Manifestaciones en El Cairo y otras ciudades egipcias contra la corrupción gubernamental y pidiendo el fin del régimen de Al Sisi

Este sábado se han producido graves enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad egipcias y los manifestantes concentrados en la ciudad de Suez por segundo día consecutivo para protestar contra el presidente Abdelfatá Al Sisi y su régimen dictatorial.

Los agentes han empleado gas lacrimógeno y munición real contra los cientos de participantes en la protesta, un síntoma del malestar popular que no es muy habitual en Egipto desde que Al Sisi llegó al poder tras un golpe de Estado contra el presidente islamista democráticamente electo Mohamed Morsi, informa el diario británico The Guardian.

“¡Vaya! Cánticos esta noche en Suez: ‘no hay más que un Dios y Al Sisi es el enemigo de Dios'”, ha publicado en Twitter el analista político Amr Jalifa. Mientras, en la emblemática plaza Tahrir de El Cairo, epicentro de las protestas que en 2011 propiciaron la caída del régimen del presidente Hosni Mubarak tras décadas en el poder, la Policía ha desplegado un importante dispositivo de seguridad para evitar protestas como las del viernes.

El viernes cientos de egipcios se manifestaron durante la noche en las calles de El Cairo (foto adjunta) coreando consignas contra la mala administración de fondos públicos por parte de la administración gubernamental en ciudades como El Cairo; Alejandría y Damietta, en el Mediterráneo; Mansoura y Mahalla, en el delta central del Nilo; y la ciudad de Suez, en el Mar Rojo. Los manifestantes gritaban eslóganes como “Al Sisi, márchate” y pidiendo la “caída del régimen”, retomando la emblemática consigna de la Primavera Árabe: “El pueblo quiere que caiga el régimen”. Durante la actuación policial hubo numerosas detenciones.

El descontento por la subida de los precios de los productos básicos y los recortes impuestos en un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) podrían ser la causa de este nuevo brote de las movilizaciones populares. Casi uno de cada tres egipcios viven por debajo del umbral de la pobreza, con menos de 1,40 dólares al día, según datos oficiales publicados en julio.

Las protestas estarían convocadas a través de vídeos en las redes sociales por Mohamed Alí, un contratista egipcio huido a España que ha denunciado derroche, corrupción e impagos de las autoridades por obras realizadas por su empresa. Alí ha publicado un vídeo convocando una “marcha de un millón de hombres” para el próximo viernes en las plazas principales de todas las ciudades del país. “Esta es una revolución popular (…). Tenemos que unirnos como uno solo (…) y organizarnos para ir a las plazas principales”, ha indicado en su mensaje, publicado en Facebook.

Ante las acusaciones, el propio Al Sisi tuvo que salir hace una semana al paso de las mismas para negarlas y asegurar que él es “honesto y piadoso”. Ello no ha evitado que el viernes los manifestantes salieran a las calles de El Cairo aprovechando el derbi local entre los equipos de Al Ahli y Zamalek y las imágenes y vídeos de las protestas en la capital y en ciudades como Alejandría, Al Mahalla, Damietta, Mansura y Suez en seguida se difundieron por redes sociales.

El-Sisi manifestó que dichos videos estaban basados en mentiras y enfatizó que las acusaciones de corrupción tenían como objetivo desestabilizar la confianza de las personas en sus instituciones estatales, en un momento en que el gobierno trabaja para desarrollar la economía y lucha contra el terrorismo.

El Gobierno, que ha encarcelado a numerosos disidentes tras ilegalizar a los Hermanos Musulmanes, el partido de Mursi, emitió el sábado por la noche una nota dirigida a los medios acreditados en el país adviertiendo a los periodistas que “no deben exagerar” en sus informaciones sin mencionar abiertamente las protestas.

Cientos de detenidos entre los manifestantes

Organizaciones de derechos humanos que están prestando asistencia legal a los detenidos en las protestas del pasado viernes en Egipto calculan que más de 250 personas permanecen detenidas y algunas ya han pasado a disposición judicial, mientras que otras aún están a la espera.

El director de la Red Árabe para la Información sobre los Derechos Humanos (ANHRI), Gamal Eid, explicó a Efe que los manifestantes detenidos en las localidades de Suez (a orillas del canal de Suez), Mansura y Kafr al Sheij (Delta del Nilo) van a ser interrogados ante la Fiscalía de Seguridad del Estado en presencia de abogados defensores. Los detenidos en El Cairo han sido llevados a dos cuarteles de las fuerzas de seguridad en el este de la capital y los abogados que han acudido a este lugar aún no han tenido acceso a ellos, según Eid. “Es un lugar de detención ilegal y esto va en contra de la ley”, denunció el abogado de derechos humanos, cuya ONG ha podido verificar los nombres de más de 70 detenidos.

Según la Red Árabe, unos 150 jóvenes que fueron detenidos sólo en la plaza Tahrir de El Cairo y sus alrededores han sido llevados a la Fiscalía de Seguridad del Estado y serán puestos a disposición judicial. Eid destacó que las organizaciones que están prestando asistencia a los detenidos estiman que más de 250 están arrestados en todo Egipto, según las denuncias de las familias y las comprobaciones de los abogados en las comisarías y lugares de detención.

El Centro Egipcio para los Derechos Económicos y Sociales publicó hoy una lista de 274 personas, identificados con nombres y apellidos, cuya detención ha sido denunciada aunque los abogados de la ONG no han podido averiguar su situación legal hasta el mediodía de este domingo, según un comunicado.

Las autoridades egipcias no han ofrecido datos de las personas detenidas desde el viernes por la noche, cuando se registraron protestas en el centro de El Cairo y en otras ciudades del país para pedir la dimisión del presidente Abdelfatah al Sisi.

(Fuentes: InfoLibre / Prensa Latina / Notimex)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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