Líderes de dos facciones libias alcanzan acuerdos sobre el futuro del país en El Cairo

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El jefe del Gobierno de Unidad Nacional (GUN) de Libia, Mohamad Fayez Al Serraj conversó  en el Cairo con el mariscal libio Khalifa Haftar (foto adjunta), quien es partidario del parlamento de Tobruk, rival político del GUN, bajo la intercesión del gobierno egipcio.

De acuerdo con el portavoz del Gobierno de Unidad Nacional, Ashraf Al Tulty, la reunión de Serraj con Haftar pretendía conducir a un “giro de 180 grados” en el diálogo político para solucionar el vacío de poder central en Libia.

En relación con los esfuerzos en ese sentido, agregó el funcionario, las partes libias en conflicto esperan que el gobierno de Egipto, partidaria de Haftar, ayudase a alcanzar un consenso nacional. La víspera medios de prensa libio revelaron que Al Serraj estaría dispuesto a reconocería la autoridad de Haftar de cara al futuro.

Según el diario Lybian Express, “Al Serraj presentará una iniciativa que incluye la formación de un nuevo Gabinete reducido al que acompañará un consejo militar unificado dirigido por Haftar, con apoyo de oficiales de toda Libia”.

El proyecto contempla además, de acuerdo con ese medio, una propuesta de alto el fuego en todos los frentes de batalla, la convocatoria de elecciones, apertura de una nueva fase de transición en la que estén representadas todas las partes, y que acelere el trabajo de la Asamblea Constituyente.

El pasado 21 de enero se realizó en El Cairo la décima conferencia internacional sobre Libia, que reunió a varias naciones fronterizas con ese país como Argelia, Egipto, Chad, Níger, Sudan y Túnez, y contó con la participación del enviado de la ONU para Libia, Martin Kobler, y un representante de la Unión Africana.

En la ocasión, el ministro de Relaciones Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, reafirmó que para Egipto la solución ideal al actual conflicto en Libia pasa por la implementación del acuerdo de Skhirat, firmado en 2015 en esa ciudad de Marruecos.

Acuerdan partes libias posibles acciones en pos de reunificación

Tras las conversaciones mantenidas, las dos principales fuerzas políticas de Libia acordaron en El Cairo varias acciones a acometer, las cuales, de materializarse, conducirían a la hasta ahora elusiva paz en esa nación.

El resultado se logró tras contactos indirectos entre el presidente del Consejo Presidencial de Libia, Fayaz Al Sarraj, y el mariscal Khalifa Haftar junto al presidente del parlamento de Tobruk, Aguila Saleh, mediadas por el jefe del Estado Mayor egipcio, Mahmoud Hegazi, y el ministro de Relaciones Exteriores, Sameh Shoukry.

Según el portavoz del ejército egipcio, Tamer El Refai, en el diálogo se identificaron “bases comunes” que podrían traducirse en varias medidas para llegar a una resolución pacífica del conflicto, incluida la preparación de las elecciones presidenciales y parlamentarias en Libia para 2018.

Los pasos previstos contemplan cuatro puntos de partida: Primero, las facciones en punga (Parlamento de Tobruk y Gobierno de Unidad Nacional) formarían un comité mixto de hasta 15 miembros tanto del Parlamento como del Alto Consejo de Estado para discutir la distribución del poder en un futuro gobierno unificado.

En segundo lugar, el Parlamento propondría enmiendas constitucionales necesarias para implementar el Acuerdo de Skhirat, negociado por la ONU en diciembre de 2015. Entre ellas se cuentan las correcciones propuestas por una conferencia celebrada en El Cairo en diciembre de 2016.

En tercer lugar, ambas partes organizarían las elecciones parlamentarias y presidenciales, que se celebrarán a más tardar en febrero de 2018.

Finalmente, las actuales facciones libias en pugna trabajarán juntas para determinar el liderazgo interino hasta que se celebren esos comicios.

Durante las reuniones, sostenidas en El Cairo entre lunes y martes, se analizó asimismo la posición de Haftar como comandante de las Fuerzas Armadas y la ampliación del número de miembros del Alto Consejo de Estado, con sede en Trípoli.

En diciembre de 2016 funcionarios egipcios y representantes de las partes libias emitieron una declaración con los principios que deben respetarse en la transición: la preservación de la unidad territorial de Libia, apoyo a las instituciones nacionales, no injerencia de entidades extranjeros, y mantenimiento de un Estado civil.

La ONU preocupada por despliegue en Libia de fuerzas paramilitares

Por otro lado, la Misión de Naciones Unidas en Libia (Unsmil) mostró hoy preocupación por el aumento de reportes que indican el despliegue en Trípoli, Libia, de fuerzas militares paralelas, bajo el nombre de Guardia Nacional.

En una declaración circulada aquí, la misión creada en 2011 advirtió que tales actividades en la capital y sus alrededores contravienen el acuerdo de paz logrado en diciembre de 2015 en Skhirat, Marruecos, bajo los auspicios de la ONU.

La creación de cuerpos paralelos solo representará un obstáculo para la implementación del acuerdo y llevará a desórdenes e inseguridad, precisó el representante de Naciones Unidas en el país norafricano y jefe de la Unsmil, Martin Kobler.

El diplomático ratificó el respaldo de la organización a la iniciativa de paz de Skhirat, dirigida a establecer un gobierno de unidad nacional y a fortalecer las instituciones en Libia, cuyo territorio ha vivido un escenario de caos, violencia e inestabilidad desde 2011, cuando una intervención militar de la OTAN ayudó a derrocar a Muamar Gadafi.

Kobler insistió en la importancia de que exista un ejército libio unido, controlado por civiles y con una clara cadena de mando.

Hace una semana, el Consejo de Seguridad de la ONU analizó la situación en Libia, sesión en la que se consideró que hay progresos, aunque lejos de los necesarios para estar a la altura de las expectativas dejadas por el acuerdo de paz de diciembre de 2015.

En esa reunión, Kobler expuso progresos como las discusiones sobre el uso del presupuesto 2017, el aumento en la producción petrolera hasta 700 mil barriles diarios y los triunfos en la lucha contra el Estado Islámico, que ya no controla territorios, aunque sigue siendo una amenaza. Sin embargo, llamó la atención por la presencia de divisiones políticas.

Naciones Unidas insiste en que el país petrolero enfrenta una etapa crucial para su futuro, por lo que cualquier acción unilateral, incluyendo el auge de fuerzas paralelas, debe ser cortada a tiempo.

(Fuente: Prensa Latina)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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