Educación recoloca en concertados a alumnos que pidieron ir a la pública

La supresión de una unidad de primero de Secundaria en el Instituto Generalife ha provocado que tres alumnos que habían solicitado plaza en ese centro público hayan sido recolocados en centros concertados de la zona. La decisión de Educación de eliminar una línea de ESO -algo que ya intentó hace dos años sin éxito- y la recolocación del alumnado que se ha quedado sin plaza -un total de 17 escolares- ha provocado la reacción de la comunidad educativa, que se manifestará el próximo lunes a las puertas de la Delegación. No es el único centro de la zona centro que ha sufrido la supresión de líneas. También el Ángel Ganivet pierde una unidad de ESO y otra de Bachillerato.

Según la reubicación planteada por Educación -y que se puede consultar desde ayer en los tablones informativos del centro-, tres alumnos que solicitaron plaza en el instituto público Generalife han sido reasignados a los concertados San Isidoro y Sagrada Familia. En los tres casos las familias únicamente habían solicitado plaza en centros públicos y en uno de los casos sólo se había solicitado el ingreso en ese instituto.

La decisión de suprimir una unidad únicamente permitirá que inicien sus estudios de Secundaria en este instituto alumnos de los centros adscritos al mismo, esto es, de los colegios Sierra Elvira (76 alumnos), Tierno Galván (cinco), Jardín de la Reina (dos) y Genil (dos). En el listado definitivo quedaron fuera 17 estudiantes, que han sido recolocados en otros centros de la zona. De estos 17, en algunos casos se les ha derivado a otros centros públicos de la zona, a otros se les ha reservado plaza en el mismo centro concertado en el que han cursado Primaria, mientras que en esos tres casos ya mencionados se les ha recolocado en concertados.

El cierre de la unidad y la reubicación de los alumnos no son las únicas quejas de las familias, que señalan que alumnos del Sierra Elvira que no habían solicitado como prioritario el Generalife -y no han obtenido plaza en el centro elegido por los padres- no han sido derivados al Generalife, como les correspondería. Se les ha reenviado a un tercer centro al que no están adscritos.

Una de las madres afectadas por la supresión de la línea es María José Tobarra. Ya tiene un hijo en segundo de Bachillerato y solicitó plaza para su segundo hijo, que cursa Primaria en un colegio de Híjar. Pese a tener 22 puntos en el baremo, se ha quedado fuera y se le ha asignado el IES Montevives, en Las Gabias, que es el que le corresponde por adscripción. Tobarra expone que “no hay necesidad de cerrar esa línea” y que solicitó plaza en el Generalife -que oferta enseñanza plurilingüe en inglés y francés- para dar “la misma oportunidad a mi segundo hijo”. “Si tuviera lo mismo en Las Gabias, no pediría plaza aquí. Pero en el Cinturón no tenemos los mismos servicios. En mi municipio, por ejemplo, no tengo pediatra”, arguye esta madre. El AMPA del centro sopesa la posibilidad de un encierro y también sacar las aulas a la calle como medidas de protesta ante la decisión de Educación.

Esta madre ya sufrió las consecuencias del reajuste de hace dos años. Un día antes de empezar las clases, la entonces delegada de Educación, Ana Gámez, anunció que el centro mantendría la línea de primero de ESO que en un principio se iba a eliminar. Sin embargo, sí se suprimió una de Bachillerato. “En algunas asignaturas, como Física, llegó a haber 50 estudiantes. Hubo que pedir el desdoble” de la materia, recuerda Tobarra.

Otra familia tendrá que escolarizar a su hijo en Las Gabias pese a residir muy cerca del IES Generalife. Se han quedado sin plaza porque el menor cursó Primaria en el colegio de Híjar -donde su madre es profesora-. Ahora deberá trasladarse a diario a Las Gabias para hacer Secundaria pese a residir junto a un instituto público de la capital, en el que, además, ya estudia un hermano.

Fuentes de Educación explicaron que las familias que no estén de acuerdo con la reubicación en un concertado pueden solicitar plaza en otro público. Por otro lado, alegaron que “no podemos comentar casos concretos” sobre los problemas planteados por las familias, ni se pronunciaron sobre el mantenimiento de la línea.

Fuente: www.granadahoy.com

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Carlos Ríos

Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en el sector de la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (Atrapasueños, 2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (El Bandolero, 2011) a dos manos. He hecho aportaciones a las obras colectivas "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (Hojas Monfíes, 2017) y "Blas Infante: revolucionario andaluz" (Hojas Monfíes, 2019).

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