolución comunera, hagamos que Castilla recupere su dignidad, y que el Pueblo trabajador castellano tome las riendas de su futuro.

Fotos:

 

 

 

 

 

 

 

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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