La denuncia de AI sobre los 13.000 ejecutados en Siria, ¿otro caso como el de las incubadoras de Kuwait?

Images used for Saydnaya Executions Report to be launched 07 February 2017.

“La historia no será benévola con aquellos que han propagado la mentira de sostener que en Siria se puso en marcha algo parecido a una revolución democrática” (John Wight, “Siria y el guardaespaldas de mentiras”)

A menudo en este blog hemos denunciado las campañas de manipulación de los medios occidentales en relación con Siria. John Wight se refiere a esto como “la naturaleza goebbelsiana de la cobertura mediática occidental del conflicto en Siria”. Al final podrás encontrar una lista de entradas que hemos ido publicando sobre el tema sirio, con los enlaces respectivos de acceso.

La última de estas campañas la ha protagonizado una organización cuyo descrédito es difícil que pueda llegar a caer más bajo: Amnistía Internacional (AI). Sobre todo desde el famoso escándalo de las falsas incubadoras de Kuwait en 1990 (una mentira en cuya difusión tuvo un papel estelar Amnistía Internacional: véase “Haciendo memoria. De incubadoras y bebés para hacer la guerra contra Irak”), a dicha organización se le ha ido cayendo poco a poco la máscara, mostrándonos su verdadero rostro: el de servir de herramienta ideológica a los intereses de las élites de Occidente.

Casi me atrevería a decir que Amnistía Internacional cada vez miente peor, se esfuerza menos…, lo cual, paradójicamente, no quiere decir que pierda efectividad en su función de propaganda. Para resultar convincente de cara a la opinión pública, AI ya no necesita mantener la coherencia lógico-argumental en sus informes, sino que le basta ofrecer un buen titular a los medios y estos harán el resto del trabajo sucio, machacando nuestra atención con dicho titular a todas horas. ¡Y misión cumplida! Esto es lo que ha pasado con su último informe, cuyo titular brindado a los medios es prácticamente el mismo en todos ellos. El siguiente es un ejemplo sacado del diario El Mundo: “Bashar al Asad ha ahorcado en secreto a 13.000 personas en cinco años en la cárcel de Saydnaya”.

Evidentemente el porcentaje de lectores o telespectadores que puede tomarse la molestia de indagar y analizar qué hay de cierto detrás de un titular tan brutal, es mínimo; no creo que sobrepase un 1% de los “consumidores” de noticias de los medios sistémicos (por poner una cifra optimista). Y público que llegue a leer el informe completo de AI, no creo que llegue ni al 0,1%. Al final, la mentira presentada en los grandes medios propiedad del capital, toma rango de verdad incuestionable para el ciudadano de a pie cuando los grandes medios cantan a coro la misma canción. No hace falta decir quién es el director de tal orquesta coral.

El Informe de AI recurre a un título de por si sensacionalista, propio de la publicidad más amarilla: “Matadero humano”. Permítaseme una pregunta retórica: después de un título así, ¿qué predisposición crítica cabe esperar en un público estándar ante el Informe?

Por si fuera poco, AI ha realizado también, como refuerzo a la difusión de su informe sobre esos “13.000 ahorcamientos”, un vídeo de dibujos animados al más puro estilo Walt Disney (ver imágenes a la izquierda). Con el vídeo de dibujitos se pretende llegar al corazoncito de aquellos que son incapaces de leer más de una página de texto, es decir, la mayoría del público. Es difícil superar este ejercicio de manipulación al que nos somete AI.

El informe ha sido muy contestado por parte de quienes se han tomado la molestia de leerlo y de “deconstruirlo”, como diría un sociólogo inspirado en Derrida. Cuando se deconstruye y se consigue poner al desnudo su arquitectura argumental y la lógica de las supuestas pruebas, es cuando se hace visible su carácter de “propaganda pura y simple”, como concluye el autor del artículo que a continuación reproducimos. Desgraciadamente, tal esfuerzo crítico nunca será divulgado por los medios “consumidos” por el gran público.

El artículo original (que a continuación se reproduce) lleva por título “Hearsay Extrapolated – Amnesty Claims Mass Executions In Syria, Provides Zero Proof”, y está firmado y publicado por Moon of Alabama en su blog, el pasado 7 de febrero. Una versión en francés fue publicada por Le Grand Soir (“Amnesty International dénonce des exécutions massives en Syrie, sans fournir la moindre preuve”) el pasado día 11.

También no hace falta insistir en que el hecho de que tomemos un artículo de un sitio o de otro, no significa necesariamente que este blog comparta la línea editorial e ideológica de esos sitios de los que tomamos los textos; puede haber mucha afinidad o ninguna, pero cuando seleccionamos un texto, fundamentalmente valoramos las ideas y argumentos que contiene.

AI

AI denuncia ejecuciones masivas en Siria, pero no aporta pruebas

Un nuevo informe de Amnistía Internacional afirma que el Gobierno sirio ha hecho ahorcar entre 5.000 y 13.000 prisioneros en una prisión militar en Siria. La prueba de esta afirmación es inconsistente, basada en rumores de personas anónimas que no viven en Siria. Las cifras mismas son extrapolaciones que ningún científico ni tribunal aceptarían jamás. El informe es un reportaje de ficción digno de la prensa rosa, desde su título “matadero humano” hasta el último párrafo.

Sin embargo, para los medios de comunicación anti-sirios, aún así el informe de Amnistía no resulta suficientemente partidista. Citan por todo lo alto las cifras dadas por Amnistía. Para algunos, la fragilidad del informe no es suficiente. La Associated Press Agency, fuente seguida por muchos medios de comunicación, difunde la noticia con el título: Informe. Al menos 13.000 ahorcado en una prisión siria desde 2011:

“BEIRUT (AP) – Las autoridades sirias mataron al menos a 13.000 personas desde el inicio del levantamiento de 2011, en ahorcamientos en masa en una prisión en el norte de Damasco, conocida por los detenidos como el “matadero”, ha declarado el martes Amnistía Internacional en su informe.”

¿Cómo concuerda “al menos 13.000” en este informe dudoso, en que “13.000” es la cifra más alta de las valoradas por Amnistía?

Antes de analizar los detalles, veamos primero esto que aparece en la “síntesis” del informe:

“De diciembre de 2015 a diciembre de 2016, Amnistía Internacional investigó los patrones, la secuencia y la escala de las violaciones cometidas en la prisión militar de Saydnaya (Saydnaya).  Durante esta investigación, la organización entrevistó a 31 hombres detenidos en Saydnaya, cuatro funcionarios o guardias de la prisión que anteriormente habían trabajado en Saydnaya, tres ex jueces sirios, tres médicos que trabajan en el Hospital Militar de Tishreen, cuatro abogados sirios, expertos nacionales e internacionales en detenciones en Siria y 22 miembros familiares de personas que estuvieron o todavía están en Saydnaya. (…) A partir de las pruebas de las personas que trabajaron con las autoridades penitenciarias de la prisión y de testimonios de los detenidos, Amnistía Internacional estima que entre 5.000 y 13.000 personas fueron ejecutadas extrajudicialmente en Saydnaya entre septiembre de 2011 y diciembre de 2015.”

Este informe presenta varios problemas.

  1. La mayoría de los testigos son identificados como miembros de la oposición y como “antiguos” funcionarios que no viven en Siria. Se dice que algunos han sido entrevistados a distancia en Siria, pero no se sabe si vivían en las zonas controladas por el gobierno o por los insurgentes. Página 9 del informe:

“La mayoría de las entrevistas se realizaron con personas en el sur de Turquía. Las demás entrevistas se llevaron a cabo a distancia por teléfono con personas que aún se encontraban en Siria o en Líbano, Jordania, países europeos y Estados Unidos.”

Es bien sabido que la insurrección en Siria fue financiada por gobiernos extranjeros, a golpe de miles de millones de dólares anualmente. Ha llevado a cabo sofisticadas operaciones de propaganda. Todos estos testigos parecen tener interés en condenar al Gobierno sirio. No hay en este informe el menor interés en proporcionar un punto de vista divergente. Amnistía encontró a las personas entrevistadas poniéndose en contacto con otras ONGs internacionales y con los grupos de la oposición (propaganda) que se sabe que son financiados por el extranjero:

“Estos grupos incluyen Urnammu para la Justicia y Derechos Humanos, la Red Siria para los Derechos Humanos [NT1] y el Instituto sirio por la Justicia y Responsabilidad.”

  1. Las cifras facilitadas por Amnistía se presentan dentro de un rango muy amplio de cifras posibles. Ninguna de ellas está documentada por listas o documentos. Se basan exclusivamente en las estimaciones de dos testigos que hablan de rumores:

“Las personas que trabajaron con las autoridades de la prisión de Saydnaya dijeron a Amnistía Internacional que las ejecuciones extrajudiciales relacionados con la crisis en Siria comenzaron en septiembre de 2011. Desde entonces, la frecuencia ha variado y aumentado. Durante los primeros cuatro meses, de siete a veinte personas era habitual que fuesen ejecutadas cada 10 ó 15 días. Durante los siguientes 11 meses, entre 20 y 50 personas fueron ejecutadas una vez por semana, generalmente el lunes por la noche. Durante los siguientes seis meses, grupos de 20 a 50 personas fueron ejecutados una vez o dos veces a la semana, generalmente los lunes y / o miércoles por la tarde. Los testimonios de testigos detenidos sugieren que las ejecuciones se llevaron a cabo a un ritmo similar, o incluso superior, al menos hasta diciembre de 2015.

Suponiendo que la tasa de mortalidad se mantuviese igual que en el período anterior, Amnistía Internacional cree que entre 5.000 y 13.000 personas fueron ejecutadas extrajudicialmente en Saydnaya entre septiembre de 2011 y diciembre de 2015.”

Las cifras del gran titular de Amnistía son simplemente una extrapolación escuetamente explicada en la nota 40 de la página 17, consistente en un cálculo rápido del tipo: “Si A fuera cierto, entonces B sería X”, a partir de “X a Y personas”, “una o dos veces por semana”, “sugiere” y “suponiendo que”:

“Estas estimaciones se basaron en los siguientes cálculos. Si entre 7 y 20 mueren cada 10-15 días de septiembre a diciembre de 2011, la cifra total sería entre 56 personas y 240 personas para este periodo. Si entre 20 y 50 personas murieron cada semana entre enero y noviembre de 2012, la cifra total sería entre 880 y 2.200 para ese período. Si entre 20 y 50 personas murieron en 222 ejecuciones (suponiendo que las ejecuciones se han llevado a cabo dos veces por semana, dos veces al mes y una vez a la semana una vez al mes) entre diciembre de 2012 y diciembre de 2015, la cifra total sería entre 4.400 y 11.100 para el período. Estos cálculos dan una cifra mínima de 5.336, redondeados al millar más cercano como 5.000, y 13.540, redondeados al millar más cercano como 13.000.” [NT2]

  1. No voy a entrar en los detalles de las declaraciones de los testigos sobre las que se construye el informe. Parecen, cuando menos, exageradas y en cualquier caso resultan totalmente imposibles de verificar. Al final, Amnistía basa sus conclusiones en simples rumores. Véase un ejemplo en la página 25:

“Hamid”, un ex oficial del ejército, durante su detención en 2012 recordó los sonidos que oyó por la noche durante una ejecución: “Se oyó el sonido de algo que salió – como una pedazo de madera, no estoy seguro – y entonces se oyó el sonido de la gente siendo estrangulada… Si ponía la oreja contra el suelo, se podía oír una especie de gorgoteo que duraría unos 10 minutos… Nos quedamos dormidos con el sonido de personas que estaban siendo ahorcadas. Esto era normal para mí entonces.”

Un tribunal podría aceptar indicaciones como “sonido” de “no estoy seguro”, “el sonido de una especie de gorgoteo a través del hormigón”… como prueba de que alguien se daba una ducha en alguna parte. ¿Pero como evidencia de ejecuciones?

De todos los testigos que Amnistía afirma haber entrevistado, sólo dos personas, un ex funcionario de la cárcel y un ex juez, describen las ejecuciones reales (página 25). La lectura de sus declaraciones no permite saber si han sido testigos de las propias ejecuciones o si simplemente describen algo que se les había dicho.

  1. El número de personas que fueron ejecutadas según Amnistía es – en el mejor de los casos – una pura especulación. ¿Cómo es que Amnistía proporciona tan pocos nombres? En la página 30 de su informe, escribe:

“Ex detenidos en el edificio rojo de Saydnaya, proporcionaron a Amnistía Internacional los nombres de 59 personas que veían salir de las celdas de la tarde, y que se les dijo que fueron trasladados a prisiones civiles en Siria. Las pruebas contenidas en este informe sugiere que en realidad fueron ejecutados extrajudicialmente.”

Y…

“Antiguos guardias penitenciarios y un ex funcionario de la prisión de Saydnaya, también proporcionaron a Amnistía Internacional los nombres de 36 detenidos que habían sido ejecutados extrajudicialmente en Saydnaya desde 2011.”

Estas 95 personas, algunas de las cuales pueden haber sido “ejecutadas” o no, son las únicas personas sobre las que Amnistía es capaz de dar el nombre. Es menos de 1-2% de los 5.000 a 13. 000 detenidos ejecutados según el informe. ¿Tantos testigos y tan pocos detalles sobre las personas que resultaron muertas?

“El número exacto de muertes a Saydnaya es imposible de precisar. Sin embargo, la Red Siria de Derechos Humanos [NT1] ha verificado y comunicado a Amnistía Internacional el nombre de 375 personas fallecidas en Saydnaya como consecuencia de torturas y otros malos tratos entre marzo de 2011 y octubre de 2016. De éstas, 317 eran civiles en el momento de su detención, 39 eran miembros del ejército de Siria y 19 eran miembros de grupos armados no estatales. Durante la investigación para este informe, Amnistía Internacional obtuvo los nombres de 36 personas más que murieron como consecuencia de la tortura y otros malos tratos en Saydnaya. Estos nombres fueron proporcionados a Amnistía Internacional por ex detenidos que presenciaron las muertes en sus celdas.”

La “Red Siria de Derechos Humanos” (SNHR) es un grupo establecido en el Reino Unido y probablemente vinculado a los servicios secretos británicos y a fuentes financieras cuestionables. Esto es todo lo que dice de sí mismo:

“EL SNHR financiar su trabajo y actividades a través de donaciones incondicionales de particulares e instituciones.”

¡Esa es la verdadera transparencia!

El SNHR es conocido por emitir acusaciones bastante ridículas sobre las muertes causadas por alguna de las partes del conflicto. No se sabe lo que el SNHR califica de civiles -¿incluye las milicias armadas?-. Pero téngase en cuenta que el SNHR no dice qué “civiles” han muerto en prisión. ¿Cómo es posible que una organización, frecuentemente citada en los medios como una fuente bien informada sobre las víctimas en Siria, no tenga registro de 5.000 a 13.000 personas que según Amnistía han sido ejecutadas?

  1. El informe se refuerza con imágenes de satélite, tomadas antes y antes, de cementerios ampliados en Siria. Afirma que estas ampliaciones muestran que se han cavado fosas comunes de opositores al gobierno. Pero no hay ninguna prueba de ello. Muchas personas han muerto en Siria durante la guerra en todas las partes del conflicto.

La ampliación, por ejemplo, del cementerio de los Mártires al sur de Damasco (P.29 / 30), es una prueba de las masacres antigubernamentales llevadas a cabo por los insurgentes. Las víctimas allí enterradas, ¿iban a ser honradas como mártires por el gobierno si fuesen víctimas del gobierno?

  1. El informe habla de presos” ejecutados extrajudicialmente”, pero luego se describen los procedimientos de los tribunales (militares) y dice que la sentencia debe ser aprobada en un nivel superior. Quizás no nos guste las leyes que regulan el Estado sirio, pero los tribunales y los procedimientos que Amnistía describe parecen respetar las leyes de Siria y los procesos jurídicos. Por definición, no son ejecuciones extrajudiciales.
  2. En su síntesis, el informe de Amnistía afirma que “las penas de muerte fueron aprobadas por el Gran Mufti de Siria y… “. Sin embargo, no proporciona ninguna evidencia de “aprobación” por el Gran Mufti en el informe. En la página 19, afirma, basándose en dos ex funcionarios de prisiones y tribunales:

“El fallo se envía por correo militar al Gran Mufti de Siria y al Ministro de Defensa o al jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, que están acreditados para representar al presidente sirio Bashar al-Assad y que especifican la fecha de la ejecución.”

Es muy poco probable que el Gobierno sirio “mandara” o incluso informara al Gran Mufti en casos de procedimientos militares o criminales. Sin ofender a Amnistía Internacional, Siria es un estado laico.  El Gran Mufti en Siria es la autoridad legal civil de los seguidores del Islam sunita, pero no tiene ninguna función judicial oficial. He aquí un párrafo al respecto de la tesis doctoral de Marcel Stuessi presentada en Suiza en 2010, “Modelos de libertad religiosa: Suiza, Estados Unidos y Siria”, que puede leerse en una nota de la Wikipedia:

“En Siria, un mufti es un experto jurídico y religioso (faqih y alim) que tiene el poder de hacer recomendaciones no vinculantes (sing. Fatwa, pl. Fatwas) en materia de derecho islámico.(…) La asesoría solicitada por un juez de la Sharia o por particulares, se refieren solamente a las normas del estatuto personal de la comunidad musulmana. individuos se relacionan con las normas sobre el estatuto personal de la comunidad musulmana. En la República Árabe, las fatwas nunca se dan a las autoridades públicas ni a los funcionarios individuales.”

Que yo sepa, ni la constitución siria ni ninguna ley siria menciona función alguna atribuida al Gran Mufti en el procedimiento de los tribunales penales militares o civiles. La afirmación de Amnistía en su informe (“aprobada por el Gran Mufti de Siria”, dice) no aparece por ninguna parte. Lo que dice Amnistía es muy probablemente falso. El Gran Mufti, jeque Ahmad Badreddin Hassoun, es un erudito moderado, reconocido y distinguido. Debería demandar a Amnistía por esta calumnia.

La ley siria incluye pena de muerte para ciertos crímenes graves y violentos. Antes de 2011, las ejecuciones reales en Siria eran muy raras, ya que la mayoría de las sentencias de muerte fueron conmutadas. Al parecer, las leyes fueron enmendadas a finales de 2011, después de que comenzase la guerra en Siria, para incluir la pena de muerte como posible castigo a quienes realizasen actos de terrorismo.

Es muy probable que el ejército sirio y / o la judicatura civil condenen a muerte a “rebeldes” extranjeros y sirios capturados, si se les considera culpables de crímenes muy graves. El Estado Sirio está luchando contra el Estado Islámico, Al Qaeda y otros grupos extremistas bien conocidos por masacres en masa y otras atrocidades extremas. Es probable que algunas de dichas sanciones se aplican. Pero el gobierno sirio también ha concedido la amnistía a 10.000 “rebeldes” que lucharon contra el gobierno, pero que han depuesto las armas.

Las acusaciones contenidas en el informe de Amnistía se basan en el testimonio sesgados y falsos de opositores que viven fuera del país. Las cifras de  5.000 y de 13.000 exhibidas en los titulares, se calculan sobre la base de hipótesis huecas e infundadas. El propio informe indica que Amnistía sólo puede dar nombres de 36 personas presuntamente ejecutadas, es decir, menos que el número de “testigos” que Amnistía afirma haber entrevistado. Esa elevada cifra de ejecuciones frente a la insignificante lista de nombres que se dan, simplemente no es creíble.

El informe ni siquiera cumple con la menor exigencia de veracidad científica o legal. Esto es propaganda pura y simple.

Notas:

NT1. De  Urnammu pour la justice et les droits de l’homme y del Institut syrien pour la justice et la responsabilité, no hemos encontrado nada en Internet más allá de menciones indirectas que no aportan información alguna sobre tales entidades. Son dos “etiquetas” nominales muy opacas y misteriosas. Sobre la segunda, aparece en algunos sitios en noticias de Human Rights Watch, una organización “no gubernamental” absolutamente desacreditada a día de hoy por sus vinculaciones con la CIA y el gobierno de EE.UU.

Pero sí encontramos información sobre Syrian Network for Human Rights (SNHR). Como recuerda el autor del artículo, existe la sospecha de tratarse de una estructura montada por los servicios secretos británicos.

El Syrian Network for Human Rights (SNHR) se define como una organización “independiente” (¡faltaría más!) que investiga “las violaciones cometidas por todas las partes” en el conflicto sirio desde 2011, aunque lo de “todas las partes” acaba refiriéndose prácticamente al gobierno sirio. Igual que el desacreditado Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OBDH), está registrada en Reino Unido. Por su modus operandi y función política, el SNHR y el OBDH parecen entidades clónicas. Las informaciones de ambas se basan en supuestos informadores dentro de Siria, bajo sospecha de ser colaboradores o incluso miembros de los grupos islamistas, como no hace mucho escribía el periodista Patrick Cockburn en CounterPunch (ver “De Alepo sale más propaganda que noticias”). El SNHR, cuyo funcionamiento implica la disponibilidad de importantes fondos económicos, oculta sus fuentes de financiación. ¿De dónde saca SNHR el dinero? Sabemos que es miembro de ICRtoP (International Coalition for the Responsibility to Protect) que a su vez aparece vincuado al World Federalist Movement (WFM). Entre los financiadores del WFM están fundaciones de la gran oligarquía que ejercen una influencia decisiva en la política internacional, como Ford Foundation, Open Society Foundation (Soros) y Samuel Rubin Foundation, entre otras similares; también la Comisión Europea y los gobiernos de diferentes países europeos, entre ellos el alemán. Emmanuel Wathelet del colectivo Investig’Action, en “Quién está detrás de la Syrian Network for Human Rights” (SNHR), consideran con fundamento que los fondos de SNHR proceden de ICRtoP y WFM, y que “todos los donantes presentan una uniformidad ideológica evidente y debemos recordar que nadie quiere financiar a una organización que va en contra de sus intereses”. Que la Fundación Ford y la de Soros aparezcan por medio, además de la propia UE que es parte interesada en el conflicto de Oriente Medio, es toda una señal que cuando menos debiera hacernos desconfiar.

(Fuente: Blog del Viejo Topo)

 

 

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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